Kagome marca su territorio

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Capítulo 149:

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Capítulo 149:

No sabía si creerle o no a esa mujer, me dió rabia que tocará lo que me pertenece con sus manos y además estoy confundida y algo abrumada con mis emociones y las de Sesshomaru, pude notar su alegría desbordante al mirar el monitor y quisiera ser él, pero no puedo empatizar con lo que llevo dentro, no puedo emocionarme o sentir alegría. Es demasiado para mí y no me siento preparada. No quisiera estar embarazada. Y siento un remordimiento que me carcome por dentro porque por más que me esfuerce en encariñarme no puedo.

Me duele saber que aquel hombre frío se emocioné por algo así y se derrita como chocolate al sol si tan sólo supiera que tuve sexo con mi ex no tendría esa cara de felicidad. Nos odiaria. No podía con eso pero debo mantenerme en silencio.

Espere recargada en la camioneta hasta que Sesshomaru llegará.

-¡Ey! ¿Qué ocurre?

-Nada.

Abrí la puerta cuando el seguro se desactivó y entre a la Jeep.

Sesshomaru ensendio el motor y lo puso en marcha.

-¿Por qué eres tan llevado con ella y por qué no me dijiste que eran amigos?- reclamé de manera celosa. -¿Por qué no me lo dijiste antes?

Buscaba una respuesta lógica y clara en todo esto.

-Un tiempo fuimos compañeros de cuarto en la universidad, era mi Roomie, y entre ella y yo nunca hubo nada porque es cien por ciento lesbiana.

-Voy a fingir que te creo...

-Es cierto, debes creerme.

No sabía que pensar pero hay algo que me causa mucha curiosidad y cierta intriga no debo quedarme con la duda así que decidí ir al grano del asunto.

-¿Ella sabe de tu condición?

-¿Cuál?

-Practicar el BDSM.

Sesshomaru se ríe sin apartar la vista del volante.

-Ella es más alocada que yo, o al menos lo era. Siempre vivió en excesos y casi se muere una noche sino es por mi, ella no te hubiera atendido hoy...

Se me hizo un nudo en la garganta al escuchar semejante noticia. Hasta el héroe de otras personas ha sido. «¡Y yo aquí haciendo mis dramas!, Pensé triste y a la vez enojada.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?

-Te pondrías celosa mi querida señorita Kagome.

En eso era cierto, nos pertenecemos mutuamente. -¡Lo siento!.

-No te preocupes, a decir verdad mi madre no nos acompaño al ultrasonido porque también se enojo, no puede ver ni en pintura a Mich por lo que pasó aquella vez, yo aún era joven y no sabía ciertas cosas así que busque a mi padre para que me ayudara a los gastos del hospital, mamá se enojo conmigo al enterarse que lo busque, y obligó a mi amiga a marcharse, mi madre ya no quería nada con relación a mi papá y ese acto de búsqueda los unió. Después de eso mi padre quería una aventura con mi madre. No sé si paso algo entre ellos porque un día los cache algo sospechosos en la casa de mi madre.

Me sorprende la capacidad en como mi amado hombre plática de su pasado conmigo, es como sino tuviera miedo o que su máscara de villano se desiciera por completo y eso me gusta. Yo no puedo ser así, tengo miedo.

-Vaya dilema...

No sabía que decir asi que gire la cabeza hacia la ventanilla y mire a esta ciudad tan loca y llena de pecado dónde por accidente me case y ahora estoy embarazada, Botan asegura que ves hijo de mi hombre sin embargo a veces las dudas me carcomen. No sé que pensar simplemente no quiero perderlo. ¡NUNCA!.

-Bien hemos llegado.

Sesshomaru apagó el motor de la Wagoneer. Estaba a punto de salir cuando le sujete el brazo.
-¡Espera!- lo mantuve dentro de la Jeep.

-¿Estás bien?- obsevando con preocupación.

-Claro que estoy bien, simplemente...

Una sensación fuerte de marcar mi territorio llega a mi cabeza, con un impulso sumamente inecesario porque sé que me ama fuertemente pero que es necesario para mis necesidades y mis demonios se conviertan, atormentando mi lujuria.

Me safo del cerrojo del cinturón de seguridad y trato de moverme en su asiento del copiloto, debo ser precavida para no arruinar la camioneta.

-¿Qué estás haciendo mi señorita Kagome?

Le sonrió con picardía.
Con cierta tranquilidad logro sentarme en sus piernas con la postura de flor de loto. Colocando una de mis manos detrás de su espalda. Y la otra le acaricio su cabello de su flequillo y sus hermosos ojos dorados me contemplan con una devoción y mucho amor, como si fuera su único tesoro en la vida.
-¿Te he dicho que eres lo más guapo que mis ojos pueden ver?.

Acaricia mis mejillas.

-Lo mismo puedo decir yo mi señorita Kagome...

«Necesito besarlo, necesito deslizar mi boca sobre su cuello» Es lo que mi mente piensa. Y obedecí esos impulsos incontrolables y me inclino a su boca besándolo con ternura e intensidad, hasta quedarnos sin aire, mordidas y juego de lenguas se presentan. Mientras me muevo sensualmente y de manera erótica sobre él moviendo mis caderas, el roce entre su ropa y la mía no es impedimento para sentir ese bulto debajo de mi, sería aún mejor si llevará un vestido y una fina tanga.
El volante de la Jeep rosa mi espalda, aún así no es impedimento para hacer mis maniobras eróticas, deslizó mi boca y la lengua sobre su lóbulo para susurrarle. -¡Yo también debo marcar mi territorio, amor mío! y poco a poco bajo hasta su cuello y es cuando muerdo con fuerza como un vampiro con su presa, pienso hacerle un chupetón que le dure toda la semana.

Lo escucho gemir y me siento triunfante.

-Usted si que es muy traviesa mi señorita Kagome.

Le sonreí.

-Yo también lo necesito.

Nuevamente nos besamos con fuerza.

Sus manos se deslizan debajo de mi blusa y mi brasier, siento que aquí podríamos hacerlo nuevamente sin pudor o miedo a ser cachados.

El deseo iba subiendo de intensidad cuando de repente una bandeja de agua fría con la voz de mi suegra y mi tío nos interrumpieron.

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50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora