La gran fiesta

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Capítulo 59:

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Capítulo 59:

El gran día por fin ha llegado...

La fiesta de beneficencia es en unas horas y me siento emocionada y a la vez decepcionada de mi misma porque no pienso asistir.

Me dedique a mi cuadro desde temprano, concentrando toda mi energía en cada pincelada cuando de repente escucho la puerta. Intente ignorarlo pero seguian insistiendo.

—Te dije que no pienso ir— abrí la puerta y me lleve una gran sorpresa. —Suegra... ¿qué hace aquí?.

—¿Por qué no te has ido arreglar, la fiesta es en unas horas?.

El tono de su voz es seco y duro algo en ella está enojada, lo discimula muy bien, pero sé que tras de ese rostro inexpresivo se esconde la furia.

¡No pienso ir!... Mi cuadro lo debo entregar mañana desde muy temprano, debo terminarlo hoy.

Ella me observa detenidamente, no lo cree, ni yo tampoco.

—Este baile es muy importante, para muchas personas y tú cómo esposa de uno de los anfitriones debería ir...

—Tal vez sea para la próxima...

—Para Sesshomaru sería magnífico que estuvieras a su lado.

—Lo sé...

Su insistencia es terriblemente pegajosa, no podía alejarla de mi presencia, porque para ambas esas palabras implican perdida de tiempo, ella debe irse y yo debo continuar.

—Se que eres dedicada a tu trabajo y eso me agrada, pero un día que te alejes de tus obligaciones no te hará daño...

En cierto modo tiene razón, pero toda la vida me he tomado en serio mis obligaciones que a pesar que nadie conoce mi cuadro, nadie lo ha comprado, no lo voy a dejar al abandono por una simple fiesta donde no conozco a nadie y estar atada a un hombre que con difícultad me dirige la palabra o la mirada sería bastante notoria la tensión ante los invitados y es algo que quiero evitar porque sé que ninguno de los dos disfrutaríamos del evento. Y mi suegra estará bastante ocupada y no pienso ser su huele pedo.

Por favor no insista, no iré.

—Entiendo... Veo que por mucho que quiera convencerte no lo lograré, sino quieres hacerlo por él, hazlo por aquellos niños sin hogar.

Esas palabras me calan hasta los huesos, sutilmente hace que piense en Rin, en Sango, en el maltrato y que alguien debe protegerlos. Me quedo totalmente muda no sé cómo rebatir esas palabras y defenderme. No tengo excusa para esa realidad tan fría.

Toma reflexión que estás haciendo mal— abre la manija de la puerta y se va. Si cambias de idea te estaremos esperando.

—Gracias...

Por un instante estuve a punto de dejarlo todo y ponerme mi mejor vestido para ir, pero ni siquiera tengo uno que vaya acorde mis vestidos de elegancia están en Tokyo. No encajo en esas fiestas desde que tengo memoria, cuando mi padre hacia una ya me urgía porque terminará todo. En esta sería igual.

Aún así la curiosidad me mata y quisiera verlo a él, aunque siempre viste de traje quizás hoy sería uno con mucho más categoría que Gucci sino uno de diseñador exclusivo, aunque eso ya sería algo exagerado.
Mis demonios me susurran al oído que lo vaya a ver aunque sea por un instante porque quizás no vuelva a verlo con un traje de fiesta. Y las voces murmullán descaradamente. Voy a buscarlo y ya inventaré un pretexto por si llega a verme.

Salgo de mi lugar de trabajo y voy a su habitación a paso lento.

La puerta está abierta.

Él está de espaldas.

—¿Vas a quedarte mirando como es tu costumbre?.

Abrí los ojos como platos.

—¿Cómo supiste que era yo?.

—Haces mucho ruido con los pies, como si estuvieras marchando.
Si actuaras en una película de terror, serías de las primeras en morir.

Eso sonaba algo burlón.

—¿Qué haces aquí?...

Creo que mi presencia no es de su agrado. «¡Qué pendeja soy!», pienso avergonzada de mi misma, claro aprovecho cualquier pretexto para que me trate como mierda así como voy me convertiré en sadomasoquista verbal.

Ni siquiera me atrevo a decirle que quiero verlo, contemplar su belleza y guardarlo en mi mente para siempre.

Él se gira me ve de frente, mientras recoge su larga cabellera con una cola de caballo.

—Mi madre me dijo que por más que insistió para que asistas a la fiesta ni lo logró— se rió por debajo. Vaya que le diste en su orgullo porque ella nunca acepta un no por respuesta. Eso te restará puntos.

Al parecer es lo que quiere que mi vida en esta mansión sea un infierno.

—Da lo mismo si vas o no, me tiene muy sin cuidado y me agrada esa situación, así nadie sabe que estoy casado con una necia y orgullosa. No tengo que darles explicaciones a la prensa.

Me di media vuelta, no quería escuchar más humillaciones ya lo había visto era lo que quería ya lo hice ahora debo marcharme. Es delicioso sin duda pero si manera de ser lo descompone.

—¡Ok, qué les vaya bien y que disfrutes de la fiesta!.

—¡Oh, por supuesto que lo haré!. Tengo a Sango para hacerlo...

Me hervía la sangre quería golpearlo o matarlo, simplemente cerré las manos apretando mis nudillos, quería golpear la pared pero eso era indebido él no debe ver la rabia y los celos que siento en estos momentos. Porque él es mío y yo soy suya.

Me encerré en mi área de trabajo y continúe pintando hasta que escuche una voz tras la puerta diciendo que ya se marchaban, era él y con el mismo tono de seriedad le respondí, me dijo que no estaría sola que Jaken el mayordomo se iba a quedar a cuidarme como una niña pequeña, como si necesitará algo así. Y luego el reclamo que si ya estaba satisfecha el pobre hombre no iba a ir al gran evento por mi culpa y que ahora nuevamente debía subirle el sueldo a esas alturas la mansión pronto sería de él.

Cómo si el ogro sexy aceptaría algo así. De vez en cuando no pierde el estilo del sarcasmo.

No le respondí, tampoco salí a la puerta a despedirme y desearle buena tarde noche. Simplemente no era necesario...

 Simplemente no era necesario

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50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora