El grito de Noah nos estremeció a los dos, Taku se quedó esperando fuera de la habitación, mientras que Noah estaba acurrucado en la cama, estábamos asustados, no sabíamos que hacer, él no dejaba de llorar – Duele-, gritaba cada vez que intentaba tocarlo, al quitar las sabanas vi una mancha de sangre – Esto no está bien-, dijo Taku en la otra punta de la habitación, Noah no respondía a mis preguntas – Voy a por el coche-, el alfa salió corriendo de casa, mientras yo intenta llevar a Noah en brazos, él seguía llorando, pero el dolor parecía haberse calmado – Tengo miedo-, decía mientras bajábamos por el ascensor, los minutos antes de llegar al coche fueron angustiosos, Noah me abrazaba con fuerza intentado calmar el dolor, nunca lo había visto así, tengo ganas de llorar.
Taku ya estaba preparado, me ayudo a acostar a Noah en los asientos traseros, mientras el omega apoyaba su cabeza en mis piernas, Taku empezó a conducir hacía el hospital, no sabíamos que hacer para que dejara de sentir dolor, acariciar su pelo no era suficientes, el seguía temblando y llorando en mis brazos.
-Tengo miedo...- no puedo hacer nada, lo siento, Noah- El bebé...- puso mi mano en su barriga para que intentará averiguar lo que pasaba, pero yo no notaba nada- Tiene miedo, está llorando.
Taku intentaba ir más deprisa mientras escuchaba a Noah, también se estaba aguantado las ganas de llorar, no quería ocasionar ningún accidente, nos miraba por el pequeño espejo del coche, mientras me decía que todo iba a salir bien, Taku estaba controlando sus impulsos, creo que Noah estaba liberando feromonas, el alfa no paraba de rascarse la nariz.
-Falta poco...- nos avisó, pero Noah ya no abría los ojos- Aguanta, por favor...- sus manos temblaban al volante, hasta que llegamos al fin al hospital.
Lleve a Noah dentro, mientras que Taku tomaba supresores en el coche – Ve con él-, el alfa tomo una gran bocanada de aire cuando salimos del vehículo, tardo unos minutos en entrar, ya se habían llevado a Noah, la cara de los médicos no era buena y yo llegue a pensar que perdíamos a mi amigo, sin poder hacer nada, Taku me abrazo cuando me vio llorar, quería ser fuerte por él, pero no podía, lo había dejado solo demasiado tiempo y estás fueron las consecuencias.
Entraban y salían de la sala donde estaba Noah sin decirnos nada, quería estar con él pero no me dejaban pasar, Taku discutió con varias personas, pero seguían sin darnos permiso para entrar – Dicen que le están haciendo unas pruebas-, esperamos horas hasta que llegaron los resultados, no traían nada bueno, Taku tuvo que sujetarme para que no cayera.
-Uno de los bebés murió...- nos explicó el doctor- Pero el más pequeño se aferró a la vida- nos enseñó una ecografía donde se podía ver al pequeño- Pero no sabemos si podrá sobrevivir, el omega está muy débil- mis piernas empezaron a temblar- Vamos a hacer todo lo posible para salvarlos, a los dos.
-¿Puedo entrar?- logre decir, no quiero que Noah este solo, me da igual que este dormido- Por favor.
-Solo puede entrar uno...- Taku me soltó y dijo que entrara, él me esperaría en el coche- Acompáñame...
El doctor me guio hasta la habitación de Noah, me hizo ponerme una bata azul encima de la ropa y finalmente pude estar con él, la cara de Noah estaba pálida, pero al menos ya dejo de sufrir, su brazo izquierdo estaba vendad, las heridas que tenía en la cara también estaban cubiertas, tenía un monitor rodeando su estómago y una inyección intravenosa en su brazo derecho.
-Lo siento...- el rostro tranquilo de Noah me entristece, sé que está sintiendo mucho dolor- Llegue demasiado tarde, lo siento, Noah.
-El estará bien...- el doctor aún no se ha ido- Estuvo luchado un tiempo, hasta que le inducimos el sueño, no paraba de preguntar por el bebé...- intenta calmarme- Aunque no lo parezca, los omegas son muy fuertes, él lo ha estado demostrando.
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Lo que ocultan las palabras
RomanceNoah siempre se había sentido solo, apartado de la sociedad por ser un omega masculino, su tío siempre lo odio y no dudo en demostrárselo, su madre supuestamente se fue con su amante alfa y lo dejó con él. Noah siempre creyó esa historia y llegó a...