Capítulo 48:
«Sé que lo nuestro no era real», pensé indignado ante mi orgullo. «¿Por qué siento celos y tanta rabia?». Disfruté tanto tenerla en mis brazos y sentir que era mía en cuerpo y alma como una verdadera sumisión. ¿De qué sirve si sigue pensando en el otro?. Me da coraje que sepa actuar tan bien y haya caído de esa manera, pero si tienes al alcance a tu platillo preferido lo probaras sin importar nada. Ella es ese platillo de lujuria que no me cansaría de degustar pues es un vicio. Aún así es de otro. Probablemente regresará a su ciudad de orígen y el maldito ex será quién la tenga y la pruebe a diario dándose un buen festín y yo con las puras migajas me he quedado probando con tanto ímpetu como si no tuviese que comer como su yo fuera un pordiosero mendigando comida y Sesshomaru Taisho no es así. Yo jamás ruego...
Me dí un baño exahusivo para quitarme su olor, su escencia que me hace tanto mal y perder la cabeza.
Salgo y aún sigue en la cama, ocultando su llanto. Tengo curiosidad del por qué lo hace si seguramente disfruto imaginar al ex, debería estar gustosa. En fin decidí ignorarla, era mejor a qué me joda.
Busque mi ropa, un traje negro con camisa blanca, corbata roja y zapatos negros de agujetas. Pero sus sollozos no me dejan en paz.
—¡Deja de llorar y sal de aquí, no te quiero ver más zorrita!.
Ella levanto la mirada, colorada llena de lágrimas y mocos. Me miró con tristeza, siendo obediente salió de la habitación.
Me sentía más a gusto de esa manera sin mirarla, sin tenerla cerca todo era más sencillo. Termino de arreglarme sin hacer la cama dejaré que esta vez la mucama o alguien más recoja las sábanas de algodón egipcio y las vaya a lavar, no quiero hacerlo yo porque aún conservan su aroma, nuestro aroma a sexo. Debo aceptar que mi pene lo disfrutó mucho ya que la fricción era perfecta, tal vez porque llevaba tiempo sin hacerlo y estaba algo cerrada y me gustó. Aún así prefiero no recordarlo. Salí de la habitación y mi madre ahí estaba nuevamente haciendo el desayuno, esta vez huele a jugo de betabel y naranja. Algo de café negro y huevos revueltos con tocino, algo no tan tradicional.
Me mira sonriente, me acerco a darle los buenos días con un beso en la mejilla.
—¡Qué guapo y que rico hueles!.
—¡Gracias, mamá!.
—¿Te sirvo de desayunar?.
—Sí, por favor— tomo asiento en el comedor.
—¿Tu esposa no va a bajar a desayunar?.
—No— digo fríamente porque se me había olvidado que ella está aquí.
Me observa como si sospechará algo y yo decido darle un sorbo al jugo para que no me pregunte.
Ella se marcha y va por su desayuno y se sienta en frente de mi.
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50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)
Fanfiction¿Los humanos esconden secretos? Por supuesto que sí... Unos pueden ser terroríficos para las personas. ¿Pero qué sucede cuando esos secretos se convierten en un vicio?. Aquellos que se aplacan con placeres. Sesshomaru es uno de ellos posee muchos...