Osos en la cueva

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Los niños rodearon el Muro de Fuego y los agujeros en el suelo, asomándose entre los Muros de Tierra. Estaban asustados, pero también curiosos hacia aquel hombre que los había salvado y se enfrentaba al temible oso, como sólo habían oído contar en las historias. ¿Sería un aventurero?

Veían anonadados como muros de fuego, hielo y rayo aparecían en el camino del oso. Como agujeros aparecían en el suelo. Como el hombre sacaba armas de la nada y les ponía fuego. Vieron como el oso caía en una trampa y era ensartado con lanzas, y como era Decapitado con la enorme hacha que empuñaba el hombre.

Cuando éste se acercó a ellos, volvieron a tener miedo. A pesar de que se había convertido en un héroe a sus ojos, estaban habituados al comportamiento rudo de los cazadores de su aldea, o de los visitantes. Por eso, les pilló por sorpresa en tono amable en el que se dirigió a ellos, e incluso que se agachara para llegar a su altura.

–¿Estáis bien?

Ellos asintieron, habiéndose quedado mudos, boquiabiertos antes el hecho de que sus rasguños fueran curados por la magia del hombre, algo totalmente fuera de lo normal. Aquellos que podían usar magia para curar no solían molestarse en unos niños con heridas de poca importancia, pero no así él.

Sorprendidos, sintiéndose a salvo y experimentando la calidez en las palabras del hombre, la resistencia de los niños se quebró, llorando y abrazando a un desconocido que les trataba con amabilidad y les había salvado la vida.

Él les devolvió el abrazo, sintiendo por primera vez desde que había llegado a aquel mundo el calor de otro ser humano, la ternura inocente de dos niños, el sentimiento de querer protegerlos. Se separó de ellos y les secó los ojos con suavidad. Y les iba a ofrecer algo de comer cuando Oído de Murciélago lo alertó.

–¿Podéis subir por la cuerda?– dijo de pronto en un tono serio.

–S..sí– respondieron ellos

–Pues daros prisa. Allí estaréis seguros.

Para sorpresa de los niños, Eldi los cogió y usó Muro de Tierra para elevarlos, alzándolos hasta lo máximo que pudo.

–Daros prisa– los apremió de nuevo.

Los niños subían reticentes, pero cuando vieron al primer oso aparecer, lo hicieron a toda prisa. Luego intentaron asomarse por el agujero para ver que sucedía, pero sin apenas poder ver nada. Sólo oyendo gruñidos y golpes.



Uno a uno fueron apareciendo los osos, hasta un total de seis. Eldi tenía confianza en enfrentarse a uno o dos de ellos, pero seis era excesivo, así que retrocedió, escondiéndose tras los Muros de Tierra que había alzado antes.

Los osos reaccionaron agresivamente cuando el hombre desapareció de su vista, corriendo hacia él, embistiendo aquellos muros que sabían débiles. Dos de ellos quedaron medio trabados en los agujeros y un tercero consiguió atravesarlos del todo, mientras que los otros tres se había quedado detrás.

Lejos de esperar a sus compañeros, el oso atacó, pero a Eldi no le fue difícil de esquivar. Ya había empezado a aprender sus patrones de lucha, habilidades y puntos débiles. Sin embargo, le preocupaba su número, por lo que tenía que debilitar todo lo que pudiera al oso antes de que llegaran el resto.

Usó Doble Filo en la pata trasera de la bestia, y luego Boomerang apuntando al mismo punto, para luego acercarse a una enorme piedra. El oso cojeaba, pero no por ello cejaba en su empeño, además de que los otros se estaban acercando.

Soltó el hacha un momento para usar Jabalina sobre el oso, y luego saltó con Poder Canguro sobre la piedra, empezando a disparar flechas sobre los osos que lo miraban desde abajo. Uno de ellos usó Impulsar, llegando hasta Eldi, quien lo enfrentó allí mismo. Mientras fuera sólo uno debía aprovechar la oportunidad.

Se deslizó por debajo del oso usando Doble Filo y atacó sus patas traseras, como había hecho con el otro. De nuevo un oso usó Impulsar, pero apenas podía moverse en aquella plataforma sin arriesgarse a caer, o empujar a su compañero. Eldi aprovechó para usar Propulsar, que si bien no tenía mucho efecto en los osos, era suficiente para empujarlos hasta el borde de la resbaladiza piedra. Hubiera sido más fácil con Rugido de León, pero apenas tenía efecto en los osos.

Esta vez subieron dos a la vez, uno por cada lado, pero en lugar de medirse con ellos, Eldi aprovechó la oportunidad para saltar sobre el primer oso al que se había enfrentado, ahora que había quedado un tanto aislado. Saltó sobre su lomo y le clavó el hacha con Doble Filo, para luego saltar a tierra y alejarse corriendo.

No podía seguirlo con rapidez debido a la herida de su pata, al igual que otro de los osos que estaban en el suelo, mientras que los dos que estaban sobre la piedra no se decidían a bajar. Así que fueron los otros dos osos los que persiguieron a Eldi, esquivando los agujeros y cargando contra el Muro de Tierra tras el que le había dado tiempo a colocar cuatro lanzas con Aguantar.

Quedaron empalados y rodeados por Muros de Fuego, forzando a cruzarlos a quienes quisieran venir en su ayuda mientras Eldi los remataba. Sólo uno de ellos lo hizo, quedando solo ante Eldi y chamuscado, y siendo vencido con facilidad, pues herido y ante quien ya sabía como luchaban, no tuvo opción.

Quedaban dos casi ilesos y uno herido, que ahora rodeaban la zona donde yacían sus compañeros y que el fuego les impedía traspasar sin sufrir daños. Pero no a Eldi, que uso un Muro de Tierra y Poder Canguro para saltar sobre uno de los osos y clavarle una lanza en el lomo con Impacto Perforante. El oso reaccionó revolcándose, lo que provocó que aplastara al hombre, y también que la lanza se clavara más profundamente.

Aquella reacción estaba fuera de los cálculos de Eldi, que se vio forzado a usar Inexpugnable, pero también significaba que sólo había un oso ileso. Esquivó el ataque de otro oso y volvió a ir hacia la piedra, usando Muros de Tierra para distraerlos. Después de lo que les había pasado a sus compañeros, no se atrevían a cruzarlos sin más, así que los rodeaban.

Uno de los osos le siguió sobre la piedra, enfrentándose a él en uno contra uno que el animal creía poder ganar por la diferencia de nivel, pero que se demostró lo contrario. Doble Filo le servía tanto para parar como para atacar al contrario, y Hacha Danzante era muy eficaz con tan poco espacio.

Cuando el oso resbaló y cayó, ya estaba malherido, y el hombre lo siguió para rematarlo. Los otros dos osos, furiosos, se acercaron también, demasiado tarde para ayudar a su compañero y demasiado heridos para plantear una seria amenaza. Con el hacha, Toque Vampírico, Regenerar, Toque de Fuego y Doble filo, tuvo suficiente para acabar con ellos.

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora