Hormiga reina

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En su día, había sido agotador, física y mentalmente, estar rodeados de hormigas gigantes y no poder dejar de luchar. Pero ahora podían descansar mientras los otros luchaban, podían conversar, y tenían provisiones suficientes, lo que lo hacía mucho más llevadero, además de no forzarlos a mantener continuamente la concentración.

Habían empezado luchando contra hormigas nivel 34, y habían llegado a enfrentarse a niveles 38, en un número del que ya habían perdido la cuenta cuando llevaban varios cientos de ellas. Como resultado, tres de ellos habían logrado subir de nivel, desde 40 y 41, mientras que Eldi era ahora 37, habiendo desbloqueado cinco hechizos y cinco habilidades.

El primer hechizo había sido Explosión de luz, parecido al de fuego y hielo pero sin daño, y cuyo efecto es el que indica su nombre, cegando a quienes lo rodeen.

Después estaba Explosión de Tierra, que lanza numerosas esquirlas de piedra en todas las direcciones. No causa un daño excesivo, pero sí muchas magulladuras, y es fácil que los fragmentos se incrusten en la piel, e incluso dañen órganos sensibles como los ojos.

Los dos siguientes eran hechizo inútiles en el juego, pero que ahora podían no serlo tanto, aunque sus nombres dejaban mucho que desear. Estufa permite calentar un área de hasta cien metros cuadrados, una hora por nivel de afinidad, y que tenía al 2. Al igual que el siguiente, Aire acondicionado, tiene un coste alto de maná. Este último, como se deduce de su nombre, enfría en lugar de calentar, y su afinidad estaba en 3.

El quinto hechizo había sido Luz ambiente, cuyo efecto es fácil de imaginar y cuyo uso en el juego había sido esporádico, por lo que lo tenía en 5.

Respecto a las habilidades, las tres primeras habían sido resistencias pasivas a veneno, parálisis e ilusiones, y que tenía en 10. Como todas las pasivas, se iban entrenando sin darse cuenta.

Agudizar Sentidos es una habilidad muy cara, pues consume bastante energía por segundo, por lo que apenas la podía mantener durante un minuto con su resistencia actual. No obstante, puede ser muy útil en momentos puntuales, como estando cegado. La tenía en 4, y la añadió a la lista de las que era prioritario subir de nivel.

Por último, estaba Aguantar Respiración, que permite bucear o no respirar nubes venenosas, durante casi cuatro minutos en su nivel actual. Igual que la anterior, consume energía por segundo, pero menos. La tenía en 7, habiéndola usado en el juego a menudo para explorar las profundidades de lagos en busca de tesoros.



–Sé que estáis cansados, pero no hemos acabado el trabajo. Tenemos la oportunidad de echarlas para siempre– los animó Fita.

Aunque deseando descansar, todos sabían que ella tenía razón. Habían conseguido una victoria que no creían poder lograr y, con ello, una gran cantidad de provisiones que facilitarían la vida de su gente durante un tiempo. Aunque no era su comida preferida, evitaría el hambre, tan habitual en ciertas épocas del año. El extranjero las guardaba y se había comprometido, no sólo a entregárselas, sino a añadir las de otras hormigas que éste había derrotado en el pasado.

Pero, ahora, era necesario acabar con la reina. No podían permitir que se recuperaran y los amenazaran.

Entraron por una de las grietas, escuchando y avanzando con precaución, pero ya no había hormigas que se interpusieran. Recorrieron los túneles creados por éstas, orientándose hacia su destino sin que Eldi tuviera claro cómo lo hacían, pues a él todos esos túneles le parecían iguales. Finalmente, llegaron a una amplia bóveda.

Todos se pusieron en guardia, pues no estaban solos. Además de una hormiga de diez veces el tamaño del resto, había otras veinte. Catorce de ellas eran obreras, de niveles que apenas sobrepasaban el 30, pero las otras seis eran lo que se llamaba la Guardia Real, hormigas soldado de niveles cercanos al 45, y que eran una reto peligroso para ellos.

Eldi usó su reciente adquisición Aire Acondicionado, que se había mostrado muy beneficioso. Mientras ellos resistían bien la bajada de la temperatura, abrigándose si era necesario, las hormigas veían su metabolismo ralentizado. Y, de hecho, justo subió a 4 de afinidad.

Eldi y los guerreros-topo de menor nivel tenía la misión de acabar lo más rápido posible con las hormigas de nivel bajo, y luego apoyar a quienes se enfrentaban a la Guardia Real. No fue difícil, tenían práctica, aunque eran algo más fuertes y resistentes al estar cerca de la reina, algo que afectaba a todas las hormigas de la zona.

Sin embargo, los movimientos de las hormigas eran los mismos y todos se los sabían de memoria. De hecho, prácticamente habían automatizado sus respuestas contra éstas, por lo que no les fue muy difícil contener a las más fuertes, pero no así dañarlas. A nivel 40, obtienen una habilidad que refuerza su cuerpo, haciendo difícil penetrar su protección. Aunque seguían cayendo en las trampas que sus adversarios ponían en el suelo, hundiéndose una y otra vez.

Una vez las hormigas menores fueron eliminadas, todos los encargados de ellas fueron juntos hacia una de las de nivel alto. Era lo más eficiente, ir eliminándolas una a una mientras las otras estaban ocupadas. Es cierto que su cuerpo era más resistente, pero no tanto como para repeler el ataque conjunto de todo el grupo.

Así, fueron eliminándolas de forma consecutiva hasta que sólo quedó la reina. Eldi temía que fuera como un jefe final, pero la realidad resultó ser que estaba indefensa sin sus súbditos. Casi se sintió culpable de la muerte de aquel ser desvalido, pero viva sería una amenaza.

Se sentaron fatigados, satisfechos por haber liberado aquellos túneles, pues pocos o ningún peligro podía haber en el territorio de las hormigas, aparte de ellas mismas. Parte de la red de túneles de éstas podría aprovecharse, pero deberían tener especial cuidado con la que daba al exterior. Probablemente, podrían sellarla parcialmente y establecer varias cámaras de seguridad intermedias. O quizás sería mejor sellarla del todo.

Pero los ojos de los guerreros-topo se dirigía en aquel momento a la montaña de huevos de hormiga, un delicioso manjar del que podrían disfrutar durante algún tiempo. Aunque a Eldi no le parecía tan apetitoso.

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora