En ese momento recordé al hombre con quien la había visto un día antes, así que intenté indagar un poco más.
-¿El hombre que vino ayer era tu novio? ¿El que vino a buscarte?
Se congeló al escucharme, la sorpresa la había invadido.
-¿Perdón?
-Hablo del chico guapo del Cadillac negro, ¿él es tu novio? -Era una pregunta tan vega que me sorprendió que estuviera tan nerviosa, entonces bromee-, ¿por qué estás tan nerviosa? No tienes nada de qué preocuparte, soy una mujer casada y no te lo robaré.
Forzó una sonrisa.
-Señorita Arias, eso no es lo que quiero decir, ya sabe que no me gusta hablar de mi vida privada en la oficina, además, hay muchas mujeres aquí que al igual que yo, se han comprometido a que durante los próximos 5 años no buscarán casarse ni tener hijos...
El Corporativo Ayala era un buen lugar para trabajar, sin embargo, Jorge Ayala había establecido la norma de que a las empleadas no se les permitía entablar relaciones ni tener hijos durante los primeros 5 años de trabajo, pues sabía que las actividades de la empresa podrían verse afectadas si las mujeres solicitaban una incapacidad por embarazo o por matrimonio. Al principio todos creían que era una norma un tanto severa, así que cuando Álvaro tomó el puesto de director, la regla fue dejada de lado, pero como el mismo Jorge Ayala, su abuelo, la había implementado no era posible removerla del todo. Así que, aunque la regla estaba escrita en papel, las mujeres tenían la oportunidad de decidir lo que querían hacer y no serían penalizadas por boda o embarazo.
Sin embargo, al final se trataba de la vida privada de Estela y yo no tenía derecho a entrometerme más, así que solo sonreí y dije:
-Bueno, la verdad es que como ayer los miré juntos no pude evitar sentir curiosidad. -Luego le entregué los documentos que ya había revisado y agregué-; ¡Ponte a trabajar! Dado que Álvaro solicitó revisar los informes él mismo, será mejor que te esfuerces más. También haz un resumen para el informe de la auditoría de los créditos.
-¡Si, señorita Arias!
Mientras salía miré el reloj, me di cuenta de que ya eran las 12 del mediodía.
<<Es extraño, al pensar en el comportamiento de los últimos días de Álvaro, ya debía haberme traído algo de comer>>.
De pronto, alguien tocó a mi puerta, lo que me sacó completamente de mis pensamientos; era Gael. Parecía tener prisa y antes de que pudiera decir algo, él mismo entró a la oficina y me jaló.
-Doctor Ceja, ¿Qué sucede? -Dado que eran más pequeña que él no le podía seguir el paso, en otras palabras, iba trotando detrás suyo.
Una vez que estuvimos dentro del elevador dijo con seriedad:
-Álvaro tuvo un accidente de auto, ya lo están llevando al hospital.
<<¿Accidente?. Me sentía muy confundida, << Pero anoche estaba bien, ¿qué no?>>.
-¿Cómo está? ¿Qué fue lo que pasó?
<<Si pudiera, con sus habilidades podría competir en carreras de autos profesionales, ¿cómo podría tener un accidente de auto?>>.
-¡Primero iremos a ver cómo está! -Dicho eso, Gael no dijo más y nos fuimos en su auto a toda prisa. Como durante todo el camino manejo muy rápido, llegamos pronto al hospital.
Al bajar, me apresure para seguirlo hasta la sala de urgencias, en donde Joel estaba esperando en la entrada.
-¿Qué fue lo que pasó? -Preguntó Gael tratando de recuperar el aliento.
A simple vista parecía que Joel estaba bien, pero cuando Gael le preguntó no respondió de inmediato. En su lugar, me miró y luego volteó al otro lado del pasillo; seguí su mirada y me quedé paralizada pues Rebecca también estaba ahí; tenía el cabello despeinado y heridas en las palmas de las manos, su aspecto daba pena.
-Yo también estaba ahí, no sé qué fue lo que pasó.
<<¡Ja!>>.
No hay necesidad de pensarlo mucho, Álvaro estaba con Rebecca y por eso tuvieron el accidente.
De pronto, un médico salió de la sala de urgencias con el historial del paciente en mano.
-Disculpen, ¿puedo hablar con la familia del paciente?
-¿Cómo está? ¿Esta todo bien? -Rebecca se apresuró a hablar.
Y como el buen médico que Gael era, mucho más tranquilo se acercó a preguntar:
-¿Cuál es el estado del paciente?
-Se dio un fuerte golpe en la cabeza y en estos momentos está en coma, no podemos decir mucho de su estado hasta que despierte, además, dentro de sus costillas encontramos algunos fragmentos de vidrio, así que será necesario hacerle una pequeña cirugía. ¿Hay algún familiar que pueda firmar las hojas de consentimiento?
Entonces Rebecca se apresuró y dijo:
-¡Aquí estoy yo, déjenme firmar!
El médico asintió y preguntó:
Señorita, ¿cuál es su relación con el paciente?
Rebecca se congeló y no supo qué decir.
Me puse a su lado con los brazos cruzados y sin dudar, dije:
-¿La amante del paciente puede firmar?
El médico frunció el ceño en señal de alarma.
-Escúchenme bien, el paciente está en estado crítico y es necesario que se tomen esto con seriedad, además, les informo que solo los padres, esposa o hijos puedan firmar la hoja de consentimiento.
Entonces me acerqué a él, tomé la hoja y la firmé, sin expresión alguna.
-¿Debo firmar algún otro documento?
El médico sacudió la cabeza en confusión.
-Disculpe, ¿Cuál es su relación con el paciente?
-¡Soy su esposa! -Luego agregué-, si no hay nada más que hacer, debo regresar al trabajo pues tengo otros asuntos que atender.
En ese momento era obvio que el médico estaba pensando que se trataba de una relación complicada; miró a Rebecca, luego me miró a mi y dijo:
-Dado que usted es su esposa, necesitaremos que siga los procedimientos de hospitalización, también deberá quedarse a cuidar del paciente.
Me sentía bastante molesta.
-¿Está muriendo?
El comentario hizo que todos se girarán a verme.
Entonces, el médico levantó una de sus cejas y dijo:
-No, en realidad el estado del paciente no es grave, solo tiene heridas superficiales.
-¡Bien! -Como no estaba en su lecho de muerto, no había necesidad de que me quedara.
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Reticencias de amor
FanfictionConmocionada, me quedé de pie sin poder moverme luego de leer las dos palabras que aparecían en mis resultados de la ecografía. ≤¡Solo Sucedió una vez! ¿Cómo quedé embarazada? ¿que debo hacer ahora?≥