Después de disparar a los trolls, Eldi había retrocedido al comprobar que tres de ellos se dirigían hacia él. Dejo un Muro de Fuego en el camino de la ascensión, pero lo atravesaron sin vacilación. La resistencia a la magia de aquellos seres era similar al juego, no podía atravesar su gruesa piel. Sólo quedaron ligeramente chamuscados.
Pero que sean resistentes al daño mágico, no significa que sean inmunes a la magia. Tormenta de Arena los cegó igual que a cualquier otro ser que no tenga habilidades para contrarrestarla. Confundidos por la inesperada cortina de arena que atacaba a sus ojos, cayeron una y otra vez en las trampas de Eldi, ya fuera hielo resbaladizo o agujeros creados por Poder del Topo. Por desgracia para su creador, no eran lo suficiente profundos y anchos, así que no podían retenerlos mucho tiempo, ni caían con suficiente fuerza sobre los Carámbanos.
El alto humano los atacaba desde la distancia con Boomerang, ya que el efecto de Abismo se ve disminuido en seres con gran tamaño. Además, creó barreras con Muro de Roca, que los corpulentos seres no podían saber que no eran parte de la montaña. Pronto, dos de ellos se enzarzaron en una pelea. Uno había sido golpeado con el martillo y Golpe Devastador por la espalda, encontrándose al otro troll al volverse y creyéndole responsable.
Mientras, Eldi se enfrentó directamente al tercero. Con la ventaja de Agudizar Sentidos, podía buscarle continuamente la espalda. Hacha Danzante era especialmente efectiva ante un enemigo que no podía verle y que no estaba acostumbrado a retroceder, aunque dejó de usarla después de que recibió un fuerte golpe por un Pisotón. Usando la habilidad era incapaz de esquivar y, aunque ésta fue capaz de parar parcialmente el ataque del troll, no salió indemne.
De hecho, tuvo que cambiar al martillo y usar Rompecadenas, pues Pisotón es capaz de restringir el movimiento si impacta, incrustando a su enemigo en el suelo. Escarmentado, esquivó todo los ataques a partir de entonces. A pesar de la diferencia de nivel, y que parte del daño había sido reflejado, el dolor había sido considerable y sus protecciones estaban abolladas. Tuvo que cambiarlas por otras de menor nivel para impedir que siguieran clavándose en él.
Por seguridad, optó por usar la lanza, manteniéndose a cierta distancia, mientras el troll iba dando garrotazos al aire o al suelo. Eran golpes poderosos, pero demasiado fáciles de prever. Además, caía frecuentemente por el hielo, siendo en esos momentos atravesado continuamente con Colador. Cuando finalmente sucumbió, sus dos compañeros aún seguían peleándose.
Eldi los observó desde cierta distancia. Incluso después de que Tormenta de Arena desapareciera, siguieron pegándose el uno al otro, ignorando al pequeño ser que se escondía tras unas piedras. Cuando uno de los garrotes finalmente aplastó por completo la cabeza del troll que había caído al suelo, dicho pequeño apareció por detrás del superviviente, usando Impacto Perforante para atravesar el brazo con el que sostenía el garrote.
Luego usó Propulsar en una de las piernas, haciendo caer al agotado y herido gigante verde azulado. Acabó aplastando su cabeza como éste había hecho con su compañero, convirtiéndola en una desagradable masa de trozos de cerebro y huesos que le hizo sentir náuseas, por lo que se alejó enseguida. Aunque no tuvo ningún efecto en su asistente, que se dedicó a cortar y recoger.
–En serio, ¿grasa de troll? ¿Se puede comer la carne troll? No quiero ni pensarlo– se dijo a sí mismo, mientras llegaba a rango de la pelea entre enanos y trolls.
Se alegró de que los robustos enanos, más ágiles de lo que sus armaduras de metal hacían pensar, llevaran la iniciativa. Decidió ayudarlos una vez más, guardando sus otras armas y sacando el arco.
Cuando estos vencieron, bajó a hablar con ellos. Quizás podrían ayudarlo con las plataformas mágicas. Quizás el mapa no estaba equivocado, y se encontraban en el interior de la montaña, en posesión de aquellos enanos.
Se puso un cinto con daga y espada, similar a como lo llevaba Goldmi, y un carcaj en la espalda para disimular. Sacar flechas de la nada podía resultar sospechoso. Además, había golpeado la espada varias veces con el martillo, por lo que ahora tenía bastante mal aspecto.
–¿Un elfo? ¡Nos ha venido a ayudar un jodido elfo! ¿Qué te trae por aquí, amigo?– lo recibió una voz que parecía femenina, aunque algo ronca.
–Hola amigos enanos. ¿Estáis bien? Puedo usar un hechizo de curación, si os hace falta– se ofreció.
Usó Regenerar en todos ellos, dejando que las heridas se les curaran poco a poco. Es lo más efectivo cuando no estás en un apuro.
–Ah, gracias por la ayuda. Estábamos un poco jodidos. ¿Qué te trae por aquí?– preguntó una enana que decía llamarse Furga.
–Mi espada ha quedado inservible. Estaba por aquí cerca, y como había oído que teníais por aquí plataforma mágica de herrería, quería saber si me la dejaríais usar– preguntó, usando la excusa que había prefabricado.
–Me cago en los trolls. ¿¡Como han podido dejarla así!?– preguntó Gimto.
–Bueno, tropecé y cayó bastantes metros, junto con una pequeña avalancha de rocas. Pude encontrarla, pero estaba así– mintió Eldi.
–Que cabronada. La verdad es que está bastante mal. No sé si podrás arreglarla. Pero me muero de ganas de ver a un elfo usando la de herrería. ¿De verdad puedes usarla?– preguntó Trelka, quitándose el casco y dejando ver su rostro lleno de cicatrices y su trenzas pelirrojas.
–Vente y lo probamos. Yo también me muero de ganas de verlo– añadió Trelko, también pelirrojo y con dos pequeñas trenzas como su hermana, aunque en su barba.
Eldi los siguió, sintiéndose algo culpable por mentirles, por haberles sonsacado de esa forma que realmente tenían la plataforma. Eran rudos pero amigables y hospitalarios. No se llevaban mal con los elfos, aunque había cierta rivalidad hacia ellos. Pero habiéndolos ayudado cuando lo necesitaban, se había convertido en un compañero. Así lo consideraron y así lo trataron.
Se quedaron un par vigilando la salida, a la espera de un relevo, y el resto lo acompañaron a través de los túneles. Lejos de sentir claustrofobia, como los enanos temían, sintió algo de nostalgia. Aunque diferentes, le recordaban a los túneles del pueblo-topo.
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Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batalla
FantasiCuando muere en su cama debido a su avanzada edad, aún recuerda a una NPC de un MMORPG que jugó en su juventud, sin entender por qué nunca ha podido olvidarla. Pero cuando vuelve a abrir los ojos, se encuentra con la ruinas de lo que era el inicio d...