Capitulo 28 Sintomas de Embarazo Falso

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Probablemente soné como una esposa atenta por la forma en la que hablé . La mirada de Álvaro se puso seria por un momento antes de empezar a presentar al hombre. Resultó ser Enrique Lozano, el dueño de este jardín y heredero de una familia notable de doctores. Era tan apasionado por las hierbas medicinales y los ingredientes que decidió cultivarlos aquí. La mujer hermosa era su esposa y el pequeño de un año, su hijo . Luego de saludarnos, me sentí inquieta. Había estado tratando de ocultarle el secreto de mi embarazo a Álvaro todo este tiempo . ¿Que tal si Enrique lo revelaba? Me sentí preocupada y no pude evitar echarle un ojo a Gael , esperando a que me ayudara. En ese momento, la señorita Lozano regresó con un Caldo de Calamar fresco y me sonrió.

-Pruebe esto, señorita Ayala. Me encantaba comerlo cuando estaba embarazada. Puede que sepa extraño pero mi esposo le agregó algunas hierbas nutritivas y se lo preparamos especialmente Para usted. ¿Cuantas semanas tiene de embarazo?

De pronto, entre en pánico y sonreí.

-Tenia seis semanas, pero Álvaro y yo no teníamos planeado tenerlo. Por eso, decididos abortarlo.

La mujer se quedó estupefacta y se me quedó viendo , dudosa.

-No se mira como si....

-Solo son síntomas de embarazo falsos, señorita Lozano . Estará bien con el pasar del tiempo. No puedo evitar admirarla a usted y su esposo. Ambos tienen tanta experiencia que pudieron saber que está embarazada solo por observarla . -Gael estaba tomando el té y hablo. Enrique entrecerró los ojos por un momento antes de sonreír y no dijo nada más.

Por otro lado, la Señorita Lozano simplemente no podía creer que sólo estaba teniendo síntomas de embarazo falsos. Al terminar de cenar, Enrique le susurró algo a su esposa, causando que me volteara a ver, sorprendida antes de asentir y salir del lugar. Luego , volteo a ver a Álvaro.

-Como vinieron hasta acá, les preparé algunas hierbas para la señorita Ayala. Si se los toma de manera constante , no les será difícil tener otro bebé.

Álvaro asintió y me miro sin emoción. No lograba entender que tramaba, pero alguna manera , se sintió como si me hubiera traído para que Enrique me mirara. En cuanto a sus razones, ni tenía idea. Me quede callada todo el tiempo sintiéndome perpleja hasta que nos fuimos. Ya era tarde para cuando subimos al auto. Joel no soportaba verme y molesto a Álvaro para que me enviara a casa. Al saber qué tal vez tenían asuntos pendientes. Me baje y dije que tomaría un taxi. Álvaro no dijo mucho; solo que me cuidara antes de irse con los dos hombres. Me mente estaba llena de varias preocupaciones y no podía dormir. Considere en hablar con Gael, pero no podía porque quizás estaba con Álvaro y sin ningún lugar en mente, me dirigí hacia el Bar La Hora. El cielo se había oscurecido y el Bar estaba lleno de personas. Mayra se quedó sorprendida al verme.

-¿Que haces aquí? ¿Porque no estás en casa? -Pregunto como si tuviera ganas de golpearme.

-Liberando mi aburrimiento-dije antes de encontrar un asiento. Mayra apretó su frente y parecía que iba a explotar.

-Acabas de tener un aborto hace unos días, señorita Arias. ¿Podrías cuidarte mejor y quedarte en casa, por favor?

Al saber que estaba preocupada por mi, voltee hacia ella....

-Dame un jugo de manzana. Hay que conversar.

-Yo no vine para liberal Ku aburrimiento -Respondió antes de dirigirse a la barra. A pesar de mantener mis ojos en los clientes del bar, no pude evitar preguntarme por qué Álvaro me había llevado al Jardín de Hierbas. ¿Habrá sospechado que me quede con el bebé?  -¿En que andas pensando? ¿No dijiste que estabas aburrida? Vamos, te llevaré a un lugar lindo.-Mayra me tocó el hombre y me comenzó a arrastrar afuera. La seguí, confundida.

-¿A donde vamos?

-Ya veras cuando lleguemos.

Toda la calle estaba llena de bares y pensé que me estaba llevando a caminar.

-No te aburres llevándome a caminar en lugar de cuidar su negocio?

-¿De que hablas? -Apunto hacia un club nocturno glamuroso-. Hay otras personas cuidando mi bar. ¿No dijiste que estabas aburrida? Bien, ¡estoy por mostrarte un mundo nuevo! -Casi no. Frecuentaba otros lugares más que el bar de Mayra y mis odios se sentían como si fueran a explotar por la música en alto que tenían en el club. Mayra parecía conocer el lugar como la palma de su mano. Encontró un buen lugar para sentarnos en el segundo piso y llamó al gerente-. Quiero a dos de tus hombres.

El gerente asintió.

-Claro. Tendré una selección para usted.

Voltee hacia ella y le pregunté:

-¿Porque mandaste a traer hombre?

-Para que nos hagan compañía, por supuesto! -respondió con naturalidad antes de colocar un jugo de naranja enfrente de mi-. Míralos y elige uno que te guste. Son muchos más hábiles y gentiles que Álvaro. ¡No pierdas tu tiempo pensando en él y ponte en actitud también!

Reticencias de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora