Tras salir del castillo por los túneles, Eldi había decidido no acercarse a la aldea de los dos niños aprendices, pues, si lo veían allí, podrían tomar represalias contra ellos. Tampoco podía ir a la aldea de iniciación, pues, por lo que había leído en la habitación del conde, había soldados en los alrededores.
Por otra parte, su objetivo no había cambiado: necesitaba subir de nivel. Aunque sí se había sumado una causa, una causa que ya había llevado a cabo, pero que no estaba seguro de poder repetirlo ahora que no era un juego.
Sin embargo, aunque sólo fuera un poco, ayudar a la gente que estaba sufriendo, que estaba siendo maltratada como en Tenakk, era algo que se sentía con la obligación de hacer si tenía la fuerza necesaria. De alguna forma, sentía que se lo debía por las promesas que había hecho en el pasado, por mucho que entonces creyera que se trataba de un juego.
También esperaba encontrar información sobre las dríadas, aunque por ahora no había conseguido nada útil. Pero no iba a cejar en su empeño, quería encontrarla, y para llegar al lugar donde solía charlar con ella, necesitaba subir de nivel.
Así pues, se dirigió a una mazmorra en particular, a una mazmorra que el propio Oráculo le había aconsejado ir en algún momento, pues podría encontrar algo que le sería útil en el futuro. Como las Lágrimas de Zafiro, que aún no sabía para que las podía necesitar. Quizás repasando todas las recetas que conocía obtendría alguna pista, pero había miles de ellas, y el Oráculo había asegurado que lo sabría cuando llegara el momento.
Pero, ante todo, necesitaba equipo nivel 30 y superior. Para ello, pretendía ir a un asentamiento que estaba a medio camino de la mazmorra, sólo desviándose un poco, y que tenía cerca zonas de nivel 30. Nunca había sido un buen lugar para levear, pero esperaba encontrar materias primas, por lo menos madera. Además, no había visto aquella zona en los papeles del conde, por lo que esperaba que no estuviera vigilada. Aunque, por si acaso, tendría que ir con cuidado.
Caminó campo a través, evitando las rutas marcadas, siguiendo en línea recta la dirección que mostraba el mapa, y teniendo que rodear más de una vez accidentes naturales o buscar un puente por donde cruzar. Eso sí, prácticamente no sufrió ataques, pues los habitantes del bosque podían sentir que no era una presa para ellos.
Casi había llegado a su destino, después de más de una semana, tiempo durante el cual había subido la afinidad de Escudo del Dormilón a 7, por lo que ahora podía descansar siete horas con seguridad. Las sólo dos horas del inicio del viaje lo habían obligado a sueños cortos, a levantarse después de menos de dos horas, utilizando el despertador que en el juego sólo le servía para recordar que había quedado con Goldmi y Gjaki. Era reconfortante poder dormir casi siete horas, pero esperaba poder seguir subiéndolo un poco más. Siempre le había gustado remolonear en la cama y, a ser posible, dormir ocho horas, o incluso más.
Se levantó y miró alrededor a través del escudo, invisible para él y opaco desde fuera. Le sorprendió descubrir dos grandes lagartos, similares a un dragón de Komodo negro, que rondaban alrededor, buscando recuperar el rastro que habían seguido y acababa allí.
Eran depredadores nocturnos de nivel 31 llamados geckos de las sombras, capaces de camuflarse con bastante eficacia en la oscuridad de la noche, con la capacidad de inyectar veneno y sorprendentemente rápidos. Normalmente hubieran vuelto ya a su madriguera, pero se resistían a dejar escapar a su presa, por lo que movían una y otra vez su lengua fuera de la boca para intentar captar el olor o la fragancia mágica que habían estado siguiendo.
Eldi sabía que el nivel del bosque había ido subiendo, pues incluso había recogido madera nivel 30, así que había estado especialmente atento, preparado para una emboscada, aunque no esperaba que fuera él quien tuviera la oportunidad de atacarlos por sorpresa. Y si bien eran dos niveles por encima del suyo, no los temía incluso siendo dos. Sabía que debía tener cuidado y no confiarse demasiado, pero también conocía sus fuerzas y había acumulado experiencia contra enemigos más poderosos que él.
Sacó dos lanzas, un hacha y el martillo, usando Jabalina contra el lagarto más alejado y destruyendo al mismo tiempo la barrera que lo había estado protegiendo, pues no podía mantenerse si un ataque la atravesaba desde el interior.
Al lagarto no le dio tiempo a esquivar la lanza salida de la nada y cubierta de hielo, elemento al que eran vulnerables. Inmediatamente, se vio rodeado por Muros de Hielo, dejándole como únicas opciones atravesarlos o ir hacia la que debía haber sido su presa.
Mientras tanto, el otro lagarto se abalanzó hacia el hombre, cayendo en el agujero preparado con Poder del Topo y dónde le esperaban lanzas imbuidas con hielo, contra las que se empaló. Había tenido tiempo de preparar la trampa desde la seguridad del escudo, y había esperado el momento en el que estaban mejor situados para atacar.
Con la otra lanza atravesó una y otra vez al lagarto que agonizaba en el agujero, mientras vigilaba al otro, que se dirigía hacia él lastrado por la lanza que atravesaba su cuerpo. Lo recibió con un Boomerang que el animal consiguió esquivar, pero no así Terremoto, que lo noqueó y permitió al hombre usar Propulsar un par de veces, hasta conseguir meterlo en el agujero, como si de un macabro juego de golf se tratara.
Los dos murieron allí, vencidos por el mismo método con el que ellos solían atrapar a sus víctimas, por una emboscada un tanto fortuita. Sin embargo, Eldi no había visto que había un tercer lagarto, de nivel 32, que había dado un rodeo buscando su rastro, y que apareció de pronto tras él.
Oído de Murciélago le avisó y pudo usar Reacción Gatuna para esquivarlo, pero cuando se disponía a enfrentarlo, se encontró con cinco salivazos, dos de los cuales superaron ¿Proyectiles a mí? y los paro con el brazo. Debido a ello, parte de la sustancia logró alcanzar su piel, provocando que el veneno que contenía empezara a afectar al hombre.
El de los geckos es un veneno potente que va debilitando poco a poco a su víctima, por lo que estos sólo tienen que seguirla a distancia y esperar que sucumba.
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Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batalla
FantasyCuando muere en su cama debido a su avanzada edad, aún recuerda a una NPC de un MMORPG que jugó en su juventud, sin entender por qué nunca ha podido olvidarla. Pero cuando vuelve a abrir los ojos, se encuentra con la ruinas de lo que era el inicio d...