Lobos abisales

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Recorrió la barrera de una punta a otra hasta que los cuatro lobos se cansaron de seguirlo desde el otro lado y se conformaron con mirarlo con sus penetrantes ojos grises. Fue entonces cuando salió y, rápidamente, alzó cinco muros de tierra para rodearlos, de dos metros de alto, usando la barrera del manantial como un sexto muro. Tras ello, fue corriendo hacia las armas que había tenido que abandonar.

La lanza se resistía a salir, pero con ayuda de una espada consiguió extraerla. Sin embargo, había perdido un tiempo valioso y uno de los lobos había trepado el muro y corría hacía él. Guardó la lanza al mismo tiempo que recogía el hacha y los otros tres lobos llegaban a lo alto de los muros. Usó entonces Doble filo y Toque de fuego, y alcanzando al lobo con el segundo impacto de la habilidad. Lo repitió una segunda vez antes de esquivar con Reacción Gatuna la llegada de los refuerzos, algo que repitió dos veces más antes de lograr llegar a la seguridad de la barrera, completamente curado gracias a los hechizos lanzadas por el camino.

Sonrió cansado, pues había recuperado dos de sus armas y había herido ligeramente a uno de los lobos, cuya vida estaba ahora en 130.

Se acercó al agua, pero aún no tenía efecto, por lo que lamentó no tener algún tipo de reloj para controlar el tiempo de espera.

–¿O sí?

Sacó del inventario un okvidado reloj de arena, cuya cantidad se podía ajustar y lo estableció en cinco minutos. Cuando un poco después el agua hizo efecto, dio la vuelta al reloj y se dirigió al interior del espacio que había creado con de muros de tierra.

Los lobos tardaron un poco en reaccionar, ansiosos por no verlo, tiempo que usó para escalar el muro. No era difícil, pues la tierra cedía fácilmente y se podían crear puntos de apoyo, casi una especia de escalera.

Sacó el arco y empezó a dispararles, usando fuego en cada flecha y apuntando especialmente al que ya estaba herido. Los lobos se abalanzaron hacia él e intentaron trepar por el muro, pero él usó Toque de Hielo sobre éste, haciéndolos resbalar y convirtiéndolos en un blanco fácil y algo más vulnerable para su flechas, lanzando un total de seis con fuego.

Cuando sólo le quedó maná para un fuego más, probó de dispararlas sin más, pero el daño era tan pequeño que prefirió no malgastarlas y las guardó con el arco. Los lobos aún intentaban subir, frenéticamente, y el hielo estaba perdiendo su efecto, así que usó la lanza con Impacto Perforante para alcanzar al lobo más próximo, apuntando a uno de los ojos. Esté pudo evitar que la lanza llegará a su destino, pero no que se le clavara en la cara.

Dolorido, el lobo se soltó del muro, arrastrando a otros dos y provocando una aparatosa caída. Eldi aprovechó el momento para guardar la lanza y coger el martillo, que estaba sobre el muro para tenerlo a mano. Saltó entonces sobre los lobos, usando fuego sobre el martillo y ejecutando la habilidad del arma al caer.

Los aturdidos lobos no pudieron esquivarlo y recibieron dos veces el impacto, antes de reaccionar y que el cuarto intentará ayudarlos. Pero una vez más el hombre guardó el arma y usó Reacción Gatuna, para llegar a la seguridad de la barrera con tan sólo unos pocos arañazos. Miró el reloj y esperó a que acabara el tiempo mientras los lobos se incorporaban y lo miraban furiosamente, aunque también empezaban a tenerle un poco de miedo. Todos ellos estaban herido en mayor o menor grado.

Cuando bebió de nuevo y recobró la energía, pudo comprobar como los lobos se habían ensañado con los muros de tierra y no dejaban de seguirlo tras la barrera, impidiendo que pudiera salir sin peligro. Tampoco podía salir con el arma imbuida en fuego o hielo, pues la barrera lo impedía, así que ideó un plan un tanto arriesgado, pero confiaba en su habilidad de esquivar para volver a la seguridad de la barrera si salía mal. Sin duda estaba jugando con ventaja.

Primero creo un muro de tierra y se acercó a la barrera, provocando a los lobos y dejando pasar el tiempo para tener el poder del manantial a mano. Y una vez el reloj de arena estaba cerca de finalizar, se subió al muro y saltó al otro lado, creando otro muro de tierra justo donde debía aterrizar. Éste creció rápidamente bajo él, haciéndolo tambalearse y manteniendo a duras penas el equilibrio.

Desde su posición elevada, y mientras los lobos intentaban escalarlo y se encontraban de nuevo con el hielo, creó más muros para separar y aislar a los lobos. Fue cuando consiguió tener a uno sólo junto a la barrera, que saltó con la lanza cuando éste resbalaba de su intento de subir. El lobo cayó de cuatro patas, pero no le dio tiempo a esquivar la lanza que, con la velocidad de la caída e Impacto Perforante, consiguió atravesar el costado de la bestia, a pesar de la diferencia de nivel y la habilidad pasiva que reforzaba su piel.

La lanza se clavó en el suelo, inmovilizando al malherido animal, ocasión aprovechada para atacar el cuello con el hacha. Tras varios impactos de Doble Filo y medio decapitarlo, el lobo murió, dejando un gran charco de sangre bajo él. La peor noticia fue que la lanza se había astillado, algo no sorprendente si se tiene en cuenta que se había utilizado por encima de sus posibilidades, mientras que los arañazos y el daño de la caída fueron fácilmente sanados.

Un lobo se asomó por encima del muro, gruñendo, y después otro. Eldi, que esperaba una situación similar y ya había guardado las dos armas y empuñado el martillo, golpeó con Golpe Devastador el muro, haciendo que cediera bajo uno de los lobos y medio enterrándolo en la tierra. Aprovechó entonces los esfuerzos de éste para salir para golpearlo con la habilidad del martillo. El daño fue menor del esperado al estar en un terreno blando que amortiguó el golpe, pero consiguió hundirlo un poco más y dificultar que se liberara.

Justo entonces el otro lobo saltó mientras un tercero asomaba el hocico desde otro de los muros. Eldi soltó el martillo y empuñó el hacha desde el inventario, dirigiendo un lluvia de Doble filo hacia el lobo, con fuego incluido, mientras el tercer lobo llegaba y el primero se liberaba. Se escapó con las últimas fuerzas que había reservado para la habilidad de esquivar y se dirigió directamente al manantial.

Después de beber, le dio la vuelta al reloj y se dirigió hacia los lobos, dos de los cuales protegían a su camarada malherido. Los otros dos también estaban más que magullados, mientras que él estaba completamente recuperado, con la única baja de su lanza, y el martillo al otro lado de la barrera.

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora