— Descansa aquí un momento antes de volver a tu palacio. Si te sientes mal, llama de inmediato al médico, ¿está bien?
— Estaré pendiente de cualquier cosa inusual, mi señor. —Lo siguió con la mirada hasta que salió de la pieza seguido por todos sus guardias. Ella se quedó sola con Rin Su, a quien miró. La más joven entendió que había algo pendiente que hacer.
— Seguro que el señor Byun podrá darnos más detalles sobre la acusación de lord Jung y su familia. —Eunyeong sonrió.
— Rin Su, también podríamos dirigirnos al guardia Bong. Últimamente pareces más feliz de buscar al señor Byun. —La joven bajó la mirada con las mejillas sonrojadas.
— Eh... e-es que... el guardia Bong se fue con su majestad, unnie. Pensé, si quieres una respuesta pronto, el señor Byun es el más indicado. —La consorte mantuvo una sonrisa genuina y asintió.
— Está bien. Tienes razón.
— ¿Quiere que vaya ahora? —La mayor asintió una vez.
— Sí. Está bien. —Rin Su asintió antes de hacer una venia y apresurarse a salir prometiendo volver pronto.
Mientras Rin Su cruzaba el umbral de acceso al palacio, detrás de la cámara Hwang-geum jong, un grupo de guardias avanzaba en formación lineal detrás de Bong Hyunjong hacia la puerta del palacio Juyohan.
— El sexto príncipe y su asistente Byun han hecho un exhaustivo trabajo para definir la causa del envenenamiento y a los responsables. —Anunciaba Bong. — No debemos defraudarlos.
— Sí, señor.
Entraron en el palacio después de remover las cerraduras, con lo que llamaron la atención de los sirvientes que limpiaban el patio. Ellos no tardaron en correr a anunciar a sus amas y llevarlas a ver lo que sucedía. El grupo de soldados se dirigió al pie de la escalinata de la mansión principal donde, de hecho, estaban todas reunidas.
— Guardia Bong, ¿por qué ha entrado aquí con hombres armados? Esta es la residencia de las concubinas del emperador. —Regañó In Ha inspeccionando con una mirada a las dos docenas de guardias.
— Consorte imperial, tengo órdenes de su majestad de inspeccionar cada rincón de este palacio, comenzando por la mansión de la noble consorte Chae Ah.
— ¿Qué clase de osadía es esa!
— ¡Es mejor que no digas cosas sin sentido o tendrás problemas!
— ¿Por qué su majestad quiere registrar mi mansión?
— Noble consorte, sólo estamos haciendo nuestro trabajo respecto a la investigación de la muerte de los cuatro pequeños príncipes.
— ¿Los cuatro príncipes? —Dibujó una sonrisa en sus labios. — Ah. Por supuesto. La consorte Eunyeong aún está resentida con todas por eso. Incluso estamos todas confinadas por su culpa. ¿Cómo estoy segura de que no es una orden de esa bastarda kisaeng?
— Noble consorte, le sugiero que mida sus palabras. —Fue la última advertencia antes de indicar a sus hombres los lugares en los que comenzarían a buscar.
— ¿Cómo te atreves? —Bajó los escalones acercándose al guardia. Buscaba intervenir en el paso del resto, pero ellos la pasaron de lado sin más. — ¿Qué he hecho para que su majestad diera este decreto?
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Herencia de sangre | 𝑺𝒑𝒊𝒏-𝒐𝒇𝒇
Ficción históricaHay quienes dicen que la mala sangre se hereda, que si has nacido con un corazón negro así será para siempre, pero lo cierto es que nadie nace odiando, mucho menos deseando ver a todos a su alrededor muriendo en soledad y agonía, en el olvido, la de...