Herencia de sangre | 𝑺𝒑𝒊𝒏-𝒐𝒇𝒇

XCVI

— ¡Para el conocimiento del público: en estos momentos, en el mesón "noche brillante" se está llevando a cabo el primer encuentro con lord Yul de Hwang!

Resonaban los voceros por las callejuelas, entusiasmados, repartiendo su curiosidad entre cada persona que pudiera escucharlos.

— Ya anocheció. Y está comenzando a llover. ¿Es normal que sus ritos duren tanto, Chong-Chong?

— Es Jeong. —Corrigió con paciencia y una sonrisa. — La duración de la evaluación depende de la cantidad de pretendientes que se presenten. No pensé que pudiera haber tantos como para que aún no haya vuelto. "¿Será que aún los está cuestionando? ¿Habrá muchos o sólo está deambulando por ahí? ¿No habían seleccionado a uno ya?"

— Bueno, los guardias de la entrada seguramente lo verán cuando llegue. —Se dirigió al castaño fuereño. — A menos que quieras que vayamos a buscarlo. Pudo haberse perdido.

— No. Dijo que le ordenaría a alguien que lo trajera. Todos saben dónde está la mansión Sin.

— Oye, Chong-Chong, ¿en qué consisten en sí esos ritos?

— El jefe familiar recibe a los pretendientes de la dama a desposar. Cada uno debe ofrecerle obsequios como señal de admiración y también deben llevar una reliquia familiar, puede incluso ser una bandera de honra...

— ¿Qué es eso?

— Una bandera de honra es un artículo que se coloca en los altares de los familiares. La tela debe ser brillante y de un color agradable que no sea blanco o negro, ya que estos representan a la muerte, en cambio, para honrar a los difuntos se debe escoger un color que dé viveza, así le das a entender a los fantasmas que tu familia está en paz con el otro mundo y ha dejado marchar a aquel que murió y ninguna emanación se aferra a la casa. La tela se borda con el nombre del difunto en hilos gruesos de color verde, que representan el color de la vegetación. Esto significa que el cuerpo se vuelve tierra y alimenta a la vida en un ciclo infinito de renacimiento. Las banderas se colocan en el altar en orden desde el más viejo hasta el más joven y se conservan generación tras generación.

— Woah.

— ¿Es una tradición del norte?

— Mj. Presentarla ante el jefe de una familia a cuya dama se pretende es señal de compromiso, pues estas banderas sólo se comparten entre familiares y se mezclan sólo una vez que la unión está hecha. En otras circunstancias, también se puede ofrecer algún pollo u otra cría en señal de promesa de nutrir el seno familiar.

— ¿Hacen eso?

— Sí. Después el varón mayor escucha, uno a uno, a los pretendientes. Lo que ofrecen para la familia y las razones por las que son la mejor opción. En base a eso, el jefe decide y anuncia al ganador públicamente. Como ya estaba dicho que la dama se casaría, se ha preparado de anticipo un gran dote con algunas de las riquezas de la familia de la novia, que servirán para asentar su nuevo hogar. Se hace una gran fiesta con toda la aldea. Se sirven carnes y vinos de arroz y algunos más de bayas. Se toca música muy alegre y se lanzan pétalos de flores y algunas hojas al camino por el que pasan los celebrados. Esto simboliza que se les desea un matrimonio que sea feliz como lo es la primavera y el verano y que, incluso si vienen momentos en los que la hierba marchita, también sepan volver a su viveza y su vida sea feliz. En ocasiones, cuando la boda se da porque ha habido un romance estable entre dos personas, entre las dos familias hacen postres de arroz, que son muy laboriosos, que reparten entre todos durante la fiesta y también se fabrican un par de aves de metal que se obsequiarán a la pareja. Estas simbolizan el amor y la prosperidad.

— ¿Hacen todo eso?

— Suena tan laborioso.

— ¿Es diferente aquí? —Jeong los miró curioso.