CAPITULO 29

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El calor se fue junto al verano, Noah ya no podía comer tanto helado como quería, su heladería favorita había cerrado hasta el año siguiente, él se sentía triste por eso, ahora Jay no le permitía comer mucho helado – No es bueno, Noah-, aunque hiciera pucheros, el beta se resistía a los caprichos de su amigo, así que iba a buscar a Taku, que era un poco más sensible, cuando el beta se daba cuenta, Noah ya estaba comiendo helado de nuevo – No puedo verlo triste-, se quejó el alfa, Jay le dejo comer el helado, pero sería el último de ese día.

El vientre de Noah crecía cada día más, el final del segundo trimestre estaba llegando y el omega estaba cada vez más nervioso, Joe le dijo que podía elegir lo que quería hacer el día que naciera Skyler, pero la cesaría era la mejor opción, el omega investigo un poco sobre el post-parto, hasta que leyó algo que le asusto y dejo de hacerlo – Yo sabré lo que hacer, ¿verdad? Sky-, las pataditas que daba el pequeño ya eran notorias, incluso a veces le dolían, ahora Sky apenas lo dejaba dormir.

-Se lo diré a Jay...- era la única forma en la que se detenía, aunque el beta quisiera sentir al bebé, él se rehusaba a hacerle caso- Muy bien, ahora a dormir.

El pequeño no le quiso hacer caso, Noah se tuvo que levantar de la cama quince minutos después, Jay estaba viendo la televisión junto a Taku, se extrañaron cuando vieron al omega, iba decidido hacía la nevera.

-No quedan helado, Noah...- el beta vio la intención de su amigo, aunque caminara sigilosamente por el pasillo- Te comiste el último después de cenar.

-Eres malo...- los pucheros ya no servían contra su hermano, pero él lo seguía intentado- Sky, se está muriendo de hambre.

-No lo creo, hace poco que cenaste y además fuiste tú quien dijo que estaba a dieta, tenemos que reducir los helados, Noah...- Taku se aguantaba la risa.

-La dieta la deje está mañana...- el omega se sentó al lado de sus amigos, Sky no le dejaría dormir por un buen rato, así que debía distraerse con algo- El bebé tiene que comer y yo no me puedo negar.

Noah se cubrió con la manta que le había regalado Joe en su última visita, Jay no sabía de donde la había sacado, el omega se negaba a decírselo, su amigo se había vuelto muy celoso con él, sobretodo si el doctor estaba implicado.

-Pequeño tesoro ¿Estás despierto?- Sky detuvo sus pataditas cuando noto la mano de Jay, lo que hizo que Noah se burlara- ¿Por qué eres tan malo?

-No le has dejado comer helado, es su venganza...- Jay miraba de reojo al omega, piensa que su amigo le ha enseñado al bebé a llevarle la contraría- Es muy listo, como yo...

-Mañana iremos a por más, pero solo si el pequeño tesoro me saluda...- Jay noto algo, pero no sabe si es Sky o no- Pero debes decirle a Noah que no se los coma todos, o si no Joe lo pondrá a dieta de verdad.

El omega se quedó dormido en el sofá, así que Jay lo llevo a la cama, estaba más pesado que hace unos días, pero no quería despertarlo, había tardado mucho en dormirse, acomodo a Noah en la cama y lo cubrió con las sabanas, el omega no se dio cuenta del cambio de habitación hasta que despertó, pensaba que había sido magia.

-Buenos días...- la barriga de Noah rugía de hambre, hasta se podía escuchar, Taku no tardo en servir el desayuno- Muchas gracias- sonrió y empezó a comer con calma, Sky seguía dormido, así que tenía que aprovechar.

Se cambió de ropa y fue al salón, esperaba a Jay, debían ir a comprar unas cosas importantes para Sky, Joe los acompañaría para ayudarlos a elegir bien, la amistad entre ambos se estaba haciendo notable, aunque seguían tenido una relación de paciente y médico, no debían cruzar esa línea, Joe no quería hacerlo.

Lo que ocultan las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora