Capítulo 92 Una figura familiar

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Miré la pila de documentos que tenía enfrente y asentí, también como ya le había pedido que prestara más atención o OrbiTech, pregunté:

-Déjame ver el informe de mercado de HiTech, los comentarios de los productos parecen ser muy buenos , pero ¿hay alguna novedad sobre OrbiTech?

A lo que ella contestó:

-Si, de hecho, OrbiTech y HiTech lanzaron un producto que entra en la categoría de educación de la inteligencia artificial y como el producto que ofrecen va dirigido a estudiantes, la mayor parte de la publicidad la realizan en las escuelas. El producto es muy bueno pero el costo y precio del mismo es bastante elevado; por eso, solo un pequeño grupo de personas pueden permitirse adquirirlo.

Asentí con la cabeza.

-Esta bien, sigue vigilando la situación. Y en caso de ser necesario, organiza una reunión entre el presidente de OrbiTech.

Cómo OrbiTech era una empresa enfocada en la investigación y en la tecnología, la mercadotecnia y administración no era su punto más fuerte; así que si el Corporativo Ayala adquiriera una empresa como OrbiTech, podrían tener un gran avance para sus futuros proyectos en tecnología.

Estela asintió.

-Entendido, pero es importante que le diga que parece ser que el gerente del departamento de mercadotecnia de la empresa parece tener contacto directo con una empresa de tecnológica de Ciudad A.

-Ya veo... -Tal vez intentaban encontrar más inversionistas para ampliar el negocio. No me preocupe tanto por ello, en su lugar, levanté la mirada y le pregunté a Estela-:¿Estás saliendo con alguien?

Se sorprendió por mi pregunta pero pronto sonrió con timidez.

-Si, me voy a casar pronto -dijo, mientras que inconscientemente se tocaba el anillo de bodas que llevaba en el dedo.

Sonreí.

¿Trabaja en el mismo sector que nosotros? ¿Por qué no comemos juntos un día de estos?

Estela se notaba muy feliz y enamorada, solo sonrió y contestó:

-Él últimamente ha estado bastante ocupado y no tiene mucho tiempo libre, ¿podríamos esperar a que pase algo de tiempo? Si no le importa, me justaría mucho que usted fuera nuestra encargada del evento.

-¿Ya decidiste que sí te casarás? -Estaba un tanto sorprendida porque, por lo que yo misma había podido observar, solo había salido con él durante 1 o 2 meses.

Estela se sonrojó y asintió.

-Si, lo que pasa es que solíamos ser compañeros de clase y nos conocemos desde hace mucho tiempo pero solo hace poco comenzamos a salir. Nuestras familias también han insistido en nuestra relación así que decidimos casarnos.

Me reí pero no dije nada más, una vez que Estela dejó los documentos y se fue, recibí una llamada de Gael, contesté y lo saludé.

-¡Hola, doctor Ceja!

-Samara, ¿estas libre? -Parecía que quería hablar conmigo sobre algo.

Me sorprendí un poco pero respondí:

-Acordé verme con Mayra esta noche pero, ¿Qué sucede?

Por un momento permaneció en silencio pero después contestó:

-Nada, es solo que Álvaro me llamó para preguntar cómo estaba tu cuerpo.

De manera inconsciente, fruncí el ceño al responder.

-Estoy bien, no tienes nada de qué preocuparte.

-¿Se pelearon?

-¡No!

Nuestros problemas no podían tomarse como si fueran peleas pues, simplemente era que no estábamos de acuerdo en ciertas cosas, sobre todo porque ambos estábamos en páginas diferentes.

Después de una pequeña pausa, agregó:

-Entonces todo bien, en mi despacho hay una pequeña caja que tiene vitaminas, cuando tengas tiempo libre ven a recogerlas y recuerda tomarlas con seguridad.

-Esta bien, muchas gracias.

-De nada.

Luego de hablar por un rato terminé la llamada y miré el reloj, mi jornada laboral ya había terminado y pronto sería hora de encontrarme con Mayra en el centro comercial, así que solo limpie mi escritorio y me fui directo al estacionamiento. Después de lo que había ocurrido, muy rara vez me estacionaba en el subterráneo, en su lugar, dejaba mi auto en el estacionamiento de la planta baja; los estacionamientos debajo del suelo suelen ser oscuros y sombríos y aunque en el de arriba mi auto queda expuesto al sol, era mucho más seguro. Después de subirme al auto arranqué y estaba a punto de salir cuando de repente, miré a una persona que creía conocer, era un hombre de la mediana edad un tanto regordete y estaba sentado sobre un Cayenne negro junto al auto deportivo rojo de Joel. Por alguna extraña razón, su figura me resultaba familiar.

Aunque no había logrado ver bien el rostro de mi secuestrador, sí podía recordar su complexión, así que no pude evitar detener mi auto y ver bien al hombre que estaba ahí sentado, pero de pronto, el hombre se alejó de inmediato. Dado que no había podido ver bien su rostro y que había muchos hombres con su mismo tipo de cuerpo, era que me resultaba complicado identificarlo entre tantas personas. No obstante, después de dudar por un rato, decidí que lo mejor sería seguir conduciendo hacía el centro comercial donde me vería con Mayra.

Cuando llegué, ella ya tenía bastante tiempo esperándome; al verme, hizo una mueca y dijo:

-Samara, llegas 30 minutos tarde.

Le di un vaso de té de burbujas y expliqué:

-No fue a propósito, es que había mucho tráfico en el camino...Como disculpa, te he traído un vaso de té de burbujas que compré especialmente para ti

Lo tomó de entre mis manos y con orgullo dijo:

-Dado que estás siendo sincera, te lo dejaré pasar.

El centro comercial del centro de la Ciudad J era muy grande y tal vez porque Mayra había pasado un tiempo sin salir, era que se mostraba muy emocionada, incluso ni había desayunado para poder comer en el bufé de mariscos que tenían ahí; en ese instante me reí porque recordé aquellos tiempos de universidad cuando no teníamos dinero, pues para poder comer juntas, ahorrábamos durante bastante tiempo para luego gastarlo en comida.

Los recuerdos son el Souvenir del tiempo.

Y ahora que pensaba en ello, podía decir que aquellos años fueron los más felices de mi vida, porque aunque no tenía dinero tampoco quería a nadie; la vida que llevaba era despreocupada y sin cargas.

Después de cenar. Mayra me llevó hasta una tienda de artículos de bebé, caminó por los pasillos y tomó algunas cosas que necesitaría una vez que diera a luz.

Reticencias de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora