Noah salió de su habitación, sin saber que su tío tenía visita, no los escucho entrar, ya que estaba entretenido con el disco que le había dejado Jay, se aseguró de cuidarlo bien. Bajo hasta el salón, donde encontró a su tío con otra persona, al no sentir ninguna feromona extraña confirmo que era un beta.
-Me dijiste que vivías solo, Connor...- la mujer se intentó cubrir cuando vio a Noah - ¿Qué estás mirando? – el omega se quedó en silencio, no era la primera vez que su tío llevaba a una amante a casa.
-Noah, ve a tu habitación ahora mismo...- su tío no hizo ni la intención de cubrirse, él se sonrojo al verlo desnudo – Ahora hablare contigo.
Se olvidó de lo que quería hacer y cumplió con lo que le mando su tío, era la primera vez que veía que su amante era una mujer, no lo iba a juzgar por eso, Noah creía que solo le atraían los hombres, normalmente los gemido que escucha en su habitación, eran de estos mismos.
Tuvieron una discusión larga, la mujer le gritaba a Connor, por no haberle avisado sobre él, Noah se reía en silencio, no quería que lo escucharan, escuchar a su tío pidiendo perdón era algo nuevo para él. Un portazo fue el que dio por finalizado la conversación.
Connor camino hacía la habitación de su sobrino, con muy mal olor, sus feromonas eran demasiado pesadas para el omega, así que estornudo en varias ocasiones y cubrió su nariz. El alfa abrió la puerta, sin pensar que pudiera haber algo detrás de él y se quedó mirando a Noah.
-¿Te parece bien lo que has hecho? – no sabía que responder- Te tengo dicho que no salgas de tu habitación cuando hayan visitas, Noah.
-Tenía sed...- mintió.
-Tienes una mini nevera en tu habitación, habrá agua, esa excusa no me sirve, Noah.
-No me quedaba...- le enseño su botella – Iba a llenarla y volver, no tenía previsto verte desnudo con una amante, tío – el alfa arqueo sus cejas – No es algo que me asuste, especialmente, he visto muchas cosas en esta casa y también las he escuchado.
-¿Desde cuando eres tan desvergonzado? – el omega bajo su cabeza, mientras su tío se acercaba a él – También te lo han enseñado esos amigos a los que quieres tanto ¿no? – agacho su cabeza cuando vio que levantaba su mano – No tienes que meterte en mi vida.
-Podías seguir con eso, si es lo que querías, no iba a decir nada, simplemente iba a por agua...- Connor golpeo el estómago de Noah con rabia, para que no continuara hablando.
-Esta casa no es tuya, Noah...- el omega sujetaba su barriga, mientras asentía- A la próxima, será peor.
-Lo siento, tío...
Noah se acostó en su cama, cuando Connor salió de la habitación, el omega se iba apuntar mentalmente no salir de sus cuatro paredes, a ciertas horas, ver a su tío en pelotas ha sido un trauma, que nunca podrá borrar.
A la mañana siguiente, cuando fue a desayunar su tío no estaba en casa, así que puso el disco que le había dejado Jay en el ordenador de su tío, para escuchar música mientras se preparaba para irse al instituto.
Su barriga aún dolía por el golpe de anoche, cuando se cambio pudo ver un pequeño moretón en su abdomen, si alguno de sus amigos lo veía, diría que se había golpeado con algún mueble.
Canto la última canción que sonó en el disco, antes de guardarlo y ponerlo en su mochila, se atrevió a bailar un poco mientras limpiaba el vaso que había ensuciado y también recogió un condón que había sido olvidado. Limpio sus manos con detenimiento antes de salir de casa.
El autobús que lo llevaba a clase iba casi lleno, así que le toco quedarse de pie unos quince minutos, uno de los bebés que estaba sentado delante de él no paraba de mirarlo, así que Noah empezó a juguetear con él, haciéndole reír, su mamá, una beta, sonrió cuando vio aquel joven jugar con su bebé. Noah se despidió de ambos cuando llego a su destino.
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Lo que ocultan las palabras
RomanceNoah siempre se había sentido solo, apartado de la sociedad por ser un omega masculino, su tío siempre lo odio y no dudo en demostrárselo, su madre supuestamente se fue con su amante alfa y lo dejó con él. Noah siempre creyó esa historia y llegó a...