CAPITULO 98

161 18 4
                                    

Jay se fue a casa, estaba demasiado enfadado con Taku, no podía creer que el alfa fuera así, él le había demostrado sus sentimientos y parecía que al alfa le dio igual, el beta pensaba que era una tontería estar enamorado de él, así que lo intento olvidar, pero no podía.

Taku ocupaba una gran parte de sus pensamientos, el beta ya se había imaginado una vida con él, pensaba que serían una pareja muy feliz, incluso pensó en tener hijos con él, pero ahora, odiaba a Taku.

Bueno... No lo odiaba, solo estaba resentido, ignoro las llamadas del alfa, quería que supiera como se sentía ser ignorado, siempre ha sido un chico bastante cabezota, no permitiría que Taku consiguiera lo que quisiera a la primera de cambio, iba a castigarlo, por ser un hombre tan malvado, estaba preocupado por el alfa, no quería hacerle nada malo.

Entro en casa con la cabeza gacha, para que sus padres no le vieran llorar, su madre se preocuparía por él, no quería decirles que había discutido con Taku, su padre amaba mucho al alfa y se había un gran amigo de Tadashi, si se enteraba que habían discutido, se lo contaría al padre de Taku, conocía demasiado bien a su padre.

-Siempre te digo que saludes cuando entres en casa, Jay – su madre se quejó desde el sofá, pero el beta lo ignoro- Ya has vuelto a pelear con alguien ¿no?

-Me voy a dormir, buenas noches – gruño, el beta se fue a su habitación- No me llames para cenar, ya he comido, mamá.

Cerró la puerta de la habitación y dejo la maleta en una esquina, después se acostó en la cama, rozando su mano con las sabanas, allí se dio cuenta que el dolor no había pasado, la sangre se había secado, pero la mano estaba hinchada.

-Me duele, es tu culpa, Taku – escondió su cabeza en la almohada- Ya no te quiero, estúpido alfa.

Intento dormirse, pero las palabras que le dijo le resonaban en el corazón, nunca le había tenido miedo, no podía tenerle miedo a una persona tan sincera, sería estúpido, Jay se quejó de nuevo, ese alfa era un tonto, él solo quería estar a su lado, quería darle las fuerzas necesarias para superar lo que estaba pasando, pero no le dejo.

-Eres malvado – se acurruco en la cama, quería calmarse, pero estaba demasiado enfadado para hacerlo.

Jolie lo estaba viendo, mientras se apoyaba en el marco de la puerta, escucho todo lo que dijo su hijo, incluso las maldiciones que le lanzó al alfa, se aguantaba la risa, su hijo era bastante rencoroso, desde que era pequeño.

-Tendré que lavarte esa boca con jabón, Jay – el beta se asustó al escuchar a su madre- Pensaba que solo te enfadas así, cuando Noah no podía salir.

-Déjame, mamá – la miro enfadado- No puedes ayudarme en todo, estoy bien.

-Entonces ¿Por qué estás tan enfadado? – se acercó a él, el beta dejo que se sentará a su lado- ¿Qué ha pasado? – acarició su cabello con ternura – Mi pequeño, no se enfadaba así desde hace años.

-Estoy bien, mamá – le gruño, pero no se apartaba del lado de su madre- No entenderías los problemas de un chico joven- Jolie se rio.

-Yo también fui joven, aunque no te lo creas, Jay – golpeo la frente de su hijo, y él se quejó- Que ahora tenga canas, no significa que no tenga el alma joven, pequeño tonto.

-No me insultes mamá – le hizo una mueca de tristeza- Ya estoy herido, no necesito que mi mamá me insulte.

-¿Tienes hambre? Pequeño mimoso – asintió- Acompañaba a la cocina, te preparé algo para cenar, Noah me dijo que hoy irías a ver a Taku y estaba preocupado.

-Hermanito, eres un pequeño omega traidor – Noah estornudo en su habitación- Mañana no te compraré ningún dulce.

Jay se sentó al lado de su padre, estaba hablado con Tadashi, a ambos les gustaba bastante la música y se recomendaban grupos, el beta pensaba que su padre se había vuelto adolescente en unos meses, quería requisarle el móvil por las noches para que se fuera a dormir temprano, pero tenía miedo de quitárselo.

Lo que ocultan las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora