Nido arácnido

832 132 0
                                    

Avanzar resultaba tedioso. Era necesario esperar una y otra vez a que las telas de araña ardieran lo suficiente para poder pasar. Y, lo que era peor, a menudo la lámpara quedaba atrapada entre éstas. Era en esos momentos cuando las arañas aparecían, alertadas de que una presa había sido atrapada, por mucho que fuera sólo un objeto luminoso.

Lo mejor era que las arañas se centraban en su extraña presa e ignoraban momentáneamente al alto humano, lo que le daba la oportunidad de atacar por sorpresa. Era muy útil la Explosión de fuego, que afectaba especialmente a las telas por las que se movían los arácnidos, haciéndolos en muchas ocasiones caer a un suelo donde los esperaban varios Muros de Fuego.

Abismo también era útil para no dejarlos escapar, o atraerlos a los Muros, además de que las lanzas que tenía preparadas resultaban muy efectivas. Incluso las que eran 57, dos niveles superior al de Eldi, no representaban un gran problema.

Hubiera sido peligroso si hubieran colaborado y le hubieran atacado todas a la vez, pero no lo veían como una amenaza hasta que era demasiado tarde, tan sólo una presa por la que todas competían. Pero fue muy distinto cuando se adentró en un pasadizo que no tenía salida.

Allí, al final, se encontraban enormes huevos protegidos por gruesos sacos de aquella dura tela. Y, en cuanto entró y los vio, apareció un gran número de arañas, rodeándolo. Estaban allí protegiendo los huevos, no cazando. En aquel momento, él no sólo era el intruso con el que debían de acabar, sino una bienvenida comida extra. Por ello, enseguida volvieron a bloquear la entrada con telas de araña, impidiéndole escapar.

Lo primero que hizo fue invocar un Anillo de Fuego. No era ni mucho menos defensa suficiente contra enemigos que llegan desde las paredes y techo, pero por lo menos podía crear algunos problemas. Lo siguiente fue invocar Aire Acondicionado. Seguidamente creó un Muro de Roca y apoyó su espalda en éste, dejando el hacha en el suelo y sacando una lanza. Como era de esperar, una lluvia de veneno cayó sobre él, así que usó Molino para repelerla.

Rugido del León no tuvo efecto en los arácnidos, quizás por su diferente sistema auditivo, quizás porque el miedo funciona de diferente forma en ellos. Se mantenían a distancia, y la primera Jabalina fue esquivada por su objetivo. Intentó acercarse a ellas, pero subían por sus telas hasta el techo y le atacaban con veneno desde la distancia, además de llenar el espacio con la pegajosa tela.

Tenía que hacerlas bajar, así que se acercó a un saco de huevos. Inmediatamente, tres de ellas se abalanzaron hacia él, sufriendo dos Explosiones de Fuego consecutivas, un Abismo y un Despedazar. Pero no pudo continuar su ataque, pues tuvo que esquivar el veneno que las otras cinco le lanzaban.

Gracias a Reacción Gatuna, no sólo dejó atrás el veneno, sino que se colocó bajo una de las arañas, dentro del agujero que había creado con Poder del Topo. Desde allí y con una lanza, atravesó a la ya herida araña con Impacto Perforante.

–Debía haberlo imaginado– se quejó a sí mismo.

Como le había pasado con las arañas de la mazmorra, acabó cubierto de la sangre y entrañas del arácnido. A pesar de ello, a pesar de la sensación de claustrofobia y del insoportable hedor, esperó un rato a salir de allí, recuperando algo de energía y maná. Sólo cuando las otras arañas apartaron el cadáver de su compañera, usó Poder Canguro para escapar, cayendo sobre ellas usando Terremoto y otra Explosión de Fuego.

Una había muerto y dos estaban malheridas. Decidió acabar con éstas lo más rápido que pudiera, usando Decapitar con una de ellas, y dos Doble Filo sobre la otra, seguido de un nuevo Decapitar. Ambas arañas habían intentado defenderse y le habían causado algunas heridas a Eldi, pero, con sus protecciones y lo debilitadas que estaban sus enemigas, no causaron más que unos arañazos, por lo que era suficiente con Regenerar.

Lo peor era que las otras arañas no se habían estado quietas. Aprovechando la posición relativamente estática del intruso al rematar a sus compañeras, habían conseguido alcanzarlo con su veneno. Quemaba, por lo que usó rápidamente Curar Veneno para contrarrestarlo, pero, aunque consiguió curarse, el veneno seguía sobre él y volvía a introducirse a través de su piel.

Usó un Muro de Tierra para resguardarse unos segundos mientras sacaba un trapo y agua para limpiarse. Tuvo que quitarse la armadura para lograrlo, y volvérsela a poner. Ahora volvía a estar limpia y reluciente, a diferencia de él, cubierto de polvo y entrañas de araña. Aunque, mirándolo por el lado positivo, esos repugnantes fluidos habían parado en parte el veneno.

No tardaron las guardianas del lugar en tenerlo de nuevo a tiro, lo que lo obligó a moverse. Mientras lo hacía, observó que éstas parecían moverse algo más lentamente, lo que significaba que les estaba afectando el frío de Aire Acondicionado, y justificaba haber comprometido sus reservas de maná para invocarlo. Debido al alto gasto de maná, había tomado una poción e intentaba ganar tiempo, aunque, por desgracia, no era fácil, pues ni agujeros ni muros sirven de demasiado cuando tus enemigos caminan por el techo. Las que no lo habían hecho, estaban muertas.

Esta vez no le funcionó intentar atraerlas con los huevos, ni siquiera cuando aplastó uno de ellos, así que decidió probar con Casi Thor. Creó un nuevo Muro de Tierra y, cuando la primera de ellas se acercó, saltó sobre el Muro y usó la habilidad.

Impactó sobre el cuerpo de la araña, dejó caer el martillo y sacó la lanza justo después, lanzando al mismo tiempo una nueva Explosión de Fuego. Uso Jabalina mientras caía, siendo ¿Proyectiles a Mí? suficiente para protegerlo de los dos venenos que consiguieron acertar, por lo que lo renovó inmediatamente. Necesitó también Equilibrio para volver a ponerse en pie tras volver al suelo. Él no era tan ágil como Gjaki.

Sacó el hacha mientras su asistente recuperaba el martillo, en una imagen que, a pesar de haberla visto varias veces, le seguía resultando increíble. Era chocante ver a la pequeña hada cargando aquella enorme y pesada arma.

Gravemente herida, la araña cayó, clavándose aún más la lanza al colisionar contra el suelo. Protegido tras un nuevo Muro de Tierra, Eldi se apresuró a rematarla con varios Doble Filos y un Decapitar.

Se había deshecho de la mitad de ellas, pero también le quedaba menos de la mitad de maná.

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora