XIV

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— Buenas noches, hyung. —Saludó Hyunjong detrás de Man-suk. Él, como la última vez que lo vio, estaba sacando agua del pozo. Lo miró en silencio un momento y se levantó sorprendido.
— Eres viejo ahora. —Sonrió melancólico y se acercó para tomar el balde que el mayor estaba por verter en otro. — Déjame hacer eso por ti antes de que te lastimes.

Man-suk no articuló ni una palabra, aún después de que los dos se sentaron en las gradas que, en los mejores años, habían sido ocupadas por macetas.

— En cinco años no habíamos hablado. —Comenzó Man-suk cuando el menor no dijo nada. — Creí que habríamos perdido la amistad que teníamos desde niños. —Hyunjong bajó la mirada. — ¿Por qué de pronto...?

— No sería bueno que lo dejemos así, hyung. —Espetó aún dirigido al suelo.

— El general Kim, de Han-yangdoseong, vino durante el día. Recibió un mensaje del norte sobre una posible invasión de los manchúes. —El mayor lo miró temeroso.
— Aún no es algo certero, pero no quiero irme sin haber resuelto esto contigo, hyung.

— ¿Irte?

— Su majestad viajará hasta la frontera. Creo que irá a buscar al sexto príncipe para asignarlo cómo estratega en campo si es necesario, pero... también dijo que si Manchuria comienza un ataque antes de quince días, enviará tropas para apoyar al norte. Hyung, el emperador Qing ha estado expandiendo sus conquistas de territorio y podría llegar a nuestras costas de nuevo.

— Pero, ¿no había resuelto eso su majestad Young Soo? —Hyunjong negó con la cabeza.

— No. En ese momento, Zhōng gúo quería tomar el puerto para asentar una base de comercio. Ahora es una conquista como tal. Mi deber es proteger al emperador.

— Hyunjong, si iniciara un ataque, deberías sacar al emperador y a ti mismo de inmediato.

— Los manchúes son sanguinarios. Incluso los asesinos de nuestra península les temen. El emperador irá hasta la zona norte para hablar con el príncipe Mong Yuk. Si el ataque es un hecho, no es seguro que tengamos suficiente tiempo para escapar antes de que lleguen a la residencia del príncipe, por eso quiero hablar contigo ahora. Me negué a hacerlo antes por orgullo, pero ahora eres el único que puede hacerlo.

— Hyunjong, no hables como si mañana fueran a tomar Hanyang.

— Mañana partiré escoltando a su majestad. —Volvió su mirada hacia su amigo.
— Man-suk hyung, debes prometerme que seguirás protegiendo a la señora Eunyeong.

— Por supuesto que lo haré, pero no deberías llamarla señora. Ahora sabes que es tu hija. —El menor volvió a bajar la cabeza.

— Ella no me ve como su padre. —Exhaló triste. — Pensé en decírselo. Muchas veces cruzó por mi cabeza, pero no pude. La anterior emperatriz aún está ahí.

— No entiendo. ¿Qué...?

— Antes de que Woo Jayoon muriera, ella decía que el fantasma de la señora Ji la atormentaba, y le dijo a la emperatriz viuda que ella debía ser torturada también.

— ¿Maldijo a la emperatriz viuda?

— No. La acusó. —Suspiró. — Dijo que ella y la consorte imperial Yoon habían sido quienes incriminaron a la señora Ji. —Tensó sus dientes.
— Cuando escuché eso me llené de rabia. Pensaba en la pobre señora Ji encerrada aquí, muriendo lentamente. También pensé en Ranwon, torturada ¡para admitir una mentira! —El mayor dio un respingo cuando Hyunjong gritó lleno de furia y desesperación.

Herencia de sangre | 𝑺𝒑𝒊𝒏-𝒐𝒇𝒇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora