Gólem jefe

1.3K 195 3
                                    

Usó una poción de regenerar energía pero no era necesaria la de maná, porque aparte de encantar el arma con hielo sólo usó algunos muros de hielo. Si bien no hacían mucho daño, tenían el efecto de ralentizar a los gólems, dándole más tiempo para acabar con los que tenía delante.

Llevaba siempre un Espejo Físico, y usaba Aplastar Tierra si tenía más de un 50% de energía disponible, lo que provocó que acabara subiendo a 8. No pudo evitar algunos golpes ni ser inmovilizado de vez en cuando, pero la suma de la armadura, Cuerpo de acero, su propia defensa y Espejo Físico, hicieron que Regenerar fuera suficiente en la mayor parte de los casos.

Fue retrocediendo poco a poco por el túnel, levantando un nuevo Muro de Hielo cada vez que lo hacía, y manteniendo así un número limitado de gólems frente a él. De no hacerlo así, le habrían acabado pasando por encima.

Al final, su martillo estaba al 60%, partes de su armadura al 40% y casi había subido a 25. Por suerte había hecho un segundo martillo si le era necesario, y entre las armaduras que había conseguido de los aventureros fallecidos y las antiguas, al menos estaba seguro de no quedarse sin protección.


Para recuperar sus fuerzas, se tomó un descanso tras acabar con el último gólem, tras lo cual se dirigió de nuevo a la caverna donde estaba el imponente gólem jefe. Éste volvió a dar un fuerte pisotón, haciendo que Eldi se temiera lo peor, pero esta vez sólo aparecieron tres gólems, que fueron eliminados sin excesivas complicaciones.

El gran monstruo de roca no parecía querer moverse de su posición, donde uno de sus pies bloqueaba el paso al piso inferior. Así, como con el fulgor jefe, la única opción parecía ser acabar con él.

Se acercó, dando círculos alrededor para ver como actuaba, y comprobando que se iba dando la vuelta, encarándolo, pero siempre bloqueando la salida. No le pareció que pudiera ganarle la espalda con facilidad.

Algo que se había preguntado Eldi era el porqué había tantas rocas alrededor del jefe, algo que se respondió cuando una impactó a pocos centímetros de él, después de ser lanzada por la enorme mano de piedra. El movimiento era claro y fácil de predecir, pero el impacto de una de esas grandes rocas sería bastante más que una molestia. Incluso no estaba del todo seguro si sobreviviría. Se planteó en ese momento volver por donde había venido, pero antes que pudiera tomar esa decisión, el gólem levantó ambos brazos y emitió una especie de grito incomprensible.

De repente, un muro de piedra circular había sido erigido alrededor, impidiéndole escapar. Estaba seguro de poder romperlo, pero no mientras esquivaba las piedras. Sin otra opción que luchar, se siguió acercando, lanzando muros de hielo sobre el gólem. No le hacía prácticamente nada de daño, pero tenía la esperanza de ralentizarlo un poco.

Además de ello, creó muros de tierra sobre las piedras, intentando ocultarlas. El gólem jefe los golpeó de inmediato, pero mientras lo hacía no lanzaba piedras y no era suficiente con un golpe para desenterrar completamente los proyectiles en forma de roca.

Aprovechó entonces para usar Terremoto, alcanzando rápidamente al gólem y comprobando que el martillo le dañaba. Un enorme puño de piedra atacó su posición, pero fue demasiado lento y el hombre lo pudo esquivar. Sin embargo, la lluvia de esquirlas lo alcanzó, aunque el daño no fue significativo.

Usó Golpe devastador sobre la pierna que bloqueaba la salida una y otra vez, pues tenía la ventaja que no la movía de allí. De hacerlo, no dudaría en atravesar el hueco y escapar de aquella peligrosa batalla.

Sin duda, aquel jefe era mucha más poderoso y peligroso que cualquiera al que se hubiera enfrentado. No sólo tenía mucha vida, sino que su fuerza hacia de sus ataques casi letales. Y, además, era capaz de evitar que su enemigo escapara o invocar un pequeño ejército. Pero tenía un punto débil: era lento.

Eldi aún tenía que lidiar con las consecuencias de los ataques del enorme ser de piedra, como grandes socavones o lluvia de esquirlas cada vez que golpeaba, pero eran más molestias que verdaderos problemas. Quizás el mayor peligro era perder la concentración, pues la gran cantidad de puntos de vida hacía que el enfrentamiento se alargara. Sin embargo, cada vez que una esquirla conseguía rasgarle la piel, le recordaba que no podía bajar la guardia.

Poco a poco, fue debilitando al gigante, usando Golpe devastador si tenía suficiente energía, y siempre reservando para tener a mano Reacción Gatuna. Y fue en el momento en que consiguió bajar los puntos de vida del gólem jefe al 5% cuando esa precaución se vio recompensada.

El gólem se quedó quieto, como una estatua, encogido en posición fetal, y empezó a vibrar, cada vez más rápido. Temiéndose lo peor, Eldi empuñó la lanza, puso varios muros de tierra entre él y el jefe, usó ¿Proyectiles a mí? y ¿Magia a mí?, además de los espejos físico y mágico.

Y, como se temía, el gólem explotó, lanzando en todas direcciones fragmentos de roca de varias toneladas, ante las cuales poco pudieron hacer los muros. Empezó a usar Molino, pero cuando una de esas grandes rocas se dirigió hacia él, tuvo que dejarlo y usar Reacción Gatuna. Sin embargo, eran muchas las rocas de mayor y menor tamaño que volaban hacia él, por lo que tuvo que confiar en Inexpugnable mientras era golpeado con un fuerza que amenazaba con romper todos sus huesos.

Sobrevivió a la explosión, aunque su pierna quedó atrapada bajo una de las rocas, aplastada bajo su peso. Fue un dolor intenso que amenazaba con hacerle perder el conocimiento, y ante el que la curación no era efectiva, pues la roca seguía estando encima, volviendo a dañar lo curado.

Al final, la consiguió romper a martillazos y curarse, tras lo cual se apresuró a bajar a la siguiente planta y refugiarse en el área de descanso. No sabía cuando tardaba en reaparecer el jefe, pero no quería arriesgarse. El final de la lucha había sido mucha más aterradora de lo que podía haber imaginado.

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora