Sentimientos encontrados

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Capítulo 131:

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Capítulo 131:

A veces los recuerdos son tan dolorosos que con el simple hecho de rememorar te da impotencia el que hubieras hecho.

Después del mal trato de mi suegra y la buena cachetada recibida por haberme cogido a su hijo trate de tranquilizarme. Jamás la había observado tan enfurecida, no lo comprendo porque nunca me había tratado de esa manera, sin embargo no quería que mi tío me viera de esa manera tan vulnerable.

Y lo peor me siento caliente a pesar del regaño, tengo la necesidad de tener intimidad nuevamente con mi esposo soy tan estúpida. Creo que tiene razón y no conozco la manera efectiva de decir no, pero joder su hijo es un vicio insaciable. Tiene la culpa por haberlo creado tan perfecto.

Preferí decirle a Sesshomaru que me daría un baño y que él podría bajar antes que yo, así trata de calmar a su madre y trata de entretener a mi tío. Necesitaba pensar varias cosas porque después de esto no podré verle el rostro a mi suegra ni a Botan porque seguramente escucho algo. Los gritos eran fuertes.

Respiré profundamente esta vez use agua fría para bajar la calentura que mi cuerpo está presentando. Me baño rápido, porque para empezar odio el agua helada en un baño porque siempre que lo hago termino resfriada.

Mi cuerpo tiembla cuando termino de asearme, la bata no es suficiente para el tiriteo salgo  del baño y me visto rápidamente, nada formal y ni siquiera coordinado, creo que no tengo cabeza para ello.

Bajo las escaleras busque con la mirada al rededor para saber dónde están, sin embargo no los encuentro, y mi tío permanece en la sala, se me hace extraño.

—¡Hola tío!.

—Hola, Kagome, buenos días— saluda cordialmente y dobla el periódico dejándolo a un lado del sofá. —¿Y qué tal estuvo el café con leche? ¿Se pasó de amargo?

Se me subieron los colores al rostro y me dió un bajón de nervios. «¡Carajo, escucho a mi suegra!», sabía que hablaba en doble sentido.

No quería hablar de ello, bastante había experimentado con lo sucedido. —¿Y Sesshomaru?— decidí desviar la conversación.
—¿Dónde está?

—Fue con su madre, se veía súper enojada, vaya que le dará una buena regañada al hijo— se carcajea oprimiendo su abdomen, se ha puesto hasta rojo. Yo no le encontraba lo gracioso por ningún lado.

—¿Terminaste de burlarte? Mejor dime..., ¿Ha que has venido?

La sonrisa desapareció rápidamente y su rostro se volvió serio.

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora