CAPITULO 158

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Al terminar la cena de Navidad, llamaron a Elías, el alfa no se lo esperaba, así que al principio no contesto, al ver que insistían, decidió atender la llamada de mala gana, esa noche se iba a quedar con su nieto y los diablillos.

-Señor Brown...- no había escuchado nunca la voz de aquella persona – Lo llamamos de la cárcel donde se encuentra su hijo, Connor Brown – sus ojos se entrecerraron cuando escucho ese nombre- Ha pedido verlo.

-No me interesa...- iba a colgarlo, pero lo detuvo, no quería molestar a Noah, ya se había dormido – Ya le dije que no me llamará, si no era algo importante, no voy a ir a hablar con él por una tontería.

-Su hijo Connor, ha intentado suicidarse esta noche en su celda...- el rosto de Elías cambio completamente – Su compañero aviso a uno de los guardas, ahora se encuentra estable en el hospital – su cuerpo comenzó a temblar, sin que se diera cuenta – Hemos podido detener la hemorragia.

-¿Por qué lo ha hecho? – no obtuvo respuesta – Me dijeron que él estaba bien, y que no tenía ningún problema, que incluso se relacionaba con los demás reclusos.

-Connor, dejo una nota en escritorio, antes de cortar sus muñecas y tobillos...- esa voz se mantenía tranquila, mientras contaba lo que había hecho el alfa- No es la primera vez que lo ha hecho, cuando lo intento anteriormente, fue detenido por su compañero, luego llamaron a un guarda.

-¿Cuándo fue eso? Mi hijo nunca ha intentado hacer algo así antes.

-El día que se enteró de la muerte de su madre, grito que quería ir con ella, tardaron más de una hora en tranquilizarlo – se estaba aguantando las ganas de llorar- Cuando volvió del funeral, también lo intento, pidiendo que alguien lo abrazara, por suerte aquella vez lo pudieron tranquilizar a los pocos minutos.

-¿Por qué no me contaron nada antes?

Joe salió de la habitación, al escuchar a Elías hablar solo, el beta se sentó a su lado, mientras el alfa hablaba por el móvil, su rostro se distorsionaba con cada palabra que escuchaba, apretaba con fuerza su puño, mientras decía que no era posible lo que le contaban.

-Connor ahora se encuentra hospitalizado en el hospital central de la ciudad, aún no ha despertado – Elías sintió una descarga en su cuerpo- Antes de desmayarse, te llamó y a su sobrino, también.

-¿Qué quería? – no le respondió- Mi hijo, no me busca desde años, no creo que me llame.

-Señor Brown, Connor ha estado a punto de morir y creemos que lo volverá a hacer de nuevo, pensamos que usted es el único que puede detenerlo.

Elías al principio se negaba a ir, pero aquella voz insistía, su hijo llevaba actuando extraño desde hacía bastante tiempo, le enviaron emails para avisar a su padre, pero ninguno fue leído, al final tuvieron que llamarlo para poder hablar con él.

-No voy a llevar a mi nieto...- la voz insistió, algo que enfado a Elías- Ahora él esta embarazado, no voy a llevarlo a ese lugar, me da igual que Connor quiera hablar con él.

Joe se ponía nervioso cada vez que escuchaba el nombre de Noah, ya que su abuelo estaba demasiado enfadado cuando hablaba de él, el beta toco inconscientemente la foto que le había regalo el omega. Elías estaba expulsando feromonas, se dio cuenta cuando vio que sus ojos cambiaron de color, estaría en peligro si fuera un alfa u omega, así que fue a cerrar la puerta de su habitación.

Al terminar la llamada, Elías casi rompe el teléfono móvil, estaba realmente cabreado por lo que había hecho su hijo, ya que no entendía la razón, por más de veinte años, Connor se mantuvo alejado de su familia, secuestro a Noah y lo mantuvo cautivo con él, asesino a su hermana y a su cuñada. Estaba a punto de reventar, ya le había dicho que no quería tener relación con él, ya le había explicado que no lo consideraba su hijo, aunque lo llamaba así inconscientemente.

Lo que ocultan las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora