La gran verdad de Mich

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Capítulo 147:

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Capítulo 147:

—¡Contestame Sesshomaru con sinceridad. ¿Ella fue tu sumisa si o no? Y por eso me tragiste con esa porque conoce tus jodidas y miserables mañas.

Me quedé mudo no tenía por qué decirle. Eso hizo que Kagome alzará la voz.

—¡Tan fácil es darme la respuesta Sesshomaru! ¿A caso te da pena que nos escuche pelear. —¿Es tu sumisa si o no?

Minutos después ella entró a la habitación y al parecer escucho la pregunta, pero ella y yo fingimos no haberla escuchado.

Era sumamente incómodo.

—¡Ya está todo listo! Puedes venir a la otra habitación por favor. ¡Sesshomaru espera unos minutos mientras se cambia y se pone esta bata.

La obedecí y me acomode en el asiento, sólo espero que mi mujer no diga o haga algo estúpido.

Sabía que mi mujer era algo testaruda.

Después de un rato, me llamaron a la otra habitación, mi mujer está recostada con su pequeño vientre descubierto. El corazón me latía rápidamente no sé si por emoción o nerviosismo.

Me coloque a un costado y espere a que mi amiga hiciera lo pertinente para crear la ecografía.

Mich, hace algunos ajustes y después de unos segundos.
aplica una pequeña cantidad de gel transparente en el vientre de mi mujer en el área bajo examinación y coloca allí el transductor que es parecido a un micrófono. El gel permite que las ondas sonoras viajen de ida y vuelta entre el transductor y el área bajo examinación. La imagen por ultrasonido se puede ver inmediatamente en un monitor. Una computadora mide instantáneamente estas ondas características y las despliega en un monitor como imágenes en tiempo real. Mientras que Mich generalmente captura uno o más cuadros de las imágenes en movimiento en forma de imágenes estáticas.

«Puedo ver a mi hija, puedo escuchar su corazoncito, tras el monitor, y su forma», es la sensación más hermosa que he experimentado en toda mi existencia. Aún no puedo creer que seré papá.

Kagome no ha dicho palabras solo puedo ver qué sus ojos están clavados en el monitor. Quiero decirle algo pero no sé que palabras exactamente comentar. Sólo puedo sostener la mano de mi mujer y apretarla con fuerza.

—¿Y bien, como se sienten?— pregunto Mich. —No han hablado mucho.

—Bien, bien es una sensación algo extraña— dijo Kagome.

—Es correcto...

—Nunca creí que sentaras cabeza, Sesshomaru.

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora