MEMORIES 5

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Noah se cubrió el rostro, no quería que Jay viera lo que le hizo su tío el día anterior, esa vez, no lo golpeo porque quería, solo fue un descuido, o eso quería pensar. La mejilla del omega le dolía, en la noche se hincho más, aún no sabe porque su tío grito esa noche, él solo fue para comprobar que estuviera bien y Connor lo golpeo.

-Duele...- acarició su mejilla, antes de salir quiso cubrirlo con maquillaje, pero no sirvió de mucho, aun se podía ver algo morado – Esta vez no fue mi culpa, creo.

Jay como de costumbre, salió de detrás de él, el beta lo volvió a asustar, Noah aparto su mirada de él, para que no lo viera. Jasper y Marco lo acompañaban, ellos no sabían que su tío a veces lo golpeaba.

-Líder ¿Qué le has hecho a nuestro pequeño Noah? – se quejó Marco, a él tampoco lo miró – Normalmente nos regala una sonrisa por las mañanas, pero ahora...

-No le he hecho nada, acabo de llegar...- el omega intento escapar, mientras discutían debía ser rápido – Noah ¿ocurre algo? – negó con la cabeza nervioso - ¿Por qué no hablas?

-Me he resfriado y me duele un poco la garganta...- tosió para que se le creyeran más, pero Jay comenzó a dudar – Debo llegar pronto a casa.

-Tu tío...- el beta hablo serio, su sonrisa se había borrado - ¿Qué te ha hecho está vez? - Marco y Jasper se quedaron mirándose unos segundos.

-Me resfrié, Jay...- tosió con más fuerza, cubriéndose la boca – No me hagas hablar, mi garganta duele mucho, no podré cantar hoy.

Jay lo llevo a la clase que le tocaba al omega, Noah no le miro en todo el camino.

-Noah, no estás resfriado, no suenas enfermo...- el omega intento escapar de nuevo – Ahora ellos no están con nosotros, dime lo que te ha hecho tu tío.

-Esta vez no fue queriendo, yo...- Jay le quito la capucha, viendo como estaba su mejilla – No duele tanto como crees, estoy bien.

-Deberías decir algo, Noah...- lo miro preocupado, tenía ganas de llorar – Puedo ayudarte, no quiero que te siga haciendo estas cosas, él no te merece – sintió un nudo en la garganta – Por favor, Noah, deja que te ayude.

-Mi tío, es la única familia que tengo, mi madre me abandono para irse con un alfa y no conozco a nadie más...- el beta lo abrazo, era algo que hacía seguido, así que no se asustó – No puedo quedarme solo.

-Puedes venir a vivir conmigo, se lo diré a mis padres, seguramente ellos te dejaran...- negó con la cabeza – Noah, sabes que estoy de tu parte ¿verdad? Puedes confiar en mí.

-No necesito ayuda, estoy bien...- le sonrió de lado y entro en clase – Nos vemos después de clase, Jay.

Pasaron varios días, Noah se inventó que se golpeó con la puerta, cuando sus amigos le preguntaron, Jay lo miraba con tristeza cada vez que veía el moretón de su mejilla, él si sabía lo que había pasado, pero el omega no le iba a pedir ayuda, le advirtió que no hiciera nada, incluso le llego a amenazar con dejar de ser amigos si le decía algo a alguien.

-Nuestro líder es el más fuerte de los cuatro – Marco estaba aburrido, mientras esperaban el autobús – Podríamos decir que es guapo, no tanto como yo...- lo miro de reojo, por si recibía algún castigo de su parte – Digo esto, porque aunque nuestro líder sea fuerte y guapo, nunca ha besado a nadie, incluso Jasper y yo lo hemos hecho, pero Jay...- el beta le gruño- Incluso nuestro pequeño Noah ha besado a alguien ¿verdad?

-Nunca he besado a nadie...- se sonrojo, y se centró en su helado – Lo siento.

-Esto no puede ser, Marco...- dramatizo Jasper, mirándolos a los dos- Noah, ven yo te enseñare a besar – negó con la cabeza, al alfa le entro miedo cuando Jay lo miro – Sera uno pequeñito.

Lo que ocultan las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora