Capitulo 46 Presentar un Divorcio

6.3K 341 18
                                    

Al darse cuenta de que estaba por vomitar, Nicolas se asusto y se levanto de inmediato. Luego, maldijo con ansias:

-¡Solo comiste pescado! ¿porque tienes ganas de vomitar? ¿Estas embarazada? -sus palabras me hicieron sudar. Sin embargo, no había tiempo que perder y quedarse pensando. Corrí al baño en segundos y pase tiempo vaciando mi estomago en el excusado. Cuando se comenzó a sentir mejor, voltee para ver a Álvaro parado de manera rígida.

-Samara, debemos llevarte al hospital -afirmo con voz áspera. Su tono bajo sonaba sin emoción y antipática. -No, no quiero ir. -salí del baño, empujándolo. Por desgracia, logro tomar mi muñeca y en el calor del momento, le lance una mirada amenazante-. Di una pausa y continue-. Además, me pregunto si pensaste en lo que te dije anoche si es que tienes buena memoria. Quiero el divorcio lo antes posible.

-Samara, ¿Sabes lo que estas haciendo? -Sus ojos se volvieron oscuros.

-¡Por supuesto! -exclame y lo mire tratando de contener mi risa-. Mientras tu te encargas de cuidar a Rebecca meticulosamente, nuestra relación se vuelve ambigua. ¿Disfrutas estar enredado con dos mujeres al mismo tiempo? -Su rostro se puso pálido y sus labios estaban presionados creando una línea delgada. Sabia que estaba enojado, pero la verdad. Aunque fui muy directa, tenia que enfrentarla algún día.

-¿Que quieres que haga? -Había impotencia en su voz cuando por fin hablo luego de una pausa incomoda y me quede congelada un momento antes de responder:

-Hay que presentar un divorcio, podemos cortar lazos y vivir nuestras vidas por separado.

-¡No puedo hacer eso! -grito, frustrado con sus cejas fruncidas. Voltee a verlo y me reí.

-O también, puedes alejarte de Rebecca. Dale dinero y dile que se largue de tu vida.

-Samara, ¿quien eres tu para decidir lo que yo haga con mi vida? -De pronto, Rebecca gruño. Pase de largo a Álvaro para verla con su rostro enojado y me burle.

-¿Quien soy? Bien, basada en el hecho de que Álvaro no se quiere divorciar de mi, soy su esposa por ley y tengo el derecho de decir eso. No puede ni dejarme ir.

-Tu..... -Tartamudeo Rebecca y su rostro se puso rojo. Estaba furiosa y quiso contestarme, pero yo no tenia interés en prolongar las cosas. Por ello, decidí regresar mi asiento. Tome mi bolso y me fui con Nicolas detrás de mi.

-¿Que quieres? -Voltee a verlo y le cuestione.

-¿Me puedes llevar? No me vine en auto -se quejo. Lo escanee de pies a cabeza y saque una carcajada.

-No vamos al mismo lugar.-Me subí al auto y respondí.

-Oye, no te he dicho mi dirección. ¿Como estas tan segura de que no vamos al mismo lugar? -contesto. Durante los siguientes días, mis nauseas matutinas se volvieron serias y para evitar a Álvaro encontré refugio en los Apartamentos Glenwood. Anteriormente, cuando Mayra planeo establecerse en la Ciudad J, las dos compramos un apartamento de dos  habitaciones. De esa forma, nos podíamos cuidar la una a la otra. Pero al casarme con Álvaro, me quede a vivir en el chale y ha pasado mucho tiempo desde que regrese aquí. Por el lado positivo. Mayra se encargo de limpiarlo hacerlo mas cómodo de estar. Al ver el estado en el que estaba después de vomitar, me sirvió un vaso de agua caliente y con tono serio, me pregunto de manera sospechosa:

-Samara, dime la verdad. No te hiciste el aborto, ¿Verdad? -No planeaba ocultarle la verdad y le di un sorbo a mi vaso, asistiendo.

-No.

Mayra pauso por unos segundos por la sorpresa y de forma gentil, respondió:

-¿Que planeas hacer?

-Después de divorciarme de Álvaro, me mudare a Ciudad Q para criar a mi hijo sola. -Este siempre ha sido mi plan. Mayra volteo los ojos y dio un suspiro.

-No me refiero a eso, sino ¿que vas a hacer durante este tiempo? Viéndote en este estado, es muy obvio que estas embarazada. Vives bajo la nariz de Álvaro todos los días. ¿Crees que es tan idiota como para no notarlo?

<<Lo se, pero ¿como puedo irme? ¿Como puedo empacar mis cosas e irme de inmediato? Si me voy de la nada. Álvaro va a sospechar>>

Luego de pensarlo, le llame a Gael y no tomo mucho tiempo para que respondiera. Aprendí la lección de cuando Álvaro  respondió su teléfono la ultima vez y espere a que Gael hablara primero.

-Dr. Ceja. ¿Tienes alguna solución para contener o reducir las nauseas matutinas?

Mayra se acerco a mi de manera discreta y me susurro al oído.

-¿Quien es el Dr. Ceja y como te puede ayudar?

En vez de darle una respuesta inmediata, espere la respuesta de Gael en silencio.

-Hay un medicamento para eso. Sin embargo, puede ser dañino y no lo recomiendo. Lo voy a consultar con Daniel mañana y ver si hay otros menos dañinos para que puedas combatir tus nauseas matutinas.

-Muy bien. Gracias, Dr. Ceja.

-¡No hay problema! -Al colgar, Mayra cuestiono:

-¿Cual es tu relación con el Dr. Ceja? -Empuje su cabeza a manera de juego y salí de la habitación.

-No seas chismosa y ve a dormir.






Reticencias de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora