Determinación

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Cuando abrió los ojos y contempló el techo de la tienda, se sentía avergonzado. Habiendo vivido noventa años, se reprochaba su actitud del día anterior. Por muy duros que fueran, sabía que debía afrontar los problemas en lugar de deprimirse e irse a dormir. La única excusa que tenía era el cansancio, pero le pareció insuficiente.

Así que empezó con lo que debería haber hecho el día anterior y, sin levantarse, repasó el aumento de sus parámetros y lo que había desbloqueado, lamentándose para sus adentros, una vez más, de las elecciones de nombre.

La habilidad desbloqueada era Hacha Danzante, que permite dañar y bloquear durante medio segundo en nivel 1 y cinco en 10, y sólo puede usarse mientras se blande una hacha a dos manos. Como comprobaría más tarde, mueve el hacha a su alrededor mientras también gira sobre sí mismo, algo parecido al juego pero sorprendente de experimentar. El daño no es mayor que un golpe normal, pero puede dar dos por segundo si el objetivo no se aleja. La desventaja es que el rango es bajo, no se puede cambiar de posición mientras está activa y se es vulnerable a ataques mágicos. La tenía sólo a nivel 3 de afinidad.

A nivel 10, el hechizo Toque Vampírico absorbe la mitad del daño que se hace con el arma hechizada, lo que en el juego hacía que el de curación pasara a tener un uso marginal, aunque no estaba tan seguro que fuera a ser así en la realidad. Permite revertir una gran cantidad de daño, pudiendo tanquear con cierta facilidad si se es capaz de dañar a tus enemigos. De hecho, en el juego se consideraba una habilidad desbalanceada, y Gjaki se quejaba a menudo de que, por el nombre, debería ser suya.

–Buenos días.

–Buenos días– el Oráculo le devolvió el saludo sin, una vez más, expresar ninguna emoción.

Recogió la tienda y se dirigió al pozo, extrayendo agua para lavarse, algo que hizo detrás de un muro de tierra. Luego se fue a desayunar junto al único otro aldeano, quien volvió a rechazar comida. Pero no rechazó responder a sus preguntas.

–¿Qué son esas especies de hadas que me ayudan a recoger o recolectar?

–¡Ah!, esa es una buena pregunta. Sospechamos que son los vestigios del poder de los desarrolladores, y que de alguna forma siempre estaban con vosotros aunque no fueran visibles. Y lo que es mejor, ¡si se destruyen pueden reaparecer sin más al cabo de unos minutos!

Eldi no estaba seguro de que pensar, sobretodo porque el Oráculo parecía inusualmente animado con aquel tema.

–¿Qué hay de los idiomas? ¿Todos hablan éste? ¿Cómo es que lo hablo yo? ¿Podré hablar con otras personas?

–Los idiomas de los nativos de este mundo con los que hablaste en el juego se han impreso en tu alma, entre ellos éste, que es el más común. Por lo tanto, no deberías tener problemas con la mayoría de los seres que habitan estas tierras.

Era una alivio saber que al menos el idioma no supondría una barrera, aunque ese proceso de imprimir en el alma le desconcertaba.

–¿Por qué no se pueden hacer pociones de maná o energía como en el juego, y sí funciona así el Manantial Sagrado?

–El cuerpo no sólo absorbe el maná, sino que lo filtra y adapta para sí. No se puede crear maná de la nada ni adaptarlo sin más, a no ser que sea el más básico, el maná que se ha purificado a través de la tierra durante siglos y que vuelve al ciclo a través de sus fisuras, como las que hay en cada uno de los manantiales. No obstante, tiene un impacto en cada organismo absorber esa energía pura que también revitaliza el cuerpo, y por ello es necesario cierto tiempo para poderlo volver a asimilar.

Una vez más Eldi lo miró confuso. En cierta forma entendía lo que le decía, en otra le resultaba incomprensible. De hecho, para un científico como él, le resultaba una fantasía la existencia de maná, de magia, de habilidades. Y, sin embargo, también como científico, debía rendirse ante la evidencia incontestable. Puede que no lo entendiera, pero no tenía más remedio que asumir que era real. Si tenía la oportunidad, investigaría más a fondo.

–Los seres que mato para subir de nivel, ¿no sufren? ¿Su muerte no puede causar problemas? ¿Está justificado matarlos para tener más poder?

–Algunos sufren, otros no. Los no muertos no sufren. Tampoco los habitantes de lo que llamáis mazmorras, pues no son sino la manifestación física de sentimientos negativos y grandes concentraciones de maná, que se acumula en esas zonas. Por ello reaparecen una y otra vez cada cierto tiempo, pues dichos sentimientos no desaparecen con facilidad y el maná apenas se dispersa, a excepción del que es capaz de absorber las piedras de maná que quienes se adentran suelen llevar consigo.

»El equilibrio del ecosistema puede alterarse si mueren muchos, como ha sucedido en el pasado. Si eso ocurre, se llega a un nuevo equilibrio, favorable para unos, perjudicial para otros, pero difícil de predecir.

»Las opiniones sobre justicia o la injusticia de esa acción son tantas como seres habitan el mundo. Hay quienes creen que todo que está justificado para ganar poder. Otros, que los seres que no hablan con un idioma comprensible no tienen derecho a ser considerados. Hay quienes opinan que no debe matarse a ningún ser vivo, a no ser que sea en defensa propia o de los tuyos. Pocos se preocupan por los que no están vivos, ya sea no muertos o habitantes de mazmorras. Hay quienes diferencian según la inteligencia. Quienes contemplan el derecho a cazar para alimentarse de la presa. En tu caso, lo que importa es lo que tú creas. Debes decidir cuáles son tus objetivos y cuáles son tus límites.

Eldi estuvo un largo rato en silencio. Su objetivo lo tenía claro, encontrar a Melia. Pero para llevarlo a cabo necesitaba poder, pues el lugar donde podía buscar pistas, donde siempre la había encontrado, era nivel 100.

¿Cuáles eran los límites? No se sentía culpable por aquellos a los que había matado, pues lo había hecho defendiéndose, aunque es cierto que esta última vez había ido a la zona con la intención de levear. Eso sí, causar un sufrimiento excesivo no le parecía justificable, no sí había otra forma. Así como no quería atacar a quienes no fueran sus enemigos.

–¿Hay algún mazmorra a la que pueda ir? ¿O alguna zona con no muertos?

–Ninguna para un nivel menor a 20, que está más allá del círculo azul. Y no hay no muertos de tu nivel sino muy lejos, atravesando lugares con peligros más allá de lo que ahora está a tu alcance.

Tardó en tomar una decisión. La de explorar el bosque verde, la de defenderse, la de no empezar las batallas pero no temer a enfrentarlas. Tenía la sensación de que había cierta hipocresía en su posición, pero era lo mejor que había conseguido para estar en paz consigo mismo, sabiendo que no podía renunciar a su objetivo principal.

Se prometió ser fiel a esa determinación, aunque fuera desagradable o dolorosa. Y, a media mañana, se dirigió de nuevo al círculo verde.

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora