¿Los humanos esconden secretos? Por supuesto que sí...
Unos pueden ser terroríficos para las personas.
¿Pero qué sucede cuando esos secretos se convierten en un vicio?.
Aquellos que se aplacan con placeres.
Sesshomaru es uno de ellos posee muchos...
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Capítulo 90:
Han pasado al menos dos días desde que mi hermosa señorita Kagome se ha marchado. Y yo no he dejado de extrañar y verla entre mis sueños o alucinaciones. La bebida es mi salvación en estos momentos y mi compañera de olvidos porque me he de proponer olvidarla por mi honor.
—¡Joder, la odio pero la necesito!.
Me he encerrado en mi oficina y ni siquiera me he duchado, no puedo dormir y si lo hago por mucho son dos horas y para el colmo sueño que estoy fornicando con ella.
Jaken ha estado preocupado por mi ya que mi madre sigue algo molesta y no se ha comunicado conmigo, probablemente lo haga dentro de una semana.
Me recargo sobre aquel escritorio donde la hice mía y lo acaricio como si fuese ella a quien estoy tocando. Mi terrible fantasía es interrumpida por mi queridísimo mayordomo Jaken.
—¡Dejé de beber amo bonito!— suplica con cierta preocupación en el rostro. —No le hará bien actuar de esa manera.
Lo observo amenazante y serio.
Puedo observar que tiembla de miedo. Sabe que cuando no estoy en mis cabales puedo cometer estupideces y vaya qué las hago.
«Entonces te das cuenta que conectar desde el día uno es de otro nivel, aunque la unión sea por una simple borrachera en Las Vegas». Pensé dolido por los actos que me han llevado a mi propia rutina.
—Mi vida era más sencilla antes de conocerla, Jaken.
Él se acerca a mi, jala un banco y toma asiento en frente de mi para consolarme.
—Si la ama, busquela amo— acaricia mi cabello como si fuera un niño pequeño. Para darme el consuelo que mi verdadero padre, jamás en su puta existencia me daría...
Le doy ciertos golpecitos en la mano. —¡Gracias Jaken, pero ella ama a otro!.
—¿Cómo está tan seguro?.
—Por algo decidió marcharse y regresar con el Rapunzel.
—Aún así busquela...
—¿Para qué?...
—A veces la lejanía sirve para aclarar la mente y el corazón.
Quizás tiene razón, pero ni siquiera sé si sea correcto yo no era de esa manera y se supone que un hombre como yo no ruega, ni busca, ni se enamora y pareciera que estoy actuando de la manera contraría.
—Vaya tras ella y escuche su corazón, por una vez en la vida no sea tan orgulloso— reitera su orden y se marcha para dejarme solo, para que pueda analizar su propuesta.
Y vaya qué ha funcionado, una espinita me ha entrado. Además recuerdo que Botan me dió la dirección de su departamento en Tokyo y me dijo que de alguna manera sería bueno que supiera la ubicación de si paradero, no sabía por qué me la había dado pero tal vez es importante.
