El dolor que sentía el mayordomo fue remitiendo por el paso de los días, en cambio se empezó a sentir mareado y con nauseas continuas, el alfa no le quería ayudar de ninguna manera, dejando que Luke sufriera en silencio.
-Te estás volviendo más sumiso...- acariciaba el vientre del beta, que ya había empezado a crecer- Puede que te deje vivir.
Luke no le contesto, ya no quería hablar con él, sentía que no tenía manera de salir de allí, se empezó a acostumbrar a la vida encerrado, se resignó a su nueva vida, Nathaniel ya no lo golpeaba, pero continuamente quería tener relaciones sexuales con él, Luke ya no oponía resistencia.
-Haz lo que quieras...- el alfa utilizaba el cuerpo del beta como un simple objeto- No me vas a escuchar- las palabras cansadas salieron de sus labios sin pensarlo, aunque gritara que se detuviera él no lo haría, le volvería a cubrir la boca de nuevo.
-Bien dicho...- se quitó los pantalones y empezó el juego, Luke ya no sentía ningún placer estando con Nathaniel.
El alfa se iba cuando acaba su trabajo, dejándolo solo de nuevo, Luke se levantaba de la cama e iba al baño, se limpiaba y lloraba en silencio hasta que se quedaba sin fuerzas, volviendo de nuevo a su cama.
-Sigo amando a ese cabrón...- acariciaba su vientre con tristeza, sabía que el ser dentro de él también sufriría si se quedaba con Nathaniel- Te odio...- golpeo su piernas como castigo, quería plantarle cara al alfa, pero ya no tenía fuerzas.
Su vientre comenzó a crecer con rapidez, él sentía miedo, quería que parara, no estaba preparado para eso, no quería ser padre de esa manera, quería proteger al bebé pero no sabía cómo.
-Lo siento...- el bebé estaba quieto, no respondía a nada de lo que decía Luke- Tampoco te puedo proteger a ti.
Nathaniel le miraba con asco cada vez que entraba en la habitación, ahora Luke no era del gusto de él, se había vuelto demasiado horroroso para él, solo tocaba al beta para comprobar que el feto estaba bien, obligando al bebé a moverse, lo que causaba un horrible dolor a Luke, era demasiado agresivo.
-Espero que te estés alimentando bien...- regaño a Luke, él simplemente agacho la cabeza- Os mataré a los dos si está enfermo.
El bebé seguía moviéndose agresivamente una vez Nathaniel se iba, Luke acariciaba su barriga para tranquilizarlo, mientras lloraba pedía a gritos que al menos cuidará al bebé, ya no le importaba su vida.
-Se fuerte por mí también, cariño...- las lágrimas cayeron sobre la cama- No dejes que te pase lo mismo que a mí...- fueron sus últimos pensamientos antes de caer profundamente dormido.
Cada vez que iba al baño miraba su cuerpo, le causaba una mezcla de dolor y asco, le dolía todo el cuerpo, aunque los golpes ya se había borrado de su piel seguía sintiéndolos y le daba asco ver su aspecto, sus ojos ya no tenían luz, su piel estaba demasiado pálida, sentía que ya no quedaba nada de él, ¿Seguía siendo humano? O ¿Solo estaba respirando?
Miraba su barriga y la acariciaba, sentía que el bebé lo odiaba también cuando estaban solos no quería moverse, solo se movía cuando Nathaniel se acercaba a ellos, pegándole con fuerza.
-¿Me perdonarás alguna vez?- no quería saber la respuesta- Entendería que me llegarás a odiar, cariño...
Faltaba poco para la llegada de su hijo, así que Nathaniel investigo como hacer un cesaría, se negaba a llevar a Luke al hospital, no se fiaba de nadie, el bebé tenía que ser solo de él, el beta no importaba, podría morir, eso es lo que leyó, no se recomendaba hacerlo en casa, debía de haber un profesional, pero al alfa le dio igual, compro todo lo necesario para atender el parto, sin importarle ni lo más mínimo lo que pasaría si lo hacía mal.
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Lo que ocultan las palabras
Любовные романыNoah siempre se había sentido solo, apartado de la sociedad por ser un omega masculino, su tío siempre lo odio y no dudo en demostrárselo, su madre supuestamente se fue con su amante alfa y lo dejó con él. Noah siempre creyó esa historia y llegó a...