Un poco de BDSM

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Capítulo 101:

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Capítulo 101:

Terminamos amando aquello que desconocemos..., Porque de cualquier hombre en el mundo siempre elegiré a mi ogro sexy antes que a Bakotsu. Porque sentir sus manos recorriendo mi cuerpo es la mejor sensación que existe.

Debo admitir que hacerlo sin protección es muy hermoso, romántico y placentero sin embargo me siento una ninfómana enfermiza en estos momentos, porque quiero más. Esta vez quiero experimentar... Exactamente quiero jugar su juego y caer en sus travesuras para ser su presa. No sé nada de su estilo de vida, sin embargo quiero experimentar más allá de lo vivido.

Además somos esposos.
Acaricio suavemente con las yemas de mis dedos su pecho, sintiendo la textura de su piel blanca, permanecemos acostados, abrazados contemplandonos mutuamente.

Siento su mano detrás de mi espalda y mi mente sigue jugando conmigo. «Debería proponérselo», pensaba angustiada. «No tengo nada que perder», además accidentalmente me di cuenta cuando iba rumbo al baño, me acerque a la maleta sin cerrar y me percaté que trae algunos de sus juguetes en la maleta.

—¿Qué tienes señorita Kagome?. Te noto algo pensativa.

No sé ocultar mis emociones.

Estoy bien, no ha pasado nada.

Besé sus labios, pero él beso no fue mutuo, era algo tenso y sin mucha emoción. Supongo que ha de pensar que no me gustó cómo me hace el amor. ¡Joder, si supiera que quiero más!.

Me mira de manera sería, e incluso se está reincorporando para levantarse de la cama. En cualquier momento me daría la espalda.

—¡Creo que es el momento que me marche!— recoge su ropa del suelo lo veo vestirse rápidamente.

Eso era algo indignante y a la vez preocupante, no quiero que se vaya.

—Me he convertido en una ninfómana— bajo la cabeza avergonzada. —Vi que trajiste juguetes sexuales en esa maleta.

Escucho una sonrisa algo burlona.

—Usted es bastante curiosa.

«Y algo estúpida», pensé. Porque sinceramente no sé que puede opinar mi ogro sexy de mis actos.

—¿Quieres jugar?

Trago saliva. —Me encantaría.

—Es música para mis oídos, señorita Kagome.

Lo veo irse tras las maleta y yo aprovecho para ir a la pequeña cocina, me apresuró a abrir el refrigerador busco la crema pastelera, la Nutella y las fresas en almíbar.

Cuando regreso mi querido esposo está esperándome, sobre la cama hay juegues que ya había visto y otros que no.

Me ve sonriendo.

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora