Jay decidió acompañar a Noah a las primeras vacunas de Skyler, el beta quería asegurarse que ese estúpido doctor Ross lo hiciera bien y el pequeño tesoro no sufriera, aunque sentía pena por Sky, era demasiado pequeño para comprender lo que le iba a pasar, Jay pensaba que lo estaba traicionado, mientras vestía al pequeño para ir al médico, este le sonreía – Lo hacemos por tu bien, para que no te enfermes, pequeño tesoro -, Jay sentía pena por el bebé, incluso era capaz de ponerse el mismo las vacunas para que Sky no sufriera.
-¿Lo tenemos que llevar? – Noah estaba cansado de contestarle la pregunta a Jay, el doctor Ross era bueno, no le iba a hacer daño – Y si le duele, si llora...
-El que debería estar preocupado soy yo, pareces el papá de Sky, no ves lo tranquilo que va...- el pequeño dormía en el carrito, Jay se había encargado de cubrir bien a Skyler, para que no tuviese frío- Joe es buen médico, no le va a hacer daño.
-El tío Jay le pegara si te hace llorar mucho, pequeño tesoro...- el omega miro de reojo a su hermano, deberá cuidar a los dos, uno por que es demasiado pequeño y el otro porque no puede ver una aguja sin desmayarse – Yo te protegeré de ese terrible doctor Ross.
-No lo asustes, Jay o si no le diré que tú también necesitas alguna vacuna – el beta palideció al escuchar las palabras de Noah, el omega fue tranquilo hasta el hospital, ya que Jay no volvió a mencionar nada.
Jay iba caminando cerca de Noah, él no quería entrar a la consulta de Joe, pero debía estar con el pequeño tesoro, se lo había prometido al omega travieso, no podía defraudarlo.
-Puedes respirar, Jay...- Joe notaba al beta demasiado nervioso, Noah le había explicado el porque estaba así y se aguantó la risa- Si le hago daño a Sky, te dejo golpearme en el brazo...- el beta asintió- Quítale el pantaloncito, por favor, Noah.
Joe lo había preparado todo con anterioridad, a partir de ahora se iba a encargar de Skyler, no iba a dejar que otro médico insultara a Noah o al pequeño. El doctor Ross desinfecto la zona donde iba la vacuna, Sky lo miraba atento y el beta asustadizo de Jay no paraba de hablar por lo bajo, Joe no quería saber lo que estaba diciendo, así que lo ignoró.
Skyler lloro cuando Joe le puso las vacunas, pero a los pocos segundos se calmó, Noah y el doctor escucharon a alguien llorar después, miraron a Jay, el cual parecía que acababa de terminar de ver una película triste.
-No ha sido para tanto, Jay...- el beta se limpiaba las lágrimas con la manga – Él está bien.
-Pequeño tesoro, ese doctor ha sido malo ¿verdad? – acarició la manita de Sky y luego lanzo una mirada asesina hacia Joe – Él te pincho sin avisarte ¿verdad? No te ha hecho daño, díselo al tío Jay...- Sky se durmió.
Joe también vio la herida en el abdomen de Noah, se había curado hacía tiempo, pero seguía sintiendo algo extraño, los puntos fueron quitados hacía ya más de una vez y la cicatriz se estaba curando bien, aunque se abrió cuando recibió aquellos golpes.
-¿Te duele aquí? – Joe pasaba sus manos delicadamente sobre el vientre de Noah, él no se quejaba, el omega estaba aguantando la risa porque le estaba haciendo cosquillas, hasta que dio en el lugar, Noah emitió un pequeño gruñido- ¿Te golpeaste? Está hinchado.
-Creo que fue jugando con Tyrion, no lo recuerdo, ya hace unos días...- el beta le puso una crema para calmar el dolor, a Noah le recordó al momento de las ecografías y sintió nostalgia.
-¿Estás bien? No me digas que te duele tanto, quieres que...- el omega negó con la cabeza, no estaba llorando de dolor, si no de felicidad- Puedes contarme lo que sea, no tengas miedo.
-Estoy feliz, Joe...- Jay estaba acunado a Skyler, atento de la conversación de sus amigos- Mi pequeño sobrevivió y tú me ayudaste, muchas gracias, Joe Ross.
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Lo que ocultan las palabras
RomanceNoah siempre se había sentido solo, apartado de la sociedad por ser un omega masculino, su tío siempre lo odio y no dudo en demostrárselo, su madre supuestamente se fue con su amante alfa y lo dejó con él. Noah siempre creyó esa historia y llegó a...