El vestido rojo de la venganza

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Capítulo 60:

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Capítulo 60:

Después de media hora recibo un toque en la puerta, que me hace sobresaltar había puesto música para que mis pensamientos se concentren en esas letras que son tortura en ocasiones. Lo ignoro pero vuelve a tocar, es el mayordomo seguramente me va a dejar de comer pero no tengo hambre.

—Señorita, abra la puerta por favor, necesito hablar con usted.

—Estoy ocupada...

—Por favor...

Pienso por unos instantes que debería escucharlo total es mi culpa que este encerrado en lugar que este bailando con alguien.

—Ay voy— le abro la puerta y me quedo parada recargada el el umbral. —Lo escucho...

El hombre cruzo los brazos y me observó directamente a los ojos lleno de pesadez y algo de enojo, ese semblante me recuerda a mi padre.

Lo escucho...

—Se que no hemos hablado, salvó que lo mínimo, como es de un asistente a un jefe y que tal vez no me escuche ni me tomé en serio.

Empiezo a perder el interés de la conversación y ruedo los ojos.

—No le vengo a reclamar nada, a decir verdad estoy bien en la mansión, ya soy algo viejo para andar del tingo al tango y un día sin el amo esta bien, pero si le vengo a decir que no sea tonta y asista al baile con el señor Sesshomaru y la señora Irasue.

No entiendo su insistencia, de mi suegra si, pero de él es algo estúpido e ilógico.

—¿Por qué?.

—El amo Sesshomaru tiene que estar al lado de su mujer y no de la tal Sango esa es una arpía que no me agrada, sólo la respeto porque el amo tuvo una relación con ella sino le diría muchas cosas.

De repente el mayordomo me cayó muy bien al parecer odiamos a la misma persona.

—Pero él la ama a ella, debo dejarlo ser inmensamente feliz, por eso estoy apurandomé para irme de este sitio.

El mueve la cabeza de un lado a otro sin dejar de contemplarme.

—Se equívoca señorita Kagome, el amo la ama a usted— dice con seriedad que casi me lo creo pero no evita que me burle. —Lo he visto salir de su habitación por las noches y otras veces sentado en el sillón contemplando su descanso.

Un escalofrío inundó mi cuerpo, eso no es amor sino acoso.

—Le pregunté por qué lo hacía. Y lo ví sonreír con un brillo extraño en los ojos a pesar de la oscuridad diciéndome que sin usted no puede vivir, que la ama, que la desea y que ha sido un idiota por su comportamiento y que si ha dicho en varias ocasiones que Sango es mejor que usted, miente porque sólo desea darle celos pero que eso está provocando que el amor desaparezca y no quiere perderla.

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora