CAPITULO 174

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Leah canturreaba en la sillita, detrás de Luke, y acariciaba a Lucca, el Husky se había sentado a su lado, para hacer esa pequeña excursión, Rayden le contó que irían a la granja de sus padres, donde había perros iguales a su querido compañero.

-Solecito ¿Estás preparada para jugar con ellos? – ella sonrió y comenzó a cantar – Iremos a visitar a las gallinas y al burrito que tienen.

Luke estaba algo nervioso, era la primera vez que iba a ver a los padres de Rayden, después de tantos años, cuando eran jóvenes pasaba el día en su casa y tenía buena relación con ellos, pero ahora, había pasado tanto tiempo que llego a pensar que no les gustaría la idea de que el fuera.

-Lucky, no tienes que preocuparte por nada...- acarició su pierna y le sonrió con sinceridad- Mis padres, no están enfadados, ni molestos, es más les emociono mucho que les dijera que ibas a visitarlos.

-Está bien que yo esté contigo ¿ellos lo saben? – desde pequeño, Rayden había admirado a Luke, sus padres sabían que acabaría saliendo con él algún día – Vamos a fingir que somos solo amigos ¿verdad?

-Ellos ya lo saben todo, incluso conocen al hermoso Solecito...- hablo orgulloso – Cuando nos reencontramos, los llamó, aquella noche hable muchos con ellos, aunque aún no sabía que tenías una hija – se burló de sí mismo – Sabes que tengo una foto con Leah, en mi fondo de pantalla, no pude resistirme es una bebé muy tierna – se sonrojo, al principio tenía otra foto y la cambiaba cuando estaba con él, por miedo a que se enfadará – Mis padres la vieron por casualidad y me preguntaron quién era, así que les dije que era tú hija.

Los nervios se triplicaron cuando Rayden le aviso que estaban cerca de la granja, Leah comenzó a aplaudir y a cantar, Lucca la imitaba aullando, la pequeña pedía conocer rapidísimo a los animales que había en la granja, quería que su mamá también lo hiciera, para poder jugar los tres juntos, luego iría a correr con el Husky y sus hermanitos, lo tenía todo pensado.

-Te tienes que presentar a los papás de Rayden...- Leah asintió animada, Luke le explicaba todo con tranquilidad – Luego iremos a ver a los animalitos, pero tienes que ser simpática con ellos.

-Mamá...- se puso sería y dejó de acariciar a Lucca durante unos segundos – El tío Ray y tú, os dais muchos besitos, mi hermanito Tyrion dice que solo lo hacen quienes se aman – puso su mano sobre el mentón, pensativa – El tío Ray ¿Es mi papá?

Rayden se sonrojo, nunca pensó en esa posibilidad, ser el papá del Solecito era un sueño para él, todo lo que le hiciera feliz a Luke, le emocionaba demasiado, así que por primera vez en meses se quedó en blanco.

-Los besitos, son porque os queréis...- les explico, a veces los adultos no entendían lo que veían los pequeños – Entonces, Ray es mi papá ¿verdad?

-¿Quieres que sea tu papá? Solecito...- ella asintió, pensó que había quedado clara su explicación – Lucky ¿Qué dices?

-Cuando a mi pequeña, se le mete algo en la cabeza, no suele cambiar de opinión...- el beta se sonrojo aún más que antes – Si ella dice que eres su papá, es que lo eres.

Luke había practicado con Leah, quería que su hija dejara de llamar a Ray "tío", desde incluso antes de que empezaran a salir, él lo veía como el guardián de su pequeña, la protegía incluso más que el propio Lander o Jon, lo primero que hacía cuando despertaba era preguntar por él, y pedirle que le llamará.

-Papá...- Lucca aulló, eso hizo reír a Leah.

Rayden aparcó el coche a un lado del camino y respiro profundamente, estaba recopilando información, sobre lo que estaba ocurriendo en ese momento, Leah le llamó "papá" varias veces, cada vez que lo oía su corazón se derretía, sin poder evitarlo, se puso a llorar.

Lo que ocultan las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora