La decisión de viajar

573 95 185
                                    

Capítulo 83:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 83:

¿Cómo explicarle a alguien que tienes que marcharte sin herirlo?.

Porque el simple hecho de decir adiós te destroza el alma.

¿Cómo explicarle a mi esposo que tengo que volver a Tokyo?.

Di un suspiro detrás de la puerta y después la abrí despacio.
Sesshomaru ya se había despertado pero aún permanecía acostado, leyendo un libro.

Al verme parada cerca de la cama deja de leer y me observa.

¡Hola señorita Kagome, no sentí cuando despertaste!.

Desvió la mirada y sonrió en secreto. Tengo que encontrar el valor para decirle que este probablemente sea el adiós.

—¿Qué pasó?— me pregunta analizando mi comportamiento.
—¿No te gusto el sexo o quieres más?—. Con cierta calma se levanta de la cama.

Por unos instantes estoy por retractarme en la idea de irme.
Trago saliva.

Tengo que irme...

Está confundido por mi respuesta.

—¿A dónde?.

Su ingenuidad me estresa, me hace más difícil mi partida, a veces peca de inocencia.

—Mi ciudad de origen. Tokyo...

—¡Deberíamos ir juntos!— dice entusiasmado. —¡Podré conocer a tu familia!.

—No Sesshomaru, este viaje lo tengo que hacer sola.

Los colores se le subieron al rostro pude distinguir al cambio drástico en su expresión de alegría a otro totalmente distinto lleno de enfado, alzando los brazos y con la mandíbula tensa, tratando de asimilar o digerir la noticia. Lo veo preocupado.

—¿Por qué te quieres marchar sola?. Sé sincera conmigo Kagome porque ya se te está haciendo costumbre discutir después de un buen sexo.

No sabía qué decir, sólo quería marcharme.

—¡Contéstame Kagome, carajo!. ¿Por qué te quieres ir?.

«No quería decirle que por mi ex y mi familia», avergonzada por una excusa lo primero que me llega a la mente es una respuesta que probablemente ataque su orgullo.

—¡Tú conoces la respuesta!.

La melancolía se presenta en la habitación entre susurros se aferran en su al rededor.

—No te puedo perdonar que te cogiste a Sango en la institución.

Y en cierta forma es correcto. No puedo hacerlo. Me aprieta con los brazos descargando su furia en mi cuerpo. —No me hagas ésto Kagome creí que eso ya había quedado en nuestro pasado...

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora