Sin querer, me quede en el estudio de Álvaro hasta la noche. No sabia si era por el embarazo, pero no me daba hambre incluso después de no haber comido nada en todo el día. Sin embargo, sentía el estomago incomodo. Baje las escaleras y husmee por los gabinetes de la cocina para buscar algo de comer. Por fortuna, Estela me abasteció de comida. Luego de un tiempo, vi unos pepinos en el refrigerador y como me daba flojera cocinar, solo los lave para comerlos en la cena. No me di cuenta cuando Álvaro regreso al Chale y no fue hasta que sali de la cocina con el pepino resbaladizo en la mano que lo vi sentado en la sala.
<<¿Cuando regreso?>>
Al sentir mi presencia, volteo su cabeza con sus ojos fijados en mi pepino y aprecio un ceño fruncido en su rostro, preguntando con voz descortés:
-¿Que planeas hacer con eso?
Me quede sorprendida y con naturalidad, respondí:
-¡Comerlo, por supuesto!
<<¿Que mas podría hacer aparte de esto?>>
Álvaro se rio.
-¿En serio falle en satisfacerte? ¿Es por eso que recurriste a usar eso?
<<¿Que?>> No logre captar a donde iba con eso. <<¿A que se refiere con "Usar eso">> Se levanto y se acerco a mi con una mirada amenazante en su rostro. No pude entender lo que tramaba y levante mi pepino, preguntando:
-¿Quieres uno? Acabo de lavar los hace un momento.
La mirada de Álvaro se volvió tormentosa y gruño:
-¡No! -Antes de darme cuenta, me lo arrebato y lo tiro a un lado. Me agarro de la cintura y con la otra toco mis labios, acariciándolos con sus dedos. No importaba lo lenta que era para captar las cosas, aun así, supe lo que quería. Quise correr por instinto, pero sus brazos me sostenían con fuerza y con voz ronca, dijo- ¡Han pasado varios días y deberíamos estar a salvo! -Simplemente no podía entender la lógica en sus palabras.
-Alva...-Mis palabras fueron cortadas por sus acciones e intente empujarlo. Por desgracia, tenia mas poder como hombre y no podía contra el. Cuando sentí sus manos en mi vientre, mis ojos se expandieron.
<<El....>>
-Álvaro no...-Me ahogue a mitad de mi oración- ¡No, Álvaro! ¡No estamos a salvo! ¡Aun hay una infección! -Rebecca acababa de tener un aborto y no podía tocarla. Por ende, debería ser igual conmigo. Por esto mismo ,no podía entender porque se estaba comportando como un depravado sexual. Al verlo ignorar mis advertencias, entre en pánico-. Álvaro, el doctor dijo que debía obtenerme de tener sexo por un mes, ¡Por favor! -Estaba a punto de llorar, pero quizás escucho la suplica en mi voz porque comenzó a detenerse. Me abrazo con fuerza sin decir nada y trazo mi clavícula con sus labios. Luego de un largo tiempo, por fin calmo sus hormonas aceleradas y me soltó.
-¿Tienes hambre? -pregunto con ojos encapuchados. Estaba un poco avergonzada y por lo alto que gruño mi estomago y le mostré una sonrisa, que parecía mas bien una expresión de tristeza mientras asentía.
-No comí nada desde que desperté.
Alvaro se sorprendió, luego sus ojos se fijaron en el pepino de hace rato y regreso su mirada hacia mi con una expresión de confusión en su rostro.
-¿Te ibas a comer ese pepino?
Asentí. -Si, no tenia ganas de cocinar por el humo y la grasa. Por eso, lave dos pepinos.
Me observo con las comisuras de sus labios levantándose un poco como si estuviera sonriendo, pero al mismo tiempo, exagerando. Paso un momento antes de que fuera a la cocina y regreso con un tazón de fideos. Incluso le agrego dos huevos. Cuando vio la forma en que lo veía, me levanto una ceja y dijo:
-¡Ven a comer! -A pesar de ser una orden, no sonó grosero. En ese instante, recordé lo que Gael me había dicho.
<<Si quedo en buenos términos con Alvaro, ¿Sera capaz de encargarse de este asunto?>>
Me levante y me senté en el comedor. Al notar que solo había hecho un tazón de fideos, parpadee por la sorpresa.
-¿Ya comiste?
Asintió y me hizo una seña para que fuera a comer. Luego, agacho la cabeza y leyó los mensajes en su teléfono. Los fideos se veían y olían deliciosos, pero después de unas mordidas, mi estomago empezó a crujir. Logre aguantar el dolor un momento, pero no las nauseas y comencé a jadear. Corrí hacía el baño sin esperar un segundo mas y vacié mi estomago hasta sentirme mejor.
-¿Sabe mal? -Una voz fría resonó a través de mis oídos y me quede congelada. Al ver sobre mi hombro, vi a Alvaro parado en la puerta y pronto, sacudí mi cabeza.
-No. Tal vez mi estomago ya no aguanto mas luego de no haber comido nada en todo el dia. -Me ayudo a levantarme y me hizo sentir un poco confundida- ¿Que sucede?
Se quito su traje y se puso ropa mas casual. Después, me volteo a ver para anunciar:
-Cámbiate de ropa. Te llevare a comer lo que gustes.
Me asombro al escuchar esto y rechace su oferta.
-No tengo hambre y no podre comer incluso si salimos. -Sin embargo, mis palabras parecieron entrarle por una oreja y salir por la otra porque me miro, diciendo con un tono firme:
-¡Te esperare afuera! -Para ser honesta, no tenia hambre, pero lo pensé mejor y me cambie ropa para ir con el. A esta hora, la ciudad J estaba activa y mientras Álvaro conducía, me volteo a ver para preguntar- ¿Que quieres comer?
Le di mil vueltas a la pregunta antes de responder:
-¡Algo ligero! -Sera porque ya comenzaban a darme nauseas matutinas que a cada rato me mareaba ciertos olores y solo asentí. Al analizar la mirada gentil en su rostro apuesto, de pronto me di cuenta de que hoy fue el día mas pacifico que habíamos pasado Álvaro y yo desde que nos casamos.
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Reticencias de amor
FanfictionConmocionada, me quedé de pie sin poder moverme luego de leer las dos palabras que aparecían en mis resultados de la ecografía. ≤¡Solo Sucedió una vez! ¿Cómo quedé embarazada? ¿que debo hacer ahora?≥