Noah y Joe los ayudaron a llevar las cosas a casa, después de su salida del hospital, Jay se sentía muy débil, pero ya no quería estar en ese lugar, los efectos secundarios del tratamiento se hicieron presentes cuando dejo de tomar las pastillas, la doctor Blue les explico que estaría algunas semanas así, pero que pronto volvería a la normalidad. Taku compro todas medicinas necesarias para su pequeño beta.
-Acuéstate, mi amor...- Jay iba apoyándose a todos los muebles para no caer- Yo me ocupo de todo, no te preocupes.
-Te quiero ayudar – su voz sonaba apagada, Taku beso su mejilla y lo llevo a la habitación, junto a Yoko – No quiero estar tanto tiempo en la cama, es aburro.
-Necesito que mi hermoso beta, cuide de la princesa, mientras preparo su biberón...- la pequeña se había apoderado de la cama de sus padres- Solo serán unos minutos, mi amor ¿tienes hambre? – negó con la cabeza- Descansa, te quiero.
Jay llevo a Yoko a sus brazos, tenía miedo de que cayera de la cama, apenas se movía, pero debía de estar seguro de que no le pasara nada. Olio su colonia, y le vinieron recuerdos de cuando conoció a Taku, el alfa seguía usando colonia de bebé y ahora la compartía con Yoko, su pequeña olía muy bien.
-No llores, ahora viene papá...- Yoko se negaba a ser engañada con el chupete, así que lo tiraba todo el tiempo- No tienes que ser tan impaciente, princesa – puso su nudillo con cuidado en su boquita.
Taku llegó poco tiempo después, Yoko se quedó dormida después del biberón, no quería separarse de su mamá, cuando el alfa intento ponerla en su cunita, se puso a llorar de nuevo, él estaba preocupado por Jay, seguía sentado, para no despertarla.
-¿Estás bien? – el beta emitía pequeños quejidos- Necesitas algo ¿Quieres que me encargue de Yoko?
-El pantalón...- se quejó, no podía desabrochárselo con una sola mano- Me da en la herida y me duele, pero no te preocupes.
Lo acostó con cuidado, ignorando las quejas de Jay, la pequeña se había despertado porque Jay se movió, Taku le quito el pantalón, con cuidado, para no darle en la herida y el beta respiro aliviado.
-¿Por qué no me lo has dicho? – simplemente sonrió, el alfa se preocupaba demasiado- Tienes que decirme si te duele, la próxima vez, o si no me enfadaré.
-También estás cansado, creo que me estoy pasando...- le besó la frente, y le dijo que podía hacer cualquier cosa por él- Deberías descansar tú también.
-Lo haré, cuando mis bebés estén dormidos...- iba a quedarse despierto, por si necesitaba algo- Duerme un poquito, luego llamaré a Noah, para saber cómo están.
-Puedes decirles que vengan, por favor... - estaba triste y no sabía porque, él solo quería ver a su hermano.
-Dijeron que vendrían mañana, para que hoy descansaras...- Jay hizo una mueca de tristeza – Los diablillos, tienen demasiada energía, debes recargarte para poder jugar con ellos.
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Lo que ocultan las palabras
RomanceNoah siempre se había sentido solo, apartado de la sociedad por ser un omega masculino, su tío siempre lo odio y no dudo en demostrárselo, su madre supuestamente se fue con su amante alfa y lo dejó con él. Noah siempre creyó esa historia y llegó a...