Aunque sabía que aún le dolería más, y el gasto de energía es alto, Eldi estaba preparado para usar Reacción Gatuna mientras seguía con su curación. Si ese era el caso, usaría una poción como emergencia.
No obstante, Dikgo volvió a caer en la trampa tendida con Poder del Topo, en la que esta vez sí había Carámbanos. Gritó de dolor mientras sus piernas eran atravesadas, pero no perdió el tiempo e intentó liberarse, y tomarse enseguida la poción.
Pero Eldi no se quedó mirando, sino que lo ensartó con una lanza imbuida en fuego, mediante Impacto Perforante. Inmediatamente sacó otra, atravesando los brazos que intentaban interponerse en el camino, no pudiendo el cuerpo del mercenario resistir cuando su cuello fue brutalmente atravesado, quedando inerte sobre los Carámbanos.
Eldi se incorporó, habiendo confirmado la muerte de Dikgo al haber recibido algo de experiencia, y se giró hacia el esqueleto que acababa de impactar en su espalda una esfera oscura y lo obligaba a renovar ¿Magia a mí?. Apenas le quedaba maná para acabar de curarse, pero no quería perder más tiempo allí, así que empuñó el martillo y se acercó mientras sus heridas se cerraban.
Esquivó la patada del enorme esqueleto, dejando que su protección lidiara con la magia en área, para asestarle un Golpe Devastador en la pierna. Más de diez niveles de diferencia son muchos, incluso si se trata de un jefe de planta, así que el martillo resquebrajó primero los huesos y los rompió después.
Con el enorme esqueleto en el suelo, usó Terremoto para saltar y atacar la calavera, acabando de destrozarla con un par de Golpes Devastadores más. Poco después desapareció, mientras Eldi respiraba pesadamente, pues tampoco le quedaba mucha energía.
Oyó ruidos, alguien se acercaba, así que debía marcharse cuanto antes de allí. Dejar los cadáveres implicaría que se pudiera dar la alarma, que investigaran y le acabaran por descubrir quienes lo buscaban, así que, a pesar de que le producía escalofríos, los guardó en el inventario, mientras sus ayudantes recogían las armas, y tapaba los agujeros usando Poder del Topo a la inversa. Inmediatamente, pasó a la siguiente planta.
La sala de descanso estaba cerca, pero prefirió no entrar. Aunque tenía los pases de los nobles, era mejor que no le viera nadie, así que invirtió sus últimas reservas en Escudo del Dormilón, invocándolo en un rincón apartado en el que decidió descansar, sacando algo parecido a un saco de dormir. Aunque antes de conciliar el sueño, un grupo bajó.
–Ha sido una suerte que justo alguien lo haya derrotado– se congratuló una de ellos.
–Sí, no sé si esta vez lo habríamos conseguido. Así podremos explorar esta planta y ganar fuerza más rápido– asintió otra voz.
–¿Descansamos un poco o empezamos?
–Mejor empezamos y descansamos luego. Los que lo vencieron igual están dentro descansando y, según quiénes sean, igual nos piden una compensación por abrirnos el paso.
–¡Ni que se lo hubiéramos pedido!
–Ya, pero mejor nos evitamos problemas.
Las voces eran cada vez más débiles, más lejanas, y a él también se le cerraban los ojos. Puso la alarma en seis horas, y tuvo pesadillas en las que aparecían los tres jóvenes nobles, los mercenarios, los condes de Tenakk y sus hijos. Pero la aparición en sus sueños del artesano y su hija, y la de los cuatro aventureros a los que había protegido de una amenaza que desconocían, le devolvieron algo de paz.
Desayunó pan recién hecho con mantequilla y algo de azúcar, además de unos pinchos de carne aún calientes, sin querer mirar hacia cierto rincón de su inventario. Usó unos segundos Agudizar Sentidos, descubriendo que había alguien en la sala de descanso y en un desvío a la derecha, así que se levantó y siguió recto. Según el mapa que había obtenido de Aljhon, por allí estaba la sala del jefe.
También había esqueletos en esta planta, nivel 38, que empuñaban la materialización de una espada oxidada. Hubiera querido usarlos para practicar, pero Agudizar Sentidos y Oreja al Suelo, le decían que había mucha actividad alrededor, y quería evitar encontrarse con nadie. Esta última es una habilidad que había aprendido con los guerreros-topo y que estaba muy lejos de dominar, pero aún en sus fases iniciales resulta útil. No podía saber exactamente de dónde venían los sonidos, pero le daba una idea de la distancia, además de que era barata y fácil de practicar.
–Qué raro, hubiera jurado haber oído ruidos de pelea– se extrañó una maga, que vestía una larga túnica azul oscuro con algunos remiendos.
–Igual volvían como nosotros, o están entrenando y han ido a un túnel lateral– sugirió un arquero que ahora usaba mazas, pues las flechas son poco efectivas contra esqueletos.
–Será eso. Bueno, si nos limpian el camino mejor, necesito un descanso
–El jefe de esta planta es duro, no nos ha dado opción. Necesitamos entrenar más– se lamentó un guerrero con maza y escudo. Llevaba una espada en el cinto, lo que indicaba que la maza no era su arma principal.
Oculto tras Escudo del Dormilón, Eldi vio como suspiraban y se alejaban. Era un derroche de energía, pero tampoco estaba necesitando mucho maná, y ocultarse era más importante. Además, ahora sabía con seguridad dónde estaba el camino a la siguiente planta.
–Al menos lo voy subiendo de nivel– se resignó. Deseaba subirlo al 8 y tener una hora más de sueño.
Además de la espada, el jefe tenía una resistencia extra al fuego, que suele ser el punto débil de los esqueletos. También era bastante rápido, lo cual ayudó a que tropezara cómicamente con un Muro de Roca cuando intentaba Embestir contra Eldi por segunda vez. Era un jefe de planta y había que ir con cuidado, pero no suponía un reto para él con una diferencia de 10 niveles. Tampoco le daba casi experiencia, así que resultaba una pérdida de tiempo, excepto por rellenar las piedras de maná y por seguir las indicaciones del Oráculo.
Por lo menos, era rápido cruzar las plantas, siendo su mayor preocupación no ser descubierto.
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Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batalla
FantasyCuando muere en su cama debido a su avanzada edad, aún recuerda a una NPC de un MMORPG que jugó en su juventud, sin entender por qué nunca ha podido olvidarla. Pero cuando vuelve a abrir los ojos, se encuentra con la ruinas de lo que era el inicio d...