Último jefe (II)

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Inexpugnable lo había salvado del terrible impacto de aquel cuerpo de varias toneladas, pero, tras acabar su efecto, estaba siendo aplastado y no tenía espacio para sacar más que una daga, que poco podía hacer contra aquella mole. Le costaba respirar y apenas podía moverse, y sólo su Aura de Fuego estaba dañando un poco a su enemigo.

Por suerte, la enorme araña no tardó en levantarse, con la confianza de haber infligido un golpe letal a su presa. Eldi respiró aliviado y se curó, pero no podía perder el tiempo, y menos ahora que ya no podría usar Inexpugnable en una hora.

Recogió el arco y volvió a disparar a la jefa final, moviéndose con rapidez debajo de ésta. La araña intentó alcanzarle una vez más con las patas, pero, al no conseguirlo, confió de nuevo en Aplastar.

Tres lanzas imbuidas con fuego y de bajo nivel, pues no quería arriesgar las mejores que tenía, se clavaron profundamente en el monstruo. Había usado la habilidad Aguantar para fijarlas en el suelo, habilidad que subió a 5, y la propia fuerza de aquel enorme ser había provocado que se clavaran hasta el fondo.

Además, Eldi se había refugiado en una trampa en el suelo, evitando ser aplastado y atacando desde allí con su mejor lanza, usando Impacto Perforante hasta que la araña se levantó, más rápido esta vez. Estaba cubierto de las vísceras del monstruo, pero aquel no era el momento de preocuparse por ello.

Las lanzas seguían clavadas y el fuego imbuidas en ellas quemando el interior de la jefa, así que Eldi decidió seguir con la misma estrategia y volver a disparar flechas contra ésta. Pero esta vez reaccionó de forma diferente, lanzando telarañas continuamente y obligándole a alejarse del agujero, que hubiera acabado siendo tapado.

Eldi se encontró con que eran pegajosas y le dificultaban moverse, por lo que usó Poder Canguro para desengancharse y salir de allí, lejos de las telarañas y de las patas, aunque tuvo que esquivar el veneno que escupía.

Fue entonces cuando la jefa final hizo algo parecido a Aplastar, pero haciendo que su cuerpo tomara una forma redondeada y empezara a rodar hacia él, cambiando de trayectoria para seguirlo. No tuvo más remedio que acercarse a otro agujero y meterse en el justo cuando iba a ser arrollado por Rodar, que pasó de largo debido a la inercia, para pararse y retomar su forma original. Eso sí, Eldi había aprovechado mientras corría para colocar cuantos muros pudiera tras de sí y en el camino de la enorme bola negra, dañándola con fuego, hielo y electricidad.

Una de las lanzas se había soltado y yacía rota sobre el suelo, mientras que las otras dos se habían clavado más profundamente debido a Rodar. Así, uniéndose al daño que la propia araña se había infligido así misma con sus habilidades, su vida estaba casi a la mitad, mientras que el maná de Eldi estaba por debajo y su energía por encima.

Disparó unas pocas flechas más, apuntando a los ojos, pero fueron parcialmente esquivadas, dañando sólo ligeramente la parte más dura de la piel. Y al mismo tiempo, con una actitud que sólo cabe describir como furiosa, la enorme araña movió frenéticamente sus patas, acercándose con rapidez a su presunta presa e intentando de nuevo ensartarlo con ellas.

Eldi ya conocía ese patrón de ataque, así que le fue relativamente fácil esquivarlas y refugiarse bajo la araña, dirigiéndose hacia el agujero del que se había alejado lo suficiente para que se situara en la posición adecuada. Además, había aprovechado para usar Boomerang sobre una de las patas dañadas, profundizando en la herida.

Sin embargo, esta vez la araña no le dio tiempo a acercarse al agujero, ya que usó Aplastar casi de inmediato. No podía llegar allí para protegerse, pero tampoco había tanta distancia hacia el exterior de la zona de impacto. Usó Reacción Gatuna y se vio golpeado por la onda expansiva del cuerpo al caer, aunque usando Equilibrio se levantó al instante. Se había salvado por muy poco, pero no tenía tiempo que perder.

Uso Doble Filo una y otra vez sobre una de las patas, inofensivas mientras estaba en el suelo, consiguiendo cortarla antes de que se levantara de nuevo. Un líquido viscoso de color verde muy oscuro salía del corte, pero la jefa no parecía tener problemas para levantarse y moverse con una pata menos. Sin embargo, no sólo su vida había bajado un poco más, sino que ahora tenía una debilidad.

Eldi se mantuvo en la zona donde debía estar la pata ahora cortada, dificultando que le atacara con las otras patas y a distancia suficiente para esquivar el veneno. El monstruo saltó para cubrir la posición de su escurridiza presa y se dejó caer, pero eso le dio al hombre suficiente tiempo como para salir usando Poder Canguro, y atacar otra de las patas, que también seccionó.

Esta vez, en lugar de levantarse, el cuerpo se redondeó e intentó aplastarlo, rodando sobre sí. Pero no era la primera vez que lo hacía y Eldi ya había salido corriendo hacia una agujero cercano, dejando Muros de Fuego por el camino y refugiándose en éste cuando la araña se acercó.

Con cierto disgusto, se dio cuenta que era el primer agujero que había usado y estaba lleno de las entrañas de la araña, que por mucho que fuera un ser de maná, tenía un forma física definida que incluía una especia de sangre y órganos internos. No obstante, ya no venía de allí, y su vida era más importantes que andarse con miramientos, así que se introdujo en la nauseabunda mezcla, desde la cual vio pasar rodando a la jefa, y aprovechó para cortar lo que pudo con el hacha.

Empapado de aquel líquido y con el sentido del olfato temporalmente atrofiado, salió de allí para encontrarse con su enemigo, que se alzaba de nuevo sobre sus seis patas y con varias zonas del cuerpo visiblemente chamuscadas.

Algo cansado por la prolongada batalla, Eldi fue incapaz de esquivar una de la ráfaga de telarañas, quedando su pie atrapado. Aprovechando la ocasión, el monstruo se dirigió rápidamente hacia él y usó de nuevo Aplastar, con la intención de acabar con el hombre de una vez por todas, mientras que éste soltaba el hacha y sacaba el martillo para usar Rompecadenas, tras lo cual usó de nuevo Reacción Gatuna, pero esta vez no fue suficiente y su pierna quedó atrapada, rompiéndose varios huesos y causándole un agudo dolor.

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora