¿Los humanos esconden secretos? Por supuesto que sí...
Unos pueden ser terroríficos para las personas.
¿Pero qué sucede cuando esos secretos se convierten en un vicio?.
Aquellos que se aplacan con placeres.
Sesshomaru es uno de ellos posee muchos...
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Capítulo 18:
He decidido unirme en la búsqueda aunque su padre me ha prohibido hacerlo, sin importar las consecuencias sigo mis instintos de buscarla, exigirle una respuesta del por qué me ha dejado en el altar. Estoy preocupado así que he decidido hacer público en el medio audiovisual la desaparición de mi chica. No puedo esperar más porque alguién tiene que saber algo de Kagome, una pista o una señal o lo que sea. Ella no pudo haberse ido sin dejar un rastro o indicio.
Las autoridades no han hecho nada y su padre soborno a la mayoría de los invitados para que tuvieran bajo perfil la desaparición de su hija, porque dijo que él se ocuparía sin embargo no he visto acción de su parte y tengo la responsabilidad de hacerlo si el la vale madres a mí no.
Tengo un colega que trabaja en telecomunicaciones y si le pido el favor probablemente me ayude aunque no lo invite a mi boda fallida, tal vez se niegue por esa razón, no lo sé pero debo intentarlo.
Voy en dirección a su casa, tal vez es algo tarde pero creo que Kagome me necesita, yo necesito a mi Kagome.
Conduzco por cuarenta minutos y llego a mi destino. Está todo oscuro, tal vez ya esté durmiendo pero eso no evita que ignore su descanso y decido tocar el timbre pero no me abren, vuelvo a insistir esta vez con más intensidad.
—¡Yaho, por favor ábreme!.
Con desesperación toco nuevamente el timbre, se asoma por la ventana, en el reflejo puedo observar su molestia. Abre la puerta cruzando los brazos.
—¿Qué haces aquí Bakotsu?— de reojo observa su reloj de bolsillo. —Es casi media noche, deberías estar en tu casa cogiendo a tu mujer.
«Ojalá estuviera en esa situación».
—Deberías irte...
—Necesito de ti ayuda— solté mis palabras alterado y nervioso. —Por favor...
Él ignoró mi súplica, estaba a punto de cerrarme la puerta en la cara.
—¡Espera, te pagaré!— saqué del bolsillo de mi saco un sobre con varios billetes de 10.000 yenes.
El semblante de Yaho cambio radicalmente en una amplia sonrisa.
"En este mundo sólo los ricos obtienen lo que quieren siempre y cuando exista varios billetes de por medio".
—Pasa— se abre paso para que pudiera abordar el lugar.
—¿Cuál es el servicio qué necesitas?.
Él iba al grano. Aclaro la garganta para hablar.
—Necesito que publiques una nota noticiaria sobre una persona desaparecida.
