CAPITULO 167

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Lo que ocurrió hace dos semanas seguía reproduciéndose en la cabeza de Luke, besó a Rayden por accidente, mientras este dormía, no quería saber que era lo que pensaba su amigo, él no quería besarlo, no tenía la intención de hacer nada de eso, solo quería preguntarle qué había pasado.

Estaba confundido, Rayden actuó como si no hubiera pasado nada, y cuando le dijo que debía irse lo hizo sin ningún problema, normalmente, el beta hace todo lo posible para quedarse en casa, pero esa vez no lo hizo. Estaba seguro que estaba enfadado con él, por eso no quería contestarle los mensajes ni las llamadas.

Luke temía que Rayden le dijera que no quería saber nada más sobre él, tenía demasiado miedo para preguntarle. Nathaniel se hubiera enfadado, si lo hubiese hecho, incluso lo hubiera golpeado si tardaba en apartarse, pero su amigo no lo hizo, parecía sorprendido.

-Mamá ¿Cuándo veremos al tío Ray? – le estaba ayudando a recoger unas flores del jardín del orfanato- Él prometió jugar conmigo – parecía muy triste.

No le contesto, Leah se sentía demasiado triste, echaba de menos al beta, le gustaba que jugará con ella y que hiciera enfadar a su mamá llamándole "Lucky", después él hacía como si no hubiera escuchado las palabras del beta y seguía llamándolo así. Luke se había acostumbrado a tenerlo de nuevo a su lado, pero no sabía lo que le pasaba, su corazón era complicado de entender y su cerebro no le ayudaba mucho, ambos le pedían que hablara con Rayden, pero no sabía cómo hacerlo.

Leah se puso a llorar, al recordar a su amigo, como no iba a casa no podía ver tampoco a Lucca, a ella le gustaba mucho estar con aquel pequeño Husky, era su mejor amigo, después de hermanito Sky.

-¿Qué ocurre? Leah...- Lander la cargo, para animarla, pero ella solo quería seguir llorando - ¿Te has hecho daño? – negó con la cabeza.

Lander limpió las lágrimas de la pequeña con cuidado, mientras ella se apoyaba en su pecho, el alfa no entendía lo que pasaba, desde hace algunos días ambos estaban extraños, Luke no quería decirle nada.

-¿Estáis enfadados? – no sabía a qué se refería- Hace días que no veo a ese beta a tú lado, siempre te sigue por donde vayas, pero hace días que no lo veo ¿ha ocurrido algo?

-Estoy bien, nosotros, bueno...- el alfa lo analizo con la mirada, llevaba años cuidado de ellos dos, sabía cuándo Luke intentaba mentirle- No ha pasado nada.

-Entonces ¿Por qué estás triste? – el beta desvió la mirada, mientras arreglaba las flores- Se cuándo te duele algo, cuando estás triste y cuando estás feliz.

Luke paso por el lado de Lander sin decirle nada, y fue de nuevo al despacho de Jon, allí le dejaban descansar si se encontraba mal, iba a decirle al alfa que le dolía el estómago para poder dormir un poco.

-Si te ha hecho algo malo, dímelo, me encargaré de hablar con él...- abrazó a Leah con fuerza- No voy a dejar que nadie os haga daño de nuevo, joven Luke.

Entro al despacho de Jon, y se sentó en el sofá, el alfa no le dijo nada, estaba demasiado ocupado con los papeles de una nueva adopción, así que simplemente se durmió, alguien lo cubrió por arte de magia.

Rayden estaba cansado de intentar contactar con Luke, le enviaba mensajes, lo llamaba e iba a verlo, muchas veces, pero el beta no le hacía caso, quería hablar con él, quería decirle lo que estaba ocultando durante años, así que le pidió a su fiel compañero que lo ayudará, le había puesto una pequeña capa a Lucca.

-Acuérdate, cuando entremos busca a Leah, y dale la barita...- el Husky ladro para confirmar la petición de su dueño- Luego tráela donde este, para empezar la actuación, como ensayamos en casa...- le acarició la barriga, mientras sonreía- Debes hacerlo deprisa, tenemos que sorprender al Solecito y a Lucky.

Lo que ocultan las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora