CAPITULO 104

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Jay recorría la casa nueva, de una punta a otra, esperando un mensaje de Noah, hacía varios días que no le contaba nada y estaba preocupado, Taku intentaba tranquilizarlo, pero el beta no le hacía caso, sabía que le pasaba algo al omega, lo había notado raro la última vez que lo vio, cuando se casi se desmayó delante de él, quiso llevarlo al hospital, pero él no le dejo, lo llevó al gimnasio para que Taku comprobará si estaba bien, oliendo sus feromonas y noto el olor de un alfa en Noah.

-¿Esta marcado? – Taku no lo sabía, debía ver su cuello para descubrirlo- También has visto las heridas en sus brazos ¿verdad? Mi hermanito no es tan torpe.

-Él te dijo si se encontraba mal – negó con la cabeza y abrazo al beta- Tienes que estar tranquilo, mi amor.

-Si no me contesta mañana, iré a buscarlo – le había dado la dirección de su nueva casa, hacia unas semanas, si necesitaba ayuda, podía ir- Tengo que hablar con Connor, está vez de verdad.

-No me fio de ese alfa, Jay – Taku notaba algo extraño en ese hombre, no quería que se acercará tanto a él- Ya te ha dicho que está estudiando en el extranjero.

-No me lo creo, Noah no sabe mentir, le tiemblan las manos cuando lo hace – por mensaje podía mentirle de mil formas, pero cara a cara no- Fui a llevarlo a casa de su tío, pero me dijo que no.

A Taku le costó convencer a Jay para ir a dormir, el beta estaba demasiado preocupado por Noah, desde que le había dicho que tenía feromonas de alfa, Jay quiso ir a casa de Connor esa noche, Taku lo convenció para que se quedara en casa.

-Mañana, iré a hablar con él, si Noah no me dice nada – sabía que no podría detenerlo, Jay hablaba enserio, Taku se rindió.

-Déjame acompañarte, Jay – el beta abrazo con fuerza al alfa, hasta que se quedó dormido- No voy a dejar que ese hombre te toque.

Sus sospechas se cumplieron, Noah, no le había dicho nada esa mañana, el corazón de Jay dolía demasiado, le pregunto a Marco y a Jasper, si había hablado con ellos, pero la respuesta también fue negativa, el omega solo hablaba con Jay.

El beta salió de casa junto a Taku, el alfa lo acompaño a casa de Connor, el alfa les abrió la puerta con cara de pocos amigos, para protegerlo, Taku se puso delante de Jay.

-Otra vez preguntado por él – cruzo sus brazos y se apoyó en el marco de la puerta- Mi sobrino está estudiando fuera, no está en esta casa.

-¿Qué está estudiando Noah?- el beta sabía lo que quería estudiar el omega, así que sabría si Connor le mentía- ¿Ha venido estás Navidades?

-Yo solo le doy el dinero para que estudie, no me importa lo que está haciendo y estás Navidades se ha quedado en el campus – Jay sospechaba que era mentira- No lo veo desde hace un año, y tampoco me importa.

-Al menos dime donde está – Connor le sonrió y el beta apretó el puño, no quería golpearlo- No he venido aquí buscando pelea, solo quiero saber si Noah está bien.

-Se están encargando de él, mi sobrino vive felizmente, separado de ti – Taku sujeto a Jay, para que no se moviera- Siempre me has parecido un beta demasiado pesado.

-¿Dónde está Noah? – se lo iba a preguntar, hasta obtener respuesta, no sé iría de ahí- Si le has hecho algo malo, será mejor que me lo digas.

-Noah es un omega adulto, puede irse cuando quiera y sin dar explicaciones- se burló de Jay, el beta estaba cada vez más cabreado- Tu querido hermanito te ha abandonado, esos chicos son traicioneros, siempre van a por el dinero.

-Noah no es así, vives con él y no lo conoces, él no iría buscando el dinero de nadie, tú si lo harías, Connor.

El alfa cerró la puerta de su casa, dejando a la pareja fuera, Jay golpeo la puerta pero no le volvió a abrir, estaba pensado la manera de entrar para ver si lo tenía secuestrado, pero sabía que era ilegal, al cabo de unos minutos se fueron.

Lo que ocultan las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora