Sapos(II)

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La ciudad había sido una bendición para los sapos. Estos se entierran para protegerse de sus depredadores y de las inclemencias del tiempo, esperando un tiempo cálido y húmedo para volver a emerger. Pero excavando, habían encontrado un paraíso.

Durante los últimos cientos de años, las piedras mágicas habían seguido liberando poco a poco el poder que contenían, cumpliendo así su función de mantener la temperatura en la ciudad, ciudad que había sido construida junto a una corriente subterránea. Había sido el lugar ideal para asentarse y, más tarde, se había convertido en el lugar ideal para sus nuevos señores.

Pero la calidez que otorgaba la ciudad, poco a poco se veía perturbada por Aire Acondicionado, y las bajas temperaturas eran algo que afectaba a aquellos seres de sangre fría, incapaces de autorregular su temperatura. Y si bien no era exageradamente fría, era suficiente para hacerlos algo más lentos, para ralentizar su metabolismo, rebajando la ventaja que les daba la diferencia de nivel.

Tica, usó una táctica similar al resto de sus compañeros, alejándose un poco después de haberlo provocado. El sapo la siguió y cayó en la improvisada trampa de Arenas Movedizas que sus compañeros habían creado. No era suficiente para más que ganar tiempo mientras el anfibio trataba de salir de allí. De hecho, incluso desaprovecharon la ventaja y no intentaron herirlo. Simplemente, tendieron otra trampa por si éste se acercaba.

En uno y otro lado esquivaban las mucosas venenosas de los anfibios, se alejaban de sus Temblores, y les cogía por sorpresa la Bofetada, un doloroso impacto con la lengua. No era un golpe que los pudiera dejar fuera de combate, pero no podían permitirse muchos así.

Usaban las casas y los Muros de Tierra que Eldi había erigido para esconderse y ganar tiempo. Su táctica principal consistía en usar sus habilidades sobre el terreno para desequilibrar y molestar a sus adversarios, en especial cuando usaban Salto y se encontraban que, en lugar de aplastar a sus presas, habían caído en un terreno inestable que cedía a su peso. Sin embargo, poco a poco, los guerreros-topos se veían obligados a retroceder. Si continuaban así, no les quedaría espacio. El grupo aniquilación debía de darse prisa.



Mientras tanto, Eldi había usado su propia habilidad de manipulación del terreno, Poder del Topo, junto con varios Carámbanos. El Salto de su enemigo para superar su Muro de Tierra se había encontrado con una dolorosa trampa.

Entre Aire Acondicionado y las todas las bendiciones, tenía poco maná disponible, razón por la cual había usado una poción de regeneración y usaba sus hechizos con moderación, pero no tenía ese problema con la energía.

Molino evitó la descarga de mucosa venenosa, e Impacto Perforante consiguió clavar su lanza, pero sólo hasta la mitad. Aunque su piel no es muy resistente, la diferencia de nivel hacía que su defensa contrarrestara el ataque del humano. Sin embargo, el sapo estaba atrapado y con sus patas dañadas por frías lanzas de hielo, así que no podía actuar con total libertad.

Al mismo tiempo, las flechas de los arqueros-topos se clavaban como pequeños aguijones, y el veneno con el que las habían untado agudizaba el entumecimiento del confundido sapo. Usó su lengua para atrapar a Eldi, pero éste se había movido a su espalda, lo que hacía que la trayectoria fuera más larga y lenta. Ello le permitía, no sólo esquivarla, sino intentar que se llevara una poción en su lugar, aunque es algo que no consiguió.

Como ya había hecho en otras ocasiones, usó el martillo para impedir que saliera de la trampa, con una serie consecutiva de Golpes Devastador y Propulsar. Con ello, también lo dañaba e incrustaba lanza y flechas más profundamente.

Cuando las heridas y el veneno acabaron con él, el grupo más numeroso ya había hecho lo propio con otros tres, y habían reforzado a los otros grupos con un miembro adicional. Entre ellos estaba el de Tica, que había tenido éxito con una poción que actúa como pegamento instantáneo. La lengua de su enemigo había quedado pegada a una roca durante unos instantes, suficientes para verter en ella el veneno que había estado guardando.

Cuando el sapo logró despegarla y retraerla, no tardó más de unos segundos en sufrir fuertes convulsiones. Medio minuto después, su cuerpo dejó de moverse, mientras una espuma oscura salía de su boca. Era un veneno sumamente potente y de naturaleza totalmente distinta a la de los sapos, extraído de uno de sus depredadores, una serpiente nivel 50. Es difícil de aplicar, pues sólo aguanta unos pocos segundos al aire libre, por lo que no puede usarse en flechas o lanzas, pero la joven había encontrado el momento y lugar adecuados.

Tica y su grupo se volvieron rápidamente para ayudar a los compañeros más cercanos, pero estos, con la ayuda del grupo de Eldi y un par de refuerzos, estaban rematando a otro de los sapos. Se fueron todos a rescatar a quienes se refugiaban en una casa cercana, mientras una pequeña hada seguía recogiendo los restos.

Con doce refuerzos, el sapo usó su lengua desesperadamente en un Golpe Circular, intentando golpearlos a todos y alejarlos, pero se encontró con que ya lo esperaban y lo esquivaban, y con un Muro de Hielo. Sorprendido por el toque gélido y el entumecimiento de su lengua, se vio incapaz de contrarrestar el avance de dieciséis enemigos. Su intento de Saltar para alejarse se vio frustrado por un suelo que no era capaz de sostener la presión, producto de las habilidades de los guerreros-topo.

Atravesado por lanzas y flechas, aplastado por martillo y cortado con hacha, sucumbió antes de que llegara el grupo aniquilación. Fue el último de los anfibios, pero no creían que aquello acabara allí. Diez de ellos no eran suficientes para dominar toda la ciudad, por lo que debía de haber bastantes más.

Sin embargo, habían ganado en conocimiento del enemigo, y algunos de ellos habían subido de nivel. Ya había varios 46, algunos de ellos cerca de 47, y muchos habían subido incluso dos niveles en aquella expedición. Aunque ninguno tanto como Eldi. Había subido otros 3 y estaba en 48.

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora