Noah miraba el paisaje que se formaba de camino a la Iglesia, aguantándose las ganas de llorar, no tenía miedo, sabía que estaba tomando la mejor decisión de su vida, estaba enamorado de Joe y quería vivir el resto de su vida con él. Firmar un papel para confirmar su amor, le parecía absurdo, pero a la vez le ilusionaba tener una familia al fin.
Le debe mucho a Joe, aunque el beta diga que es totalmente lo contrario, estaba preparado para cualquier cosa que le viniera en el futuro, ya no tenía por qué sentir miedo a quedarse solo, él nunca lo abandonaría.
-¿Estás bien, hermanito? – Noah sonrió, cuando Jay hablo, él también estaba a su lado – ¿Ocurre algo? ¿Estás mareado?
-Gracias... - no tenía que decir nada más, el beta sintió un nudo en la garganta – Por todo.
Jay golpeo el hombro de Noah, con cuidado, para regañarlo y el omega se rio, sabía que si le decía algo más, era capaz de hacerlo llorar, quería provocarlo, pero el beta le dijo que no con el dedo, mientras lo miraba de reojo.
-Volvería a ayudarte otra vez.
Elías escuchaba las bromas y risas de ambos, mientras iba condiciendo, decoraron su antiguo coche para la boda, con un gran cartel anunciando el compromiso de Joe y Noah, al omega se emocionó cuando lo vio, su pequeño dinosaurio se esforzó mucho, puso todas las cosas que le gustaban a los cinco, estaba claro que sus hijos también eran parte importante de ese día.
Tyrion estuvo una tarde entera haciendo el cartel a escondidas, en su habitación, Joe fue varias veces para ver si estaba haciendo alguna travesura, era muy peligroso que uno de los tres pequeños estuviera tan silencioso, el pelirrojo lo miraba de reojo y cubría el dibujo con su cuerpo, no tenía piedad con echar al beta de su habitación.
Durante el camino vieron más carteles, mucho más pequeños del que hizo Tyrion, indicaban el camino a la Iglesia, cuando más cerca estaban más nervioso se sentía, sintió un nudo en el estómago cuando su abuelo detuvo el coche en la entrada.
Delante de él se encontraba Taku, con los diablillos y el bollito, se había portado bien los quince minutos que estuvieron separados de su mamá, no era porque su el alfa les había prometido golosinas, si lo hacían, ellos eran unos niños tranquilos.
Jay se puso al lado de Taku, observando a Noah, su abuelo arreglo el traje y el cabello, mientras sonreía y después le puso una rosa blanca en el bolsillito de la chaqueta, para honrar a sus madres y a su abuela.
-Este será un nuevo comienzo para ti, mi vida...- Elías respiro profundamente – Espero verte brillar de nuevo, Noah.
Noah espero a que Jay y Taku bajaran, para reunirse con ellos al final, los pequeños le seguían de cerca, el bollito aun no sabía bajar escaleras, así que la cargo en sus brazos, ella estaba muy feliz con ello.
Cada escalón que bajaba era un recuerdo diferente, tanto bueno como malos, era un sentimiento extraño, su mente le estaba recordando el camino que tuvo que tomar hasta llegar a ese día, Elías apretó la mano de su nieto cuando noto que temblaba.
Su primer recuerdo era de cuando tenía unos cinco, estando solo en su habitación y llorando, después era un poco mayor y estaba huyendo de unos alfas, fue cuando conoció a Jay.
El primero ensayo de música que vio de la banda Ghatton.
Cuando se tuvo que separar de su hermano y termino en casa de Nathaniel. La primera vez que lo violaron.
Cuando se quedó embarazado de Skyler y al escapar de allí. Perder a uno de sus bebés. Jay llorando por su culpa.
Encontrar de nuevo a Tyrion y descubrir lo que le hicieron a su pequeño cuerpecito.
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Lo que ocultan las palabras
RomanceNoah siempre se había sentido solo, apartado de la sociedad por ser un omega masculino, su tío siempre lo odio y no dudo en demostrárselo, su madre supuestamente se fue con su amante alfa y lo dejó con él. Noah siempre creyó esa historia y llegó a...