Goltrak (II)

939 135 0
                                    

El edificio del Gremio estaba detrás de la primera muralla interior, la que era considerada la zona media. En ella estaban la mayoría de talleres y comercios, así como la residencia de un amplio abanico de gente. Estaban desde los que tenían unos ingresos apenas suficientes para vivir allí, hasta los que podrían vivir en la zona alta, pero que preferían estar cerca de sus negocios.

La zona entre la primera muralla interior y la exterior era la más humilde. Podía ser peligrosa en algunos barrios, los más alejados de las entradas y los caminos principales, pero en su mayoría eran sirvientes, trabajadores de negocios de la zona media o propietarios de negocios humildes en aquella zona.

Eldi no había visto signos de pobreza en esta primera zona, pero sólo había recorrido uno de los caminos principales. La gente con menos recursos malvivía en algunas de las zonas interiores, aunque la situación no era tan mala como en otras grandes capitales. Al menos no había esclavitud, y había oportunidades para quienes estaban dispuestos a trabajar duro y su físico se lo permitía. Quizás no para hacerse rico, pero sí para tener un plato de comida encima de la mesa.

Uno de los aspectos más importantes era que la corrupción estaba bajo control, con lo que el crimen no campaba a sus anchas. Tiempo atrás lo había hecho, pero la ciudad había sabido sobreponerse. Y ahora, las diferentes facciones se vigilaban con lupa, esperando el más mínimo desliz de los contrarios para ganar un poco de poder. De alguna forma, se había logrado mantener cierto equilibrio de fuerzas, sin ninguna que dominara, y todas vigilándose.

Así, sin grandes abusos de poder y una situación más o menos estable, el comercio y la actividad fluía, algo especialmente visible en la denominada zona media. Había multitud de tiendas, talleres, espacios de ocio, puestos de comida callejeros, restaurantes para trabajadores, otros más refinados, escuelas, algunos parques...

Podía disfrutarse desde una comida de lujo hasta una rápida comida grasienta. Conseguirse desde un utensilio de campo o una espada de principiante, hasta una apta para un rey. Dormir en una sencilla habitación con poco más que una cama, hasta una suite de lujo con sirvientes dedicados.

La habitación de Eldi contaba con un lavabo que tenía incluso ducha, cuya agua fluía gracias a piedras mágicas como las que se cargaban en las mazmorras, las cuales otorgaban el poder necesario a unas formaciones mágicas ocultas en la propia ducha. La cama no era lujosa pero sí cómoda y limpia, e incluso había una mesa y un par de sillas por si se necesitaba un pequeño estudio privado, o se esperaban visitas de negocios.

El personal que le había atendido era amable y el comedor tenía buena pinta, así que se sentó allí para llenar su estómago antes de recorrer la ciudad. Es cierto que tenía reservas de comida, pero no le faltaba dinero, y es agradable que te sirvan una comida caliente.



Era una tarde algo fría, pues las nubes cubrían el cielo, no dejando que el sol calentara sus cuerpos. A pesar de ello, había varios puestos de comida al aire libre, a los que Eldi no prestó atención. Al fin y al cabo, acababa de comer más de lo que debía, habiendo sucumbido a la tentación de aquel pudin verde de delicioso aroma cuando su estómago ya le decía que había comido suficiente.

Encontró armas y ropas interesantes, de calidad no muy por debajo de las que tenía en el inventario. Sus niveles estaban por encima de 80 y sus precios eran exorbitantes. Si bien podía pagarlo, no tenía aún el nivel, y tenía confianza en poder crear lo que necesitara por sí mismo.

Las pociones se iban encareciendo a medida que subían de nivel, y sólo compró unas pocas de nivel 55. Sabía que podía hacerlas incluso mejores, pero no tenía a su disposición plataformas mágicas para ello. Al parecer, había que seguir un riguroso protocolo burocrático para poder usar las que había en la capital, y era peligroso exponer sus conocimientos, pues podía exponer también su identidad.

A pesar de ello, compró varios materiales entre 55 y 65, con la esperanza de encontrar los medios, ya fuera en la capital o fuera de ella. Por desgracia, el reino de Goltrenak no tenia aldea de iniciación, por lo menos no salía en su mapa. Dado que no era un reino originario de ninguna raza en particular, ningún personaje del juego iniciaba allí su aventura. Y en el caso de que hubiera otros lugares adecuados, no tenía información de ello.

Cuando finalmente llegó frente a la biblioteca, ya era tarde, pero quería echar un vistazo. Aunque antes se sorprendió de encontrar una estatua decapitada, cuya cabeza lobuna yacía en el suelo. No había ninguna placa informativa, a diferencia de otras que había visto por la ciudad, pero no era necesario. Todos sabían que había sido alzada en honor al visitante que se había convertido en rey, y se había dejado allí como símbolo de su caída.

Lo curioso es que no se sabía quien lo había hecho. Un día, cuando el rey había salido de viaje, había aparecido así, decapitada. Se habían llevado la cabeza para repararla y colocarla en su sitio, pero, al no volver el rey y empezar a surgir rumores de su muerte, no habían acabado el trabajo. Con el tiempo, una vez asumido que el rey había muerto y sus seguidores reducidos o aniquilados, la cabeza había vuelto a ser llevada a donde había sido encontrada, en el suelo, en recuerdo del ocaso del visitante déspota que había sido su rey.

Entró en la biblioteca para averiguar el precio y las condiciones de uso. Había que dejar un depósito importante, de diez monedas de oro, depósito que era devuelto si se entregaba el carnet de biblioteca y no había daños en los libros consultados. Aparte de eso, había un pago de diez platas mensuales.

Lo que decepcionó a Eldi es que no podía acceder a los libros avanzados de magia, técnicas de combate o artesanías sin el permiso de las respectivas asociaciones, algo que le sería imposible de conseguir en poco tiempo sin mostrar sus habilidades. De hecho, era casi lo mismo que el acceso a las plataformas mágicas.

Decidió que de momento se conformaría con los básicos, a la espera de poder acceder a conocimientos más avanzado en el futuro. Por ahora, pagó el depósito y la mensualidad, llevándose un libro de "Magia Básica" y un "Bestiario".

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora