Hasta nivel 45 había ido desbloqueando otros ocho hechizos y habilidades, a lo que había que sumar el aumento de sus estadísticas, y las bonificaciones de un equipo y armas superiores.
En 38, había desbloqueado Santuario, una área similar a Estufa o Aire acondicionado, y cuyo efecto es el de curar, poco a poco, a todos los presentes, incluyendo venenos o alteraciones de la mente. Lo tenía en afinidad 3, pues tampoco lo había usado mucho en el juego.
Tras ello, había recuperado los Anillos de Fuego, de Hielo, Eléctrico y de Roca. Son una versión de los Muros un poco más poderosa pero limitada, pues sólo puede tenerse uno activo de cada elemento. Consume maná en la activación y mientras está operativo, creando un círculo de diez metros de radio alrededor suyo, afectando a quien quiera traspasarlo según el elemento. Los tenía en 10, pues, una vez había alcanzado el nivel más alto en el juego, el consumo de maná era asumible, siendo muy efectivos contra grupos numerosos, que eran dañados, ralentizados, aturdidos o retenidos con muy poco esfuerzo. Cabe decir que Anillo de Roca era significativamente más costoso, pudiéndolo usar en estos momentos aproximadamente un minuto, y agotando todo su maná.
En 43, había conseguido Tiritas para Todos, costándole un gran esfuerzo conservar la compostura ante el nombre. Con afinidad 7, cura en un área de tres metros a su alrededor lo mismo que lo haría Curación básica uno por uno, pero costando el doble de maná. Eso lo hace más eficiente si hay tres o más aliados a los que curar, él incluido.
El siguiente había sido Hervir que, como su nombre indica, hierve una zona de agua. Puede servir para cocinar, pero, sobre todo, para atacar a objetivos bajo el agua. Lo tenía en 4, pues el combate acuático no era muy habitual en el juego, y allí no necesitaba hacer té. Se preguntó dónde podría conseguir una tetera, algo que sus compañeros-topo no sabían ni lo que era.
Y en 45 acababa de conseguir Carámbano, que permite crear afiladas puntas de hielo. Se puede colocar sobre la armadura, en el suelo, en el techo o en una pared. Y había provocado las risas y burlas de Goldmi y Gjaki cuando había cubierto su armadura con ellos, siendo señalado, y ante murmullos de algo así como "puercoespín de hielo". Lo tenía en 8, lo que le permitía una duración de dieciséis minutos, haciéndolo un sustituto habitual de las lanzas para las trampas.
En cuanto a las habilidades, Colador, al nivel 38, había tenido mucho éxito entre los guerreros-topo, y bastantes de ellos estaban intentando dominarla. Consiste en una serie de ataques consecutivos con la lanza que, si todos aciertan, pueden dejar al enemigo como indica el nombre. La tenía en 10, pues es una habilidad de ataque muy poderosa contra seres de piel blanda.
Bloquear, a nivel 39, permite usar el mango del hacha a dos manos para detener un ataque. Y aunque Doble Filo también puede llegar a conseguirlo, ésta nueva habilidad puede bloquear ataques más potentes, es de bajo consumo y muy rápida, así que la había usado muchas veces como último recurso en el juego, subiéndola hasta 8. Su mayor debilidad reside en no poder contraatacar inmediatamente con el arma, aunque sí bloquear de nuevo.
La siguiente había sido una habilidad de martillo que tenía en 7, Culata, que permite realizar un golpe rápido, usando la punta de la empuñadura para interrumpir e incluso aturdir brevemente. Su daño es bajo, pero es muy útil tener un recurso rápido cuando usas un arma lenta.
En 41 había readquirido Estabilidad, que impide caer al suelo y no tener que depender de Equilibrio. Su gasto es por tiempo, pero no muy alto. Aunque de uso esporádico, lo había subido a 10 en unas misiones en zona helada, después de que sus compañeras se rieran de él cada vez que caía.
Las tres siguientes habían sido resistencias pasivas al fuego, hielo y rayo, los mismos elementos a los que era afín.
Y en 45 había logrado Susto, que consiste en un grito para interrumpir las acciones de los adversarios, especialmente los hechizos, y cuya afinidad estaba en 5.
El final del camino llevaba a una puerta acorazada que estaba abierta y bastante dañada. Daba a un corto túnel que servía como cámara de seguridad un poco más amplia, y cuya siguiente puerta sí estaba sellada.
Les llevó varias horas abrirla, pues estaba cerrada desde dentro. En una situación normal hubieran saltado alarmas y hechizos defensivos, pero estos hacía tiempo que habían perdido su poder, al haberse descargado contra los seres que habían invadido el túnel. Aunque, sin ningún interés en aquella puerta, no habían intentado atravesarla, al igual que evitan la roca y excavan por donde el terreno es menos duro.
Como en las otras ocasiones, la puerta daba a una cámara, pero en esta ocasión era bastante más amplia y tenía varias puertas. Era lo que llaman un nexo, un punto que conecta varios túneles, los caminos hacia otros asentamientos-topo.
Eldi miraba las puertas con curiosidad, preguntándose hacia dónde conducirían, pero sus compañeros tenían sentimientos mucho más encontrados. No sabían cuántas de las otras comunidades habrían sobrevivido, ni si serían hostiles. Por una parte, deseaban restablecer el contacto, y, por la otra, temían hacerlo. Sin embargo, no era algo que pudieran decidir ni ellos ni allí. Además de que antes de emprender nuevas exploraciones, debían asegurar completamente su retaguardia y completar su misión actual: explorar la ciudad.
Así pues, una vez aseguraron y reforzaron las puertas, se dirigieron a una más grande, el punto de destino de la mayoría de los que habían venido por los túneles en el pasado, la ciudad perdida a la que llamaban Gran Hermandad, la que había simbolizado la paz y la cooperación entre los pueblos-topo.
Las guerras del pasado habían llevado al fin del comercio, al fin de las colaboraciones en investigación u otros proyectos, y a la decadencia de la ciudad que hacía de puente, que se nutría de aquel comercio y de ser un punto de encuentro. No había sufrido directamente el impacto de las batallas, pero, sin comercio, se habían quedado sin suministros suficientes para todos, y se habían visto forzados a abandonarla completamente. Los pocos que pudieran haber quedado atrás y subsistir con lo que podían sacar de la tierra no hubieran podido defender una ciudad de ese tamaño de los enemigos existentes en las profundidades.
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Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batalla
FantasyCuando muere en su cama debido a su avanzada edad, aún recuerda a una NPC de un MMORPG que jugó en su juventud, sin entender por qué nunca ha podido olvidarla. Pero cuando vuelve a abrir los ojos, se encuentra con la ruinas de lo que era el inicio d...