CAPITULO 114

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Una semana después de hacerse las pruebas, Jay empezó a experimentar algunos síntomas, el beta odiaba las mañanas, tenía demasiadas náuseas y ya estaba cansado, Joe les dijo que era algo normal, en el primer trimestre y a lo mejor al inicio del segundo.

-Mi amor...- Taku frotaba la espalda de Jay, mientras él estaba apoyado en la taza del váter- ¿Estás mejor? – el beta no lo quería mirar a la cara, estaba enfadado- Tienes que comer algo.

-No me hables de comida ahora, Taku...- le gruño, el alfa estaba muy preocupado por su pequeño beta, no pensaba que los síntomas fueran tan fuertes – Bebé, te castigaré cuando nazcas, no te dejaré salir hasta que seas mayor de edad – Taku se rio, y Jay lo miro como si fuera a matarlo- Y tu padre, no podrá salir hasta que le caiga todo el pelo.

-No tienes que ser tan malvado con nosotros, Jay – pensó que el beta quería robarle el alma, después de aquella mirada- Bebé, deja descansar un poco a "mamá" – a Jay no le gustaba ser llamado así- Te compraré un regalo, si dejas que descanse un poco.

-No intentes comprar al bebé con regalos – el alfa se rio, mientras Jay caminaba delante de él- Después estará demasiado mimado y no nos hará caso.

Jay se ducho y se cambió de ropa, había sudado mucho por la noche, Taku no se separaba de él y daba mucho calor, intentaba apartarlo con patadas, pero el alfa no se movía.

-¿Por qué me miras así? – el beta estaba enfadado- Solo quiero ayudarte, Jay.

-Eres demasiado pesado, Taku – cruzo los brazos y le volvió a gruñir- No estoy enfermo, puedo hacer las cosas solo.

-¿Estás seguro? Puedes pedirme lo que quieras – el alfa salió de la habitación después de Jay lo echara con la mirada- Estoy con los pequeños diablillos, y con Noah.

Cuando Taku salió de la habitación, Jay se acostó en la cama, era la única manera en la que era completamente suya, el beta hablaba con el bebé para pedirle piedad, hasta que se quedó dormido, al ver que tardaba en salir el alfa se preocupó, pensaba que estaba de nuevo en el baño.

-Mi amor...- Jay estaba abrazado al pijama de Taku, él sonrió al verlo- ¿Estabas cansado?- lo cubrió con la sabana y salió de allí- Descansa un poquito, luego volveré a por ti.

Jay había empezado a sentir las feromonas de Taku hacia unos días, podía notar un leve olor a miel con colonia para bebé, no comprendía porque el alfa se empeñaba a oler así, pero le daba mucha ternura, también se sentía seguro, cuando tenía algo del alfa cerca suyo.

-Papá...- Tyrion se sentó a su lado para que lo ayudará con los deberes, era fin de semana, así que no tenía que ir al colegio- Después ¿puedo jugar con Jay? – el alfa asintió, y el pequeño omega empezó a reír planeando una travesura- ¿Sabes dónde están sus dibujos divertidos?

-No tienes que ser tan malo, Tyrion...- Taku pellizco su mejilla, él lo miro sin comprender lo que pasaba- Jay está muy cansado, para seguir tus travesuras.

-Él también se comió un bebé, igual que mamá...- han intentado explicarle que eso no es así, pero no quiere comprenderle, le gusta más su idea- Que haga como mamá y el bebé saldrá, como hizo Sky.

-Aún es muy pequeño, tu hermanito nació cuando ya era grande...- le explico Noah, Tyrion miro al pequeño tesoro, él seguía viéndolo pequeño- Tenemos que esperar nueve meses, para que nazca el bebé de Jay.

-Papá...- puso su mano sobre la cabeza para pensar mejor, hacia lo mismo en clase- Sky nació después de mucho chocolate, tienes que darle mucho también Jay.

-El bebé ahora es así...- le enseño uno de sus juguetes, Tyrion estaba muy atento a la explicación- Es demasiado pequeño, aun no tiene ni brazos ni piernas – el pequeño omega abrió mucho la boca, y Taku se aguantó la risa- Jay lo está cuidando para crezca mucho más y pueda jugar contigo y Sky.

Lo que ocultan las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora