Capítulo 196 Falta de confianza hacia él

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El sol estaba en su máximo esplendor y la temperatura era la más alta del día. Cuando Álvaro regresó a casa, yo estaba sentada en el sofá de la sala, sudando demasiado y mirando a la nada. Al notar la transpiración cubriendo mi frente, alzó la voz para acercarse a mí.

-¿Planeas morir de calor y matar al bebé también? -Le lancé una mirada indiferente y me quedé en silencio. Ignoré su presencia y regresé a la habitación para descansar. No estaba de humor para hablar con él porque sabía muy bien que íbamos a terminar discutiendo. Entró a la habitación después de mí. Luego de mirar alrededor, encontró un vestido blanco y me lo aventó -¡Vete a cambiar! Vamos a salir. -Me sentía exhausta y lo rechacé.

-No quiero.

-Es el cumpleaños de Benjamín y van a tener una reunión familiar. La tía Silvia nos invitó a cenar -respondió como si fuera un hecho y aunque no me presionó, sería desconsiderado de mi parte si estuviera ausente en el cumpleaños de Benjamín. Dejé salir un suspiro, me puse el vestido y me realicé un maquillaje ligero. En el auto, Álvaro me miró de reojo antes de preguntar -¿Qué te dijo la señora Ortega? -Me quedé un poco confusa, pero al instante pensé que los guardaespaldas o los doctores le habían informado que alguien vino a visitar el chalé.

-Me propuso una oferta lucrativa. Puedo buscarme un hombre honesto y confiable para que me cuide y le dé amor fraternal a mi bebé.

-¿Hombre honesto y confiable? -Álvaro levantó la ceja, resopló y encendió el auto-. Al parecer, lo tienes todo planeado, pero ¿no te da miedo que este <<hombre honesto y confiable>> te robe todo el dinero? -Al escuchar eso, hice un puchero y no pude evitar voltearle los ojos.

-Solo puedes ver la cara fea de la humanidad, ¿verdad? ¡Hay muchos chicos buenos en el mundo!

-¿Cómo se considera un buen chico? -replicó.

-La señora Ortega me pidió que te dejara para que estés con su hija. Es un buen trato, ¿verdad? -Cuando el auto se detuvo en semáforo rojo, volteó a verme.

-¿Qué te ofreció?

-Pues, me ofreció dos empresas y una gran cantidad de dinero para poder costearle una buena vida al bebé. -La manera en que los ricos solucionaban los problemas era inimaginable para la gente ordinaria. Al escuchar eso, resopló.

-¿Lo aceptaste?

Levanté la ceja y respondí:

-¿Por qué no lo haría?

-¿Qué pasa si el bebé pregunta por su padre cuando crezca? ¿Qué le vas a decir? -Fingió preguntar de manera casual mientras daba el volante a la derecha con los ojos en el camino. Su pregunta me tomó de sorpresa y me quedé sin palabras. Aún así, continuó criticándome con su lengua aguda- ¿Debes encontrarle un padrastro cuando ya tienes a su propio padre? ¿Eres estúpida, Samara Arias?

-¡Tú eres el estúpido! -Me burlé, observándolo- ¿No entiendes por qué debo encontrarle un padrastro al bebé? Es porque su padre es problemático.

-¿Soy problemático? -Resopló- ¿Por qué no usas ese pobre cerebro para pensar en la razón por la que Camila está dispuesta en pagar tanto dinero solo para que tú dejes a un hombre <<problemático>> como yo?

-Porque le gustas a Rebecca.

Camila ama tanto a su hija e hizo todo esto para hacerla feliz. -Esto era lo que realmente pensaba. Sin embargo, me miró de manera despectiva como si fuera una idiota.

-Ahora creo que la maternidad idiotiza a las personas. -Me enojé por ese comentario sarcástico.

<<¡Argh! ¡Este hombre sabe cómo matar las conversaciones!>>

-No te vuelvas a encontrar con Camila de nuevo. No tengo nada que ver con Rebecca y no necesitamos preocuparnos por ella. Lo más importante es que te cuides y también al bebé. Tendremos una vida pacífica solo tú y yo y nuestro hijo. -Giró hacia la avenida antes de continuar consolándome-. No te preocupes. Puedo cuidarlos bien a los dos y viviremos felices con la fortuna de la familia Ayala. -En lugar de responderle de inmediato, miré hacia la ventana para ver el paisaje y luego de unos minutos, pregunté con voz baja:

-¿Por qué Rebecca está embarazada si dices que no tienes nada que ver con ella? -Álvaro frunció el ceño y fijó su mirada en mí.

-¿Qué tiene que ver su embarazo conmigo?

-¡Le gustas!

<<¿Cómo puedo creerte si todos los incidentes pasados indican que han tenido relaciones íntimas?>>

Dejó salir una sonrisa fría al ver mi falta de confianza hacia él.

-Entonces, de acuerdo a tu lógica, ¿eso significa que el bebé es de Jonathan porque le gustas?

-¿Cómo eso es igual?

<<¡Hmmm, todo eso es una sofistería!>>

-¿Cómo no puede ser igual? -contestó y se estacionó enfrente del chalé de los Buenrostro. Luego de ayudarme a salir del auto, murmuró mirándome directo a los ojos-. Es mi responsabilidad cuidarla porque le di mi palabra a Pablo, pero no hay nada entre nosotros. -No estaba dispuesta a dejar ir el tema y me determiné a obtener una respuesta.

-Sí el bebé no es tuyo, entonces ¿Quién es el padre?

-¿Te importa mucho saber? ¿Por qué le das tanta importancia? Es asunto de ella. -Me mordí los labios y no dije nada. No me podía importar menos la vida de Rebecca, pero sospechaba que Álvaro era el padre. Además, no podía pensar en otra persona más que en él.

<<Sí el bebé no es de él, entonces ¿por qué Camila está dispuesta a pagar tanto dinero en mí para dejarlo? ¡No me digas que lo consideran como su proveedor beta!>>

Mientras daba unos cuantos pasos por el camino empedrado, se avecinaba el gran y magnifico chalé. A pesar de que no estaba tan lejos, mi vientre embarazado me dejó jadeando y nos tomó un tiempo llegar a la entrada porque me detenía a cada rato.

-¡Ahhh! -Dejé salir un chillido cuando de repente, una figura alta y negra corrió hacia mí.



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