Tyrion grababa a Nube, para enseñarle el progreso Maki, el gatito hacía días que se había despedido del yeso que cubría su patita, desde el mismo día que se lo quitaron se volvió más travieso. Ahora era libre y tenía una gran casa en la que jugar.
Cuando Tyrion no estaba en casa, Noah se encargaba de cuidarlo, Nube al no tener al omega cerca se sentía triste y lo esperaba en su habitación, no hacía muchas travesuras, cuando estaban los dos solos. A lo mejor mordía el sofá o se escondió en alguno de los armarios.
Nube se apropió de varios juguetes de Tyrion, cuando era pequeño, Noah pensaba que le gustaba porque tenían el olor del omega. Sky y Hera volvían antes que su hermano mayor, así que aprovechaban para jugar con el gatito.
-No le gusta el gorrito...- Sky se lo quito, ante la atenta mirada de Hera, la pequeña no se iba a dejar ganar por su hermano – Le asusta, no se la pongas.
-Tyrion, le pone gorritos, yo lo he visto...- mintió, cruzando sus brazos sobre el pecho – Nuestro hermanito es su mamá, así que si él lo hace, yo también.
-A Nube no le gustan los gorritos, son muy grandes para su cabecita y además le cubres las orejas...- se quejó y escondió el molesto gorrito debajo del sofá – Le gusta jugar al escondite.
-Siempre se esconde en el armario de Tyrion, es fácil encontrarlo, Sky...- Hera no se iba a dejar ganar – No quiero jugar a eso, quiero que Nube sea un mago.
Noah tuvo que ir al salón, para detener la terrible discusión que estaban teniendo sus hijos, Hera sujeta el arma del delito en sus manos, mientras Sky la miraba enfadado, el pequeño alfa se había convertido en el defensor del gatito cuando Tyrion no estaba, no le gustaba para nada que lo molestaran.
-Nube, se come mi pollito a veces, así que puedo disfrazarlo de mago...- el pequeño tesoro negó con la cabeza – Tyrion me deja, él es nuestro hermanito mayor, así que debes hacerle caso.
Los dos enmudecieron cuando Noah se sentó a su lado, Nube subió a su regazo para que lo protegiera de los pequeños de la casa, el gatito maulló cuando el omega lo vio. Le gustaba que le acariciara la espalda, se quedaba completamente quieto.
-Mamá, Nube es un mago, díselo a Sky...- el pequeño tesoro entrecerró los ojos.
-Creo que Nube está cansado, hoy estado jugando mucho tiempo con su rascador nuevo...- el aludido agacho la cabeza – Y ha vuelto a morder el sofá.
-Mamá, al gatito le da miedo el gorrito que le está poniendo Hera...- la miro de reojo – No le gusta, he leído que las orejas de los gatitos son muy sensible.
Los pequeños traviesos se tranquilizaron cuando llegó Joe, ambos fueron a explicarle lo que pasaba al beta, para que les dijera quien tenía razón, una decisión difícil para un papá que no sabía lo que estaba pasando. Noah, ante la distracción de los pequeños escondió a Nube en la habitación de Tyrion.
-No hagas ruidos, ellos no sabrán que estás aquí, ahora están con su papá, así que puedes descansar – Noah acarició su cabeza con cuidado – Mis pequeños pueden ser muy traviesos, pero te quieren mucho, Hera no quería molestarte, ahora se ha obsesionado con unas películas sobre magia.
Nube subió a la cama de Tyrion cuando Noah cerró la puerta e hizo un gran bostezo, para un gatito de cinco meses era agotador jugar con humanos en miniatura, se quejaría al omega cuando volviera. Se hizo una pequeña bolita sobre la almohada y se durmió.
Sky y Hera estaban ayudando a su papá con la comida, ellos le pasaban los ingredientes al beta y esperaban a que les diera de probar, su abuelita Agatha les había hecho unos delantales para la hora de cocinar y su tío Lander les regalo unos gorros a juego.
ESTÁS LEYENDO
Lo que ocultan las palabras
RomantikNoah siempre se había sentido solo, apartado de la sociedad por ser un omega masculino, su tío siempre lo odio y no dudo en demostrárselo, su madre supuestamente se fue con su amante alfa y lo dejó con él. Noah siempre creyó esa historia y llegó a...