Adiós ogro sexy

606 98 178
                                    

Capítulo 84:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 84:

Hay errores que nos dañan de por vida y por más que trates de superar ese dolor no puedes porque vive en tu cabeza constantemente y hay veces que sólo quieres desaparecer.

Me siento culpable, más por la reacción de mi suegra, no puedo imaginar el dolor que le he causado porque yo lo hice alguna vez a mi madre y sé que sufrió y tardó mucho tiempo en poder sanar esa herida. Pero hay otras heridas que nunca sanan.

No debí haber hecho esto pero es demasiado tarde, trate de seguir a mi suegra, para que pudiera hablar con ella, sin embargo no quiso, se encerró en su cuarto, puedo escuchar su llanto detrás de la puerta le hable en varias ocasiones pero ella simplemente me ignoro.

Decidí dejarla tranquila, algunas heridas sólo deben ser escuchadas por quienes la portan y no es prudente dañarla otra vez.
Debo hacer mis maletas.

Mi tío entro a mi cuarto y dijo que había visto cierta parte del problema, no intervino en el asunto porque son cosas que yo debo arreglar aunque eso traiga miles de consecuencias.

Me concentre a empacar y dejé encima de la habitación todo aquello que él me dió... Los babydoll, el teléfono celular, los instrumentos de pintura y la llave de esa habitación.

Fueron bellos los momentos que viví junto a él, pero yo no soy de aquí, tengo una familia, tengo un ex que debo ver, tengo a mi gato y mi vida entera está en Tokyo.

Debía darme prisa. No son muchas cosas que debo guardar en mi equipaje.

Decidí encerrarme en la habitación no quería ver a nadie y deje que mi tío se encargará de la compra de los boletos de viaje y yo me encargo del pasaporte.

El hambre se me ha ido, sólo quiero que las horas pasen rápidamente y anochescá pronto.

Después de un rato alguien llama a la puerta con un toquido suave, sólo espero que sea cualquiera con excepción de mi esposo.

Abro con cuidado la puerta y no puedo evitar sorprenderme abriendo los ojos de par en par.

«Parece que lo invoque».

—¡No pienso quedarme, Sesshomaru, por favor entiéndelo!— decide darle la espalda para continuar empacando.

Trato de evitar cierto contacto con su mirada o cierto roce no quiero arrepentirme y quedarme.

No te vayas... Te necesito.

Me detengo y lo observo por unos segundos. —¿Para qué?... ¿O para coger?. Tienes a Sango ella te hará más feliz que yo.

—Esta vez será entonces la última vez que te suplico que te quedes porque mañana que estés cerca del umbral de la puerta para marcharte no me verás ahí presente para darte el adiós.

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora