Capítulo 71 En el trabajo

5.8K 278 6
                                    

Miré los papeles que llevaba en las manos y pregunté:

-¿No vas a trabajar en la oficina?

-No aquí -contesto- , pedí que nos llevaran la comida a nuestras habitaciones, podrás descansar luego de comer.

Me tomó por sorpresa su atención, pero no le di mucha importancia y solo asentí. Al llegar al hotel el conserje nos llevó hasta nuestras habitaciones, las cuales habían sido reservadas con anterioridad.

-Su comida ya fue entregada, si necesitan algo, por favor no duden en llamar a recepción.

A pesar de que se nos habían reservado dos habilitaciones para nuestra comodidad, la comida fue llevada a la habitación de Nicolás; entonces le agradecimos al botones y entramos. Habíamos tenido un vuelo muy temprano y en cuanto aterrizamos, nos fuimos directamente a trabajar, por lo que después de un rato ya me sentía muy cansada y además, hambrienta. Terminé de comer y me puse de pie para irme cuando Nicolas dijo:

-Puedes quedarte a descansar aquí, de todas formas yo me iré en un rato.

Dado que él seguía comiendo asentí para aceptar su invitación, sobre todo porque esta era una suite y tanto el comedor como la habitación , estaban en lugares diferentes. Una vez dentro encendí el aire acondicionado y me dejé caer sobre la cama, con  la única idea en mente de que una vez que Nicolás se fuera, usaría el baño para darme una ducha; sin darme cuenta, me quedé dormida.

Luego de un rato desperté y mi cuerpo estaba cubierto con una manta, claramente podía escuchar como desde la sala parecía que alguien estaba hojeando unos documentos; aturdida, me levanté de un  solo salto y salí de la cama. Cuando me asomé a la sala, Nicolás estaba sentado en el sofá y de vez en cuando tecleaba en su computadora, parecía que había estado ocupado durante toda la tarde. Por mi parte, me volví a recostar sobre la cama, ahí me di cuenta de que había sido un error de mi parte irme a dormir con la barriga llena porque no es saludable, esta se tiende a inflamar y sentía molestia.

Después de unos 20 minutos salí por completo de la habitación y me encontré con Nicolás totalmente absorto en uno de los documentos, parecía que todavía no se había dado cuenta de mi presencia. Entonces le serví un vaso con agua y se lo llevé.

-¿Por qué no descansas un poco?

-¡Despertaste!.

Asentí en respuesta; de reojo miré su computadora y a juzgar por el informe que había hecho, podía notar lo responsable y audaz que era para el trabajo, cuando lo terminó cerró su computadora y se dejó caer sobre el sofá, luego se masajeó las sienes y cerró los ojos.

-Llamó el señor Quiroga hace rato, dijo que quiere invitarnos a cenar más tarde.

-Esta bien -respondí-. ¿por qué no duermes un rato en la habitación?

Bajo la mirada para ver el reloj y dijo:

-Así esta bien -dijo e hizo una breve pausa- .El informe de la empresa no esta bien, no me habría dado cuenta si no lo hubiera revisado con detenimiento, me parece que un gerente malversó los fondos y se inventó un proyecto para engañar a todos; desaparecieron unos cuantos millones, tú también puedes revisar.

Abrí los documentos y revisé todo con atención, se suponía que la empresa funcionaba con el mismo modelo que el Corporativo Ayala y como a la sucursal le iba muy bien en Ciudad A, Álvaro rara vez se metía en los negocios de aquí y se había encargado de darle mucho poder al presidente. Comencé a revisar los documentos y me encontré con un proyecto que se veía sospechoso, pues en circunstancias normales, un accidente menor no ocasionaría la perdida de millones, incluso si se vieran en la necesidad de indemnizar a los empleados heridos, no costaría tanto dinero. Era obvio que alguien nos había estafado.

-Creo que deberíamos dejar que Horacio se encargue de esto -dije al tiempo que le echaba una mirada a Nicolás, quien para mi sorpresa, ya estaba dormido.

Me puse de pie y fui a la habitación para traerle una manta y arroparlo; todavía nos quedaban 2 horas antes de regresar a trabajara así que lograría descansar un rato, sobre todo porque la noche anterior habíamos llegado demasiado tarde a casa. Luego de acomodar todo recibí una llamada de Mayra, cuando respondí, pude escuchar mucho ruido del otro lado de la línea.

-Samara, estoy en Ciudad A, envíame tu ubicación, iré a verte después.

-¿Eh? ¿También estás en Ciudad A? -pregunté con asombro.

<<¿Qué no habías dicho que viajaría a Ciudad H? ¿por qué de repente estaba aquí?>>.

.¡Miré tu publicación y de inmediato reservé un vuelo para Ciudad A! Pero envíame tu ubicación, estaré ahí pronto.

Después de colgar le envié mi dirección y pronto me di cuenta de que tenía varios mensajes sin leer, revise y noté que unos eran de Estela, donde me comentaba cosas de trabajo y algunos otros eran de Gael, que por cierto había olvidado por completo que estaría en Ciudad A, así que de inmediato le llamé.

-¿En dónde estás? -preguntó Gael en tono grave.

-También estás en Ciudad A?

<<¡Qué casualidad!>>

-Justo acabo de aterrizar, te iba a llamar pero te me adelantaste, ¿en que hotel te hospedas? -Su voz se escuchaba muy baja a comparación de su entorno.

Reticencias de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora