Pantera de ébano

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Sus penetrantes ojos amarillos observaron irritados a quien se interponía entre él y su presa, un ser que no suponía ninguna amenaza. También percibieron los insectos muertos, seres insignificantes que ni siquiera tenían buen sabor. Y finalmente se fijaron en el cachorro de unicornio, cuya naturaleza podría ayudarlo a incrementar su poder, algo que no había esperado conseguir en aquel refugio provisional.

Dio un paso más hacia Eldi, calculando la distancia, el ataque rápido con el que debía acabar con aquel estorbo y después pasar al plato principal. Pero, de pronto, el inteligente cachorro se alejó del hombre, con la intención de no arrastrarlo a una muerte sin sentido.

La pantera descartó de inmediato a Eldi y se lanzó en persecución del unicornio. Y aunque Provocar tuvo el efecto de que quisiera volverse y atacar al estorbo, no fue suficiente. Salto sobre su presa cuando estuvo a la distancia adecuada, pero, una vez más, ésta usó su molesto hechizo para teletransportarse a unos metros.

Había recuperado algo de maná, pero el cazador sabía que no podría huir para siempre. Habían estado jugando al ratón y al gato anteriormente, hasta que el cachorro había saltado al vacío como última opción. No se desesperó, sino que siguió acosando al pequeño unicornio, provocando que fuera agotando sus reservas de maná y llevándolo a una situación desesperada.

Entonces, volvió a sentir una vez más el odio hacia aquel ser extraño. Y otra vez. Y otra. Finalmente se olvidó de su presa y se volvió, mientras un Eldi aterrorizado se preguntaba qué estaba haciendo, por qué no había huido, quién le mandaba hacerse el héroe. Pero también, ¿cómo iba a quedarse mirando o a abandonar a aquel adorable cachorro?

Silencioso, como si las hojas no se quebraran bajo las suaves almohadillas que escondían sus garras, la pantera se acercó al hombre, centrando su atención y odio sobre aquel ser, dispuesta a saltar sobre él. Y cuando se disponía a atacar, un poderoso golpe la disuadió de ello.

Unas pequeñas pero fuertes pezuñas le habían golpeado y, aunque el daño no era excesivo, era doloroso. Reaccionó y se giró con una velocidad vertiginosa, alcanzándolo con sus poderosas garras antes de que pudiera teletransportarse. Cuando el cachorro lo hizo, su muslo sangraba y, aunque podía curarse, eso significaba tener menos maná para escaparse.

La pantera se dirigió de nuevo hacia el unicornio, pero, una vez más, Provocar apiló su efecto y le hizo cambiar de objetivo.

Reacción Gatuna lo salvó, pero la pantera no perdía el tiempo lamentándose y se abalanzaba sobre él cada vez, siendo Muro de Tierra sólo útil una vez para confundirla, al igual que la trampa de hielo resbaladizo, mientras que Poder Canguro no tenía sentido usarlo ante un enemigo más ágil que él.

Ni siquiera de cerca Jabalina consiguió dar en el blanco, debido a la agilidad del felino, mientras que Doble filo apenas le hizo un rasguño y sólo consiguió bloquear una de sus garras, obligándole a usar Reacción Gatuna otra vez.

Acorralado y ante la evidencia de que su energía no tardaría en agotarse, decidió jugársela con Inexpugnable, la habilidad desbloqueada en nivel 10, el comodín por excelencia de las clases melé. De afinidad 4, protege de todo daño externo por cinco segundos en afinidad 10 o medio segundo en 1, y sólo puede usarse una vez cada hora, lo que en el juego se llamaba tiempo de recarga o cooldown. En el juego era efectivo incluso contra enemigos legendarios, permitiendo estrategias suicidas totalmente absurdas.

Cuando el felino se abalanzó contra él y contra todos sus instintos, dejó que lo golpeara y atacó con la lanza e Impacto Perforante. El daño fue mínimo y tampoco el daño eléctrico o su efecto fueron útiles. Dejando la lanza en el suelo, probó con el martillo, fuego y Golpe Devastador, sin demasiado éxito, y luego esquivó, pues se le habían acabado los dos segundos de los que disponía. Empezaba a sentirse agotado.

La pantera se quedó inmóvil, mirándolo confusa ante el fiasco de su propio ataque. No podía entender cómo aquel ser inferior podía haberlo resistido, sin consolarla haber rasgado sus ropas.

Se acercó de nuevo, con precaución, esquivando otra Jabalina y algunas flechas que aquel ser le lanzaba a la desesperada. Sólo dedicó un segundo a un pequeño sujeto que ni siquiera era comida, y que cogía objetos desparramados por el suelo.

Finalmente se decidió a atacar, y fue esquivada de nuevo. Le resultaba frustrante que aquellas dos presas le esquivaran una y otra vez, pero no por ello iba a cejar en su empeño. Y esta vez se volvió hacia el cachorro de unicornio, pues el efecto de Provocar se estaba disipando.

Éste lo esquivó un par de veces más. Estaba cerca de agotar sus reservas cuando su atacante se volvió de nuevo hacia el hombre, debido a Provocar de nuevo, que estaba sobre un árbol y le disparaba flechas.

Se acercó al árbol para trepar sobre él, algo que podía hacer con gran agilidad, pero se encontró con los alrededores completamente helados y resbaladizos, al igual que el tronco. Las flechas eran numerosas y molestas, pero nada más, así que el felino empezó a golpear el hielo para quebrarlo, pero de nuevo algo lo golpeó, haciéndolo deslizarse sobre el hielo. Saltó sobre el osado unicornio, pero éste era más diestro sobre el hielo, clavando sus pezuñas, por lo que esquivó a la pantera con facilidad mientras ésta volvía a deslizarse.

Frustrada, emitió un poderoso rugido, una de sus habilidades, aturdiendo a sus presas y provocando que Eldi casi cayera. Aprovechando la situación, se acercó al unicornio, pero aún en su estado de confusión, éste consiguió teletransportarse una vez más, aunque sin poder dirigir muy bien a dónde, por lo que salió fuera de la débil protección de la capa de hielo que empezaba a desaparecer.

Y una vez más, la pantera se abalanzó sobre el cachorro, ya sin maná para esquivarle, indefenso. Pero un fuerte sonido, como el de un trueno, le intimidó e hizo recular.

Y aún a medio recuperarse, lo primero que vio Eldi fue un círculo mágico blanco que brillaba poderoso, y la aparición de lo que parecía un león, que yacía en el suelo, ensangrentado.

Regreso a Jorgaldur Tomo I: el mago de batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora